Por una agenda para el abandono de la energ¨ªa nuclear
La Comisi¨®n Europea considera necesario emprender mejoras de seguridad y actualizaciones t¨¦cnicas en todas las plantas nucleares
A ra¨ªz del accidente en la central nuclear japonesa de Fukushima en marzo de 2011 los pa¨ªses de la Uni¨®n Europea decidieron revisar el est¨¢ndar de seguridad de sus centrales nucleares. Durante los a?os 2011 y 2012 se llevaron a cabo los llamados test de estr¨¦s en 132 reactores ubicados en 14 pa¨ªses de la Uni¨®n Europea, adem¨¢s de en 15 reactores en Ucrania y cinco en Suiza.
Aunque el informe publicado por la Comisi¨®n el pasado cuatro de octubre concluye que en este momento no es necesario cerrar ninguna de las centrales europeas por razones t¨¦cnicas, tampoco hace confiar mucho en los sistemas y mecanismos de seguridad establecidos. Una de las conclusiones es que se considera necesario emprender mejoras de seguridad y actualizaciones t¨¦cnicas en todas las plantas. Esto quiere decir que ninguna central alcanzaba al cien por cien el est¨¢ndar de seguridad deseable seg¨²n los revisores.
Otra conclusi¨®n realmente preocupante es que en muchas centrales ni siquiera est¨¢n implementadas las medidas que se acordaron a nivel internacional como consecuencia de los accidentes en Three Mile Island (EE UU, 1979) y Chern¨®bil (antigua URSS, hoy Ucrania, 1986), un hecho que dice mucho sobre la eficacia de la regulaci¨®n de la seguridad nuclear actual.
Tambi¨¦n advierte el documento de que cuatro de los reactores no podr¨ªan funcionar m¨¢s de una hora si perdiesen el suministro el¨¦ctrico o la refrigeraci¨®n a trav¨¦s del sumidero final de calor, como ocurri¨® en Fukushima. Y otros 10 reactores no disponen de los instrumentos de prevenci¨®n contra terremotos. La seguridad en casos de accidentes a¨¦reos ni siquiera se ha evaluado sistem¨¢ticamente. Solo se menciona que a este respecto hay grandes diferencias entre los Estados miembros.
Tras Fukushima hubo una nueva ola de decisiones a favor del abandono de la energ¨ªa nuclear en Alemania, Suiza, Italia, B¨¦lgica, Jap¨®n e incluso en Francia
De cara a esta diversidad no sorprende que aparte de las recomendaciones dirigidas a mejoras concretas en las centrales o la regulaci¨®n en cada pa¨ªs, el informe concluya que se deber¨ªa revisar la directiva europea sobre seguridad nuclear. El coste de las mejoras de seguridad se estima entre 30 y 200 millones de euros por reactor llegando a un total para la Uni¨®n Europea de entre 10.000 y 25.000 millones de euros.
Respecto a las centrales espa?olas, el informe reconoce los avances ya logrados, como la prevenci¨®n de inundaciones, pero sugiere que todas las plantas deber¨ªan tener unos planes para hacer frente a accidentes severos m¨¢s amplios, as¨ª como "sistemas de filtrado de ventilaci¨®n de la contenci¨®n", a la vez que deber¨ªan prevenir las explosiones de hidr¨®geno u otros combustibles gaseosos en caso de accidente. Solo Trillo cumple esta ¨²ltima recomendaci¨®n, central que, por el contrario, deber¨ªa ampliar sus protocolos de emergencia m¨¢s elaborados, para que cubran todo tipo de escenario de riesgos, como los cortes de suministro el¨¦ctrico.
Viendo lo resumido anteriormente, el estado de seguridad que tenemos y el coste que conllevar¨¢ ponerlo al d¨ªa, estamos viviendo un momento que nos debe de servir tanto a nivel europeo como en Espa?a para reflexionar, debatir y tomar una decisi¨®n sobre el modelo energ¨¦tico europeo que queremos en el futuro pr¨®ximo y m¨¢s lejano. Con el accidente de Fukushima se ha abierto una window of opportunity (J.W. Kingdom, 1984) como no la hab¨ªa desde hace mucho, quiz¨¢s desde el accidente de Chern¨®bil.
Es una nueva oportunidad para reflexionar sobre las inconvenientes de esta fuente energ¨¦tica e insistir en los ya conocidos argumentos a favor de un nuevo modelo energ¨¦tico limpio y m¨¢s sostenible que renuncie tanto a los recursos f¨®siles como a la energ¨ªa nuclear. As¨ª lo hace tambi¨¦n la Fundaci¨®n IDEAS en su informe de 2009 sobre ¡°Un nuevo modelo energ¨¦tico para Espa?a¡±.
Primero, la energ¨ªa nuclear es una fuente con graves problemas de seguridad hasta hoy en d¨ªa no razonablemente resueltos. Fukushima solo es la punta del iceberg. Cada mes somos testigos ¡ªo nos enteramos posteriormente¡ª de accidentes m¨¢s o menos graves y el informe de la Comisi¨®n tampoco da mucha confianza respecto a los est¨¢ndares de seguridad.
Segundo, es una energ¨ªa sucia con un alto consumo de agua que no tiene resuelta la gesti¨®n de sus residuos y traslada el problema a futuras generaciones.
Tercero, es una energ¨ªa cara. El sector privado solo invierte en ella si tiene un fuerte apoyo p¨²blico. Adem¨¢s, si se internalizaran los costes de la gesti¨®n de los residuos y de un posible accidente en el precio de la energ¨ªa vendida ni siquiera las centrales ya construidas ser¨ªan competitivas frente a otras alternativas m¨¢s limpias.
Cuarto, el peso de la energ¨ªa nuclear en el mix total es tan bajo, que no supone un gran esfuerzo sustituirla, como se ha podido ver en Alemania donde se cerraron casi de hoy a ma?ana ocho centrales; o en Jap¨®n, donde temporalmente se desconectaron todas las plantas.
Quinto, la apuesta por la energ¨ªa nuclear, por lo menos en el caso de Espa?a, no nos libera de la dependencia energ¨¦tica del exterior porque los recursos propios son m¨ªnimos, ni nos ofrece una soluci¨®n frente al agotamiento de los recursos naturales, siendo el uranio igualmente un recurso terminable en el siglo XXI.
Y, finalmente, la energ¨ªa nuclear sigue teniendo un fuerte problema de aceptaci¨®n social, lo que en ¨²ltimo t¨¦rmino ha sido la principal raz¨®n para optar por el abandono en la mayor¨ªa de los pa¨ªses que lo hicieron despu¨¦s del accidente de Fukushima.
Despu¨¦s de marzo de 2011 hubo una nueva ola de decisiones a favor del abandono de la energ¨ªa nuclear en Alemania, Suiza, Italia, B¨¦lgica, y el mismo Jap¨®n. E incluso en Francia, el pa¨ªs europeo tradicionalmente m¨¢s favorable a la energ¨ªa nuclear se decidi¨® reducir el peso de esta fuente en el mix energ¨¦tico y el cierre de varias centrales a medio plazo.
En Espa?a, aunque parece que se dar¨¢ un paso hacia el abandono con el cierre de Santa Mar¨ªa de Garo?a en julio 2013, este debate no est¨¢ cerrado. Ser¨ªa deseable avanzar con el objetivo de fijar un calendario vinculante como parte de una estrategia de transici¨®n hacia un modelo energ¨¦tico m¨¢s sostenible.
Johannes von Stritzky es investigador del Departamento de Econom¨ªa y Sostenibilidad de la Fundaci¨®n Ideas.
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