PSOE: abrir el debate

Las primeras reacciones en el PSOE a los fracasos electorales en Galicia y el Pa¨ªs Vasco han sido cr¨ªticas, pero se caracterizan por la vaguedad de los planteamientos. Alguna de las personas que apoyaron a la candidata derrotada en el ¨²ltimo congreso, Carme Chac¨®n, habla de revisar el proyecto, sin definir en qu¨¦ sentido, mientras los defensores de Alfredo P¨¦rez Rubalcaba prometen una renovaci¨®n, sin especificar tampoco su contenido. El 25 de noviembre se producir¨¢ la pr¨®xima cita electoral, esta vez en Catalu?a, un terreno a priori desfavorable para esta opci¨®n pol¨ªtica. A partir de ah¨ª, el Partido Socialista tiene que pasar de los tanteos y de las medias palabras a abrir un verdadero debate, si no quiere dejar de ser uno de los pilares esenciales de la democracia espa?ola.

Desde las derrotas electorales de 2011, que le hicieron perder casi todo su poder institucional, est¨¢ pendiente una autocr¨ªtica de la gesti¨®n realizada. Es evidente que los simpatizantes y el conjunto de la sociedad no ven al partido socialista como alternativa al gobierno de Mariano Rajoy. Sufre una sangr¨ªa de votos, bien hacia la abstenci¨®n, bien hacia otras opciones, y es dif¨ªcil no ver en ello una consecuencia de la ¨²ltima etapa en el poder: no solo de la falta de visi¨®n respecto a la crisis econ¨®mica y financiera que se ven¨ªa encima, sino por la desigualdad alcanzada en la distribuci¨®n de la riqueza, precisamente como consecuencia de decisiones pol¨ªticas adoptadas en esa etapa, entre las que resalta la defensa de las rebajas de impuestos como una pol¨ªtica de izquierdas. Falta igualmente una clarificaci¨®n del planteamiento socialista respecto a la organizaci¨®n del Estado, m¨¢s all¨¢ de ese federalismo que tampoco ha sido definido por los que lo proponen, teniendo en cuenta que las opciones nacionalistas est¨¢n recogiendo actualmente el voto de protesta en las comunidades donde existen.

La organizaci¨®n socialista tambi¨¦n necesita abrirse a la sociedad. Ya no puede limitarse a una militancia encorsetada en un sistema de agrupaciones y federaciones dise?ado hace muchos decenios, que seguramente no basta para recoger ahora el abanico de sensibilidades sociales ni de preocupaciones de los ciudadanos, sobre todo de los m¨¢s j¨®venes. El PSOE tiene anunciada la celebraci¨®n de una conferencia pol¨ªtica, y ah¨ª deber¨ªa culminar el debate sobre la forma de elegir a los candidatos a los puestos electivos, singularmente al de presidente del Gobierno. No es ocioso recordar que en Francia, el pa¨ªs vecino, los socialistas llevaron a cabo un proceso de primarias abierto no solo a la militancia, sino a los simpatizantes. De ese proceso sali¨® el candidato a la presidencia de la Rep¨²blica, que en mayo pasado gan¨® una elecci¨®n dif¨ªcil frente a Nicolas Sarkozy.

La reconstrucci¨®n org¨¢nica y el rearme ideol¨®gico son tareas clave. De no hacerlo, el PSOE corre el riesgo de encaminarse hacia la marginalidad.