Joaqu¨ªn Reyes: "Lo m¨ªo es puro vender humo"

Pregunta. Mientras escribe un guion e imita a medio mundo, estrena una serie de animaci¨®n: Monetes del espacio. Dos monos extraterrestres visitan la Tierra. ?C¨®mo ven el patio?

R. Est¨¢n alucinados, aunque no parece que tengan prisa en volverse. Porque como son muy curiosos, siempre encuentran algo que les llama la atenci¨®n. La visi¨®n que queremos dar es que los monetes sean como ni?os.

P. ?No chupa usted un poquito de rueda del Sin noticias de Gurb, de Eduardo Mendoza?

R. S¨ª, puede ser. Es la misma idea. Quiz¨¢ le haya copiado de una forma inconsciente. Me he dado cuenta ahora que me lo ha dicho usted.

P. ?Han visto ya a Rajoy? ?Qu¨¦ han pensado?

R. Creo que pensar¨ªan: si este es el presidente, cualquiera puede serlo. Es muy alentador para cualquier ni?o, que dir¨¢: un d¨ªa yo tambi¨¦n puedo ser presidente.

P. Los monetes visten de malva o de morado. ?Es porque han aterrizado con la nave en Chueca?

R. No, no [r¨ªe]. Los colores en realidad se los puso mi hijo, que tiene cinco a?os. Yo respet¨¦ la gama que me propon¨ªa. Estos monetes no son ni a pelo ni a lana.

P. Entre las imitaciones que usted hace, ?qu¨¦ personajes le obsesionan m¨¢s, aparte de Tita Cervera?

R. Pues ahora mismo me gustar¨ªa mucho parodiar a Angela Merkel.

P. Creo que ya la tiene enlatada, aunque a¨²n no ha visto la luz. Y dijo que para imitarla tuvo que quitarse el bigote. ?Era imprescindible?

R. Buena pregunta. Desde luego, los tiene bien puestos.

P. Rappel se le mosque¨® sobremanera. ?Usted le envidia por sus t¨²nicas o por sus tangas de leopardo?

R. El tanga creo que le queda razonablemente bien. Todo lo bien que puede quedar un tanga de leopardo. Las t¨²nicas forman parte de su universo extravagante. Pero s¨ª, se enfad¨®. Y yo digo: ?c¨®mo siendo alguien que adivina el futuro no vio venir la parodia antes de que saliera en televisi¨®n?

P. Dice que el tanga le queda bien. ?Le da una idea para el pr¨®ximo verano?

R. No soy yo muy de tanga, porque tengo el culo carpeta, y no me favorece. Tendr¨ªa que trabajar los gl¨²teos antes. Yo soy m¨¢s de turbo, de ese que es as¨ª, a medio muslo.

P. ?Ahora lleva esa faja?

R. No uso calzoncillos.

P. Algo llevar¨¢. A ver si se va a enfriar.

R. No, no. Solo llevo el pantal¨®n. De cintura para abajo voy sueltecito.

P. Actor, guionista, dibujante, humorista. Y encima, manchego. ?Culmen de la perfecci¨®n?

R. Bueno, dicho as¨ª queda muy result¨®n. He tenido la suerte de poder dedicarme a ello porque alguien me ha contratado. Hay mucha gente con talento frustrada porque nadie la llama.

P. Le han encuadrado en la ¡°nueva comedia¡± o el ¡°poshumor¡±. ?Eso no son pamplinas?

R. No est¨¢ mal etiquetar las cosas. El poshumor es una etiqueta de Jordi Costa que nos ven¨ªa bien, porque cuando hac¨ªamos un sketch que no hac¨ªa re¨ªr dec¨ªamos: ¡°Es que es poshumor¡±. Y nos blindaba ante el fracaso.

P. ?Sigue teniendo el bigote de Aznar como referencia?

R. El bigote de Aznar es algo que roza lo paranormal, porque ha desaparecido, se ha diluido. Ha ganado en canas y ha ido desapareciendo. Tambi¨¦n es verdad que ¨¦l ha ido ganando en tono muscular, y ahora aparenta ser m¨¢s joven que cuando lleg¨® a la presidencia.

P. ?A qu¨¦ lo achaca?

R. A que probablemente los conservadores envejecen mejor que los pol¨ªticos de izquierdas. Y tienen mejor pelo. Es una teor¨ªa, ?eh?

P. Si es por eso, Bono, y luego Iker Casillas, se han implantado de todo y por su orden. Por cierto, ?a usted no le convendr¨ªa implantarse un poquito por delante?

R. No. Yo tengo frente despejada, que siempre se ha relacionado con la inteligencia.

P. Dijo en una entrevista: ¡°No aguanto mucho que me toquen los huevos¡±. Encaja mal la reciprocidad.

R. S¨ª, pero lo que quer¨ªa decir es que, por lo general, la gente que viene a saludarte o a pedirte una foto es educada y encantadora, siempre y cuando est¨¦n sobrios. Cuando no lo estamos, somos bastante pesados. Yo a los pesados les doy poca cancha.

P. Tan ganso y tan padrazo. Creo que sus ni?os le tienen sorbido el seso.

R. Totalmente. Me acuesto pr¨¢cticamente a la misma hora que ellos. Leo un poco y me quedo adormilado. Aunque son peque?os, son conscientes de la profesi¨®n de su padre: ¡°Pap¨¢ es c¨®mico y hace re¨ªr a la gente¡±. Y les encanta.

P. Ver¨¢ cuando crezcan y reconozcan: ¡°Pap¨¢ no pega un palo al agua, y vive del cuento¡±.

R. A¨²n los tengo enga?ados en ese sentido. La que trabaja de verdad es mi mujer, que es maestra. Trabaja en algo tangible, que es la educaci¨®n, aunque a algunos ahora les parezca algo recortable. Pero lo m¨ªo es puro vender humo.