?Qui¨¦n quiere al pr¨ªncipe apestado?
El periodista flamenco Mario Danneels pone al descubierto en un libro las heridas m¨¢s profundas de Laurent, el hijo m¨¢s controvertido de los reyes de B¨¦lgica
Laurent, el peque?o de los hijos del rey Alberto II y Paola de B¨¦lgica nacido el 19 de octubre de 1963, siempre ha sido una de las dianas preferidas de la prensa rosa. Haciendo un repaso a su intensa biograf¨ªa, se puede encontrar todo un elenco de historias y aventuras que giran en torno a su personaje, frecuentemente satirizado por los medios de comunicaci¨®n.
Altercados en aviones, salidas de tono en p¨²blico, malversaci¨®n de fondos, desplantes a la familia real, violencia machista y amistades peligrosas son algunos de los presuntos ¡°delitos¡± en los que ha incurrido el benjam¨ªn de la familia real belga y que han servido como excusa para hurgar durante muchos a?os en las heridas de un hombre que ha nacido rodeado de riqueza y lujos, pero ha vivido en la m¨¢s absoluta soledad.
Algunos han elevado al pr¨ªncipe belga al nivel de dibujo animado, compar¨¢ndolo con el c¨¦lebre personaje de la serie Padre de familia, Peter Griffin. El parecido razonable va m¨¢s all¨¢ del f¨ªsico, para muchos. El comportamiento infantil, rudo y extravagante de ambos uniformiza m¨¢s los rasgos que a simple vista pueden compartir. Pero m¨¢s all¨¢ de la manida burla grotesca y superficial que se suele hacer tras cualquiera de sus esc¨¢ndalos, se esconde un drama en el que muy pocos han querido profundizar.
El periodista Mario Danneels, autor de una biograf¨ªa no autorizada de la reina Paola, es probablemente el hombre que m¨¢s ha indagado hasta el momento en la personalidad y vida de Laurent de B¨¦lgica. Su libro, Laurent, le pestif¨¦r¨¦ de Laeken (Laurent, el apestado de Laeken), hace acopio de todas las desgracias que laten bajo la m¨¢scara de buf¨®n que a menudo se le cuelga. Aunque hace ostentaci¨®n de su t¨ªtulo de pr¨ªncipe y siempre muestra una fachada arrogante y vanidosa, su vida personal ha sido siempre miserable.
No fue un ni?o querido por sus padres. Asiduo de los internados, nunca disfrut¨® del calor del hogar. Pas¨® largas temporadas acogido por personas cercanas a la Corona porque Alberto II y Paola no quisieron desempe?ar el rol de padres. La indiferencia por la educaci¨®n y desarrollo de su hijo roz¨® la crueldad. Cada uno de los progenitores sigui¨® un camino diferente. Ambos ten¨ªan apasionantes aventuras amorosas que los manten¨ªan alejados de B¨¦lgica y de sus hijos.
Seg¨²n Mario Danneels, las relaciones entre padres e hijos ¡°eran inexistentes¡±. Felipe y Astrid, los hermanos mayores, pudieron disfrutar de los mejores momentos del matrimonio, si es que alguna vez los hubo, pero la llegada de Laurent vino marcada por la sospecha de la mutua infidelidad y por el distanciamiento de la pareja. A d¨ªa de hoy, el peque?o de los tres se pregunta: ¡°?Soy hijo de mi padre? ?l no me quiere¡±. Estas palabras las dirigi¨® al periodista flamenco Luc van der Kelen, seg¨²n recoge en el libro Danneels, que repasa este momento como la muestra m¨¢s palpable del desarraigo de la familia. El autor tambi¨¦n hace menci¨®n de la hija, Delphine, que tuvo el rey Alberto con la baronesa francesa Sybille de Selys Longchamps, hecho que desvel¨® el periodista y tuvo que ser reconocido p¨²blicamente por Alberto II en su discurso de Navidad.
Este n¨²cleo familiar desestructurado fragu¨® el car¨¢cter arisco y rebelde de Laurent, que durante su juventud tambi¨¦n sufri¨® acoso escolar. Todo lo que intentaba emprender terminaba siendo un fracaso. No obstante, consigui¨® ser nombrado oficial de la Armada y lo destinaron a Estados Unidos. Para Danneels, esta maniobra fue un intento de alejar al pr¨ªncipe de Bruselas y evitar que siguiese escandalizando a la opini¨®n p¨²blica con sus comportamientos. En B¨¦lgica, solo la reina Fabiola goza de popularidad entre la ciudadan¨ªa. Alberto y Paola tienen la dudosa fama de ser unos vividores, y Laurent es considerado la ¡°oveja negra¡± de la familia. Parece que el legado del tambi¨¦n querido y difunto rey Balduino, esposo de Fabiola y t¨ªo de Laurent, se agotar¨¢ cuando la reina termine sus d¨ªas.
En una entrevista al diario belga Le Soir, Mario Danneels resume la juventud de Laurent de esta forma: ¡°No tuvo ni padre ni madre. Tuvo una adolescencia hipersensible, tr¨¢gica y solitaria en la que sus padres acabaron envi¨¢ndolo a Estados Unidos cuando empez¨® a ser sin¨®nimo de problemas¡±. La iron¨ªa es cruel. Alberto y Paola supuestamente consideraban a su hijo poco m¨¢s que un estorbo, un problema, mientras el profesor de Lorenzo, Rudy Bogaerts, en una ocasi¨®n le confes¨® a Balduino que ¡°Laurent no es tanto el problema como lo es su familia¡±, a lo que el difunto rey contest¨®: ¡°Lo que usted ve ahora es un milagro si se compara con el pasado¡±.
Casado el 12 de abril de 2003 con Claire Coombs y padre de tres hijos, en los ¨²ltimos a?os sus desenfrenos y peripecias han dado mucho que hablar. Su viaje al Congo el a?o pasado durante el per¨ªodo de elecciones en el pa¨ªs africano, prohibido expresamente por su padre, fue quiz¨¢ el episodio que m¨¢s ha irritado a la Corona, am¨¦n de las acusaciones de maltrato que verti¨® una exnovia sobre ¨¦l. Durante varios meses se le neg¨® la presencia en actos p¨²blicos para poder preservar el poco apego de la sociedad belga a los miembros de la familia, cuyo futuro est¨¢ en el aire. Mucho se ha hablado sobre la posible abdicaci¨®n del rey Alberto II.
Tambi¨¦n los enfrentamientos de Laurent con la justicia preocupan en palacio. En 2006, tuvo que presentarse ante los Tribunales acusado de desviar fondos de la Marina belga para amueblar su casa, en un caso que recuerda al del esposo de la infanta Cristina, I?aki Urdangarin. El pr¨ªncipe? sali¨® entonces victorioso, no se pudo demostrar su implicaci¨®n. A esta lista de an¨¦cdotas y sucesos se podr¨ªan a?adir muchos m¨¢s, pero desviar¨ªa la atenci¨®n de la cuesti¨®n de fondo que Danneels plantea en su libro: para el p¨²blico, Laurent se ha convertido en un t¨ªtere; para su familia, en un problema, y ¨¦l mismo se siente un infeliz. Estas caras se han moldeado tras una barrera infranqueable de desatenci¨®n y desprecio que han convertido a Laurent de B¨¦lgica en una suerte de Frankenstein de la realeza moderna.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.