La ¡®Rocade m¨¦diterran¨¦enne¡¯
La nueva carretera de T¨¢nger a Argelia es un hito en la modernizaci¨®n de Marruecos
La ocupaci¨®n por algunas decenas de inmigrantes subsaharianos del Pe?¨®n de V¨¦lez de la Gomera ha merecido extensas cr¨®nicas en la prensa de nuestro pa¨ªs este verano. Aunque el tema en s¨ª tiene una entidad pol¨ªtica menor y su resoluci¨®n apenas ha causado roces entre las autoridades espa?olas y marroqu¨ªes, la peculiar situaci¨®n de ese pe?¨®n y de otros islotes similares, a unos pasos ¡ªliteralmente¡ª de la costa de Marruecos, es la que explica ese inter¨¦s exagerado por parte de los medios. Como ya se vio en el incidente de Perejil en 2002, las cuestiones de soberan¨ªa territorial, por anecd¨®ticas que puedan resultar, son de gesti¨®n especialmente delicada para los Gobiernos y generan un morbo indudable en la opini¨®n p¨²blica. En el caso concreto que nos ocupa, episodios como el de este verano han servido para poner de manifiesto ¡ªuna vez m¨¢s¡ª que la soberan¨ªa espa?ola de estos islotes responde a un anacronismo y que su supuesto valor estrat¨¦gico (incluso desde un punto de vista pol¨ªtico) no compensa las infinitas situaciones de conflicto potencial que pueden generar. Quiz¨¢s solo por ello valdr¨ªa la pena plantearse en alg¨²n momento una cesi¨®n voluntaria y pactada a Marruecos¡
Pero, sin duda, lo que m¨¢s sorprende del ruido que se ha generado es que ha tapado otros hechos que afectan de forma mucho m¨¢s importante a nuestro vecino marroqu¨ª, particularmente a sus territorios del norte, y, por ello mismo, a su relaci¨®n a medio y largo plazo con Espa?a. As¨ª, la inauguraci¨®n el pasado 12 de agosto por el rey Mohamed VI del ¨²ltimo tramo de la llamada Rocade m¨¦diterran¨¦enne, una carretera de altas prestaciones que discurre siguiendo los 500 kil¨®metros de costa que separan T¨¢nger, en la puerta del Atl¨¢ntico marroqu¨ª, de Sa?dia, en la frontera con Argelia, ha pasado desapercibida en la mayor¨ªa de los medios espa?oles, cuando se trata de una infraestructura de enorme importancia. La omisi¨®n resulta especialmente sorprendente, porque no es descabellado pensar que la Rocade acabe teniendo un impacto parecido al que supuso para Espa?a la puesta en marcha, a mediados de los a?os sesenta, de la autopista AP-7 a lo largo del litoral mediterr¨¢neo, y que fue determinante para conectar a nuestro pa¨ªs con el resto de Europa y para convertirlo en una de las grandes potencias tur¨ªsticas mundiales. En definitiva, una obra de primer orden, con un impacto econ¨®mico y social potencialmente inmenso.
Tanto m¨¢s cuanto que la Rocade forma parte de un ambicioso plan de inversiones en todo el norte del reino alau¨ª, que incluye la construcci¨®n de otras grandes infraestructuras, desde el macropuerto de Tanger-Med (su sola visi¨®n desde la costa impresiona) y de otros puertos m¨¢s peque?os (fundamentalmente orientados a la pesca y al turismo) por todo el litoral mediterr¨¢neo, hasta el levantamiento de diferentes presas en los valles que hay entre Tetu¨¢n y ChefChauen, que deben asegurar el aprovisionamiento de agua de los distintos n¨²cleos urbanos, adem¨¢s de permitir un desarrollo mucho m¨¢s intenso de la agricultura en la zona y, eventualmente, la producci¨®n de energ¨ªa el¨¦ctrica.
La inauguraci¨®n del pasado 12 de agosto constituye as¨ª un hito muy importante en el proceso modernizador en el que Marruecos se halla inmerso en los ¨²ltimos a?os. Un proceso que est¨¢ haciendo que la evoluci¨®n econ¨®mica de nuestro vecino del sur est¨¦ cada vez m¨¢s desligada de la evoluci¨®n de su agricultura y que dependa, en cambio, de forma creciente de la industria y de los servicios, particularmente del turismo; un proceso que est¨¢ traduci¨¦ndose en mejoras importantes del nivel de vida del conjunto de la poblaci¨®n, con una renta per capita (en paridad de poder de compra) que se ha multiplicado por m¨¢s de dos en los ¨²ltimos 10 a?os y que ronda ya los 5.000 d¨®lares anuales; un proceso que est¨¢ permitiendo, en definitiva, que por primera vez en mucho tiempo la distancia econ¨®mica que separa Marruecos de Espa?a y del conjunto de Europa se est¨¦ reduciendo de forma significativa, aunque todav¨ªa es enorme.
El desarrollo econ¨®mico y social marroqu¨ª es bueno para nuestra relaci¨®n bilateral
Mirando al futuro, todo apunta a que esta etapa de modernizaci¨®n y crecimiento puede mantenerse e incluso intensificarse, aunque no son pocos los retos a los que debe hacer frente el gran pa¨ªs marroqu¨ª. Es evidente, por ejemplo, que la primavera ¨¢rabe supone un reto pol¨ªtico de primera magnitud y que, aunque ya ha habido una reacci¨®n importante, todav¨ªa queda un largo camino por recorrer en la mejora de las libertades individuales y en la reforma de las instituciones para hacerlas cada vez m¨¢s democr¨¢ticas. La visi¨®n y la capacidad de anticipaci¨®n del rey Mohamed VI ser¨¢n fundamentales en este sentido.
Pero tambi¨¦n en el ¨¢mbito econ¨®mico queda mucho por hacer. M¨¢s all¨¢ de asegurar un buen dise?o de las grandes pol¨ªticas macroecon¨®micas, que permitan el control del d¨¦ficit p¨²blico y de la inflaci¨®n, es en el ¨¢mbito de la competitividad microecon¨®mica donde seguramente hay m¨¢s cosas en juego. Marruecos es una econom¨ªa cada vez m¨¢s din¨¢mica y abierta, pero debe mejorar todav¨ªa m¨¢s la calidad de sus productos industriales y la orientaci¨®n al cliente en los servicios que presta, sobre todo en el sector tur¨ªstico, si quiere aprovechar plenamente las oportunidades que le ofrece su creciente incardinaci¨®n en la econom¨ªa mundial.
Y todo ello debe venir acompa?ado de un redoble de los esfuerzos que el Gobierno marroqu¨ª est¨¢ haciendo en los ¨²ltimos a?os en el ¨¢mbito de las pol¨ªticas sociales, para asegurar que los r¨¦ditos del crecimiento llegan a toda la poblaci¨®n, especialmente a los grupos m¨¢s desfavorecidos. Ello exige en la pr¨¢ctica invertir m¨¢s en sanidad y educaci¨®n y redise?ar la pol¨ªtica de subsidios de algunos bienes b¨¢sicos (alimentos y combustibles) para hacerla m¨¢s eficiente y sostenible en el tiempo.
En este contexto de modernizaci¨®n en el que se halla inmerso nuestro socio del sur, la inauguraci¨®n de la Rocade medit¨¦rran¨¦enne es, sin duda, una gran noticia; para Marruecos¡ y para Espa?a. Porque todo lo que contribuya al desarrollo econ¨®mico y social de nuestro vecino es bueno para el fortalecimiento de nuestra relaci¨®n bilateral. Aunque se ha dicho muchas veces que estamos condenados a entendernos, lo cierto es que en el pasado ha habido desencuentros importantes y de forma repetida. Ahora, el acercamiento sostenido ¡ªpor primera vez en muchas d¨¦cadas¡ª en niveles de desarrollo puede facilitar que la relaci¨®n se plantee desde una madurez y una convergencia de intereses cada vez mayores. Ojal¨¢ sea as¨ª.
Miquel Nadal es economista y fue secretario de Estado de Asuntos Exteriores entre 2000 y 2002.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.