La polic¨ªa del r¨¦gimen
Todos los polic¨ªas son empleados p¨²blicos, seleccionados y nombrados para servir a las instituciones, que los ciudadanos ejerciendo la soberan¨ªa nacional, tal como proclama la Constituci¨®n, consideran necesarias para garantizar el bien com¨²n. Son pagados, equipados y legitimados para actuar y mantener la convivencia all¨ª donde sea necesario, incluso en situaciones en las que los derechos ciudadanos requieren no actuar.
Atr¨¢s parec¨ªan haber quedado los tiempos en que la polic¨ªa se configuraba m¨¢s como un instrumento del r¨¦gimen que como un servicio p¨²blico, pero tal cosa hoy parece un espejismo.
Como ejemplo, basta ver c¨®mo ha tolerado con total indiferencia el apaleamiento de ciudadanos en los andenes de Atocha una vez que ya se ha iniciado la retirada.
Cuando la polic¨ªa deja de actuar para garantizar con su presencia el ejercicio de los derechos de los ciudadanos, aun cuando pudiera estar siendo provocada, y act¨²a obedeciendo ¨®rdenes claramente identificables como oportunidad pol¨ªtica, deja de ser un servicio p¨²blico para convertirse en la polic¨ªa del r¨¦gimen, carente de legitimidad democr¨¢tica y con una ¨²nica funci¨®n: enfrentarse a aquellos ciudadanos que el r¨¦gimen considera sus enemigos.¡ª Marcelo Vecchioli Rodr¨ªguez. Ciempozuelos, Madrid.
No creo que deba culparse a la polic¨ªa como tal por las actuaciones a ella debidas en las ¨²ltimas manifestaciones de Madrid. La polic¨ªa tiene una dif¨ªcil labor en el mantenimiento del orden p¨²blico.
Otra cosa son las instrucciones que recibe del Ministerio del Interior, las cuales han debido ser muy otras que las hasta hace unos meses recib¨ªa. Una polic¨ªa que cambi¨® con la democracia, que aprendi¨® la Constituci¨®n, que sirvi¨® a los manifestantes y huelguistas, que ha seguido velando por la seguridad de los espa?oles, ha sido ahora utilizada por el Gobierno para reprimir brutalmente un derecho como es el de manifestarse.
Si hubo alguien entre los manifestantes que intent¨® asaltar el Congreso de los Diputados no se not¨®, aunque la polic¨ªa lo hubiera evitado. Si ha habido violentos (que habr¨¢n sido una minor¨ªa) han tenido la respuesta adecuada de la polic¨ªa. Pero lo que no es de recibo y debemos denunciar es la actuaci¨®n de las fuerzas de orden ¡ªde acuerdo con las instrucciones recibidas¡ª golpeando indiscriminadamente a las personas, arrastrando, como hemos visto, a quienes nada hac¨ªan o estaban en el suelo; golpeando brutalmente a los que estaban arrinconados contra una pared o a los que se encontraban en la estaci¨®n de Atocha, bastante lejos del Congreso de los Diputados.
Este Gobierno es autoritario en la administraci¨®n de la econom¨ªa, es autoritario en el mantenimiento del orden p¨²blico y es un Gobierno, por lo que se ve, con muy pocas convicciones democr¨¢ticas. En realidad, salvo unos pocos polic¨ªas, bien por el cuerpo en general; mal por el Gobierno, que ha cre¨ªdo que puede hacer uso de la fuerza contra ciudadanos pac¨ªficos como eran la inmensa mayor¨ªa de los concentrados en Madrid el d¨ªa 25 de septiembre y siguientes.¡ª J. Luis L¨®pez de Guere?u Pol¨¢n. Pontevedra.
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