?Otra vez asumir obligaciones sin discutir ni votar?

El Gobierno de Mariano Rajoy, que ya logr¨® sustraer al Parlamento espa?ol el debate y la votaci¨®n sobre el pliego de condiciones que acompa?¨® al rescate bancario, intenta ahora reproducir la jugada y evitar que el Congreso pueda discutir o votar las condiciones que acompa?ar¨¢n la solicitud de una nueva l¨ªnea de cr¨¦dito preventiva, ahora de car¨¢cter general.

?Esta vez, el partido socialista tiene preparada una bater¨ªa de protestas que pueden desembocar incluso en un recurso ante el Tribunal Constitucional. Esta vez, mantienen en el PSOE, se pelear¨¢ hasta el final para evitar la verg¨¹enza de que otros Parlamentos de pa¨ªses europeos (como sucedi¨® en Alemania, Holanda o Finlandia) discutan un documento que afecta a la soberan¨ªa de Espa?a, mientras que los propios diputados espa?oles permanecen a oscuras.

La mayor¨ªa absoluta de que dispone el PP hace todav¨ªa m¨¢s inexplicable la posici¨®n del presidente del Gobierno, porque el pliego de condiciones que acuerde con el Eurogrupo puede superar f¨¢cilmente cualquier tr¨¢mite parlamentario. Su negativa a llevar el documento ante el Congreso y a aceptar el debate no est¨¢ motivada, pues, por la inquietud que pudiera producirle una eventual derrota, sino exclusivamente por la voluntad de mantener el alcance de las obligaciones contra¨ªdas fuera del debate p¨²blico y del conocimiento detallado.

Formalmente, en el rescate anterior, el debate se impidi¨® alegando que no se trataba de un tratado internacional, que debe ser aprobado en el Parlamento, sino un MoU (memorandum of understanding), que es una f¨®rmula distinta, que permite a los Gobiernos esquivar esa exigencia, siempre que re¨²nan determinadas condiciones legales, como que no supongan cesiones de soberan¨ªa.

En el rescate anterior, el debate se impidi¨® alegando que no se trataba de un tratado internacional

Los expertos socialistas aseguran que precisamente en este nuevo caso no ser¨¢ posible recurrir a un MoU, porque las obligaciones pactadas afectar¨¢n a la soberan¨ªa espa?ola. ¡°Si el Gobierno siguiera neg¨¢ndose a llevar el nuevo documento al Congreso, ser¨¢ importante presentar un recurso ante el Constitucional, de forma que sean los miembros del alto tribunal quienes abran ese debate y quienes dictaminen si es posible contraer obligaciones semejantes a las que creemos que va a pactar, sin pasar por el Parlamento¡±, explica Alfredo P¨¦rez Rubalcaba.

A los socialistas les consta que el Gobierno ha intentado que este nuevo documento sea considerado una adenda del MoU anterior, pero que la Comisi¨®n ha rechazado ya esa posibilidad.

El PSOE est¨¢ implicado en estos momentos en tres batallas electorales, en Galicia, en el Pa¨ªs Vasco y en Catalu?a (apoyando al PSC). Es posible que sea el voto gallego el que m¨¢s le inquieta, no por sus propios resultados, sino por la importancia que atribuye a arrebatar la mayor¨ªa absoluta al PP e impedir que una eventual victoria de N¨²?ez Feij¨®o pueda ser presentada como la convalidaci¨®n de la pol¨ªtica de recortes.

Al margen de los tres comicios, los socialistas buscan urgentemente espacios de confrontaci¨®n pol¨ªtica con el Partido Popular que no sean exclusivamente los relacionados con la tensi¨®n social en las calles.

La necesidad de revitalizar la vida parlamentaria y de denunciar los intentos del Gobierno por escapar del escrutinio del Congreso es uno de esos espacios posibles. Otro ser¨ªa la gesti¨®n del llamado ¡°banco malo¡±, la entidad a la que van a ir a parar centenares de hect¨¢reas de suelo sin construir y de suelo construido.

La manera en la que se valoren esos activos y la forma en la que act¨²e ese banco tendr¨¢n importantes repercusiones sociales, que el PSOE quiere poner de relieve ante la opini¨®n p¨²blica. Las repercusiones no ser¨¢n las mismas seg¨²n el precio al que los bancos afectados puedan vender esos pisos y solares. ¡°No ser¨¢ lo mismo tampoco poner a su frente a gestores empresariales despiadados que a gestores p¨²blicos¡±, mantienen los responsables del PSOE. Lograr atraer la atenci¨®n de los ciudadanos sobre estos asuntos es una tarea fundamental, aseguran en la oposici¨®n.