Toda una vida gal¨¢ctica

Disney parece un rat¨®n, anda como un pato y ladra como Pluto, pero en realidad es un tibur¨®n. La compa?¨ªa acaba de comprar, por 3.125 millones de euros, Lucasfilms, el grupo cinematogr¨¢fico de George Lucas que, entre otras vetas de oro, incluye la franquicia de las seis pel¨ªculas de Star wars y la empresa de efectos especiales, una de las m¨¢s reputadas de Hollywood, Industrial Light & Magic. Una curiosa distorsi¨®n sentimental ha sesgado la informaci¨®n hacia el vendedor (George Lucas) en lugar de apuntar correctamente hacia el comprador. Disney, propietaria ya de Pixar, el grupo de animaci¨®n con m¨¢s ¨¦xito, y Marvel, sigue paso a paso una pol¨ªtica de ¡°abarca y devora¡± (engulf & devour, seg¨²n la expresi¨®n de Mel Brooks en una de sus parodias) con el fin de cortar la respiraci¨®n a la Paramount, Warner Bros o Universal. Bob Iger estaba euf¨®rico al anunciar la compra. Incluso ha prometido otras tres pel¨ªculas m¨¢s de Star wars. Los freakies de la saga se han pasado la primera noche posventa rezando para que las tres siguientes no sean tan malas como los episodios I, II y IV.

Lucas vende toda su vida f¨ªlmica. Pocos espectadores se acuerdan ya de sus comienzos (THX 1138, American graffiti), como el menos dotado del grupo de Francis Ford Coppola. Pero Star wars, despu¨¦s la producci¨®n de los filmes de Indiana Jones y la alianza evidente con Steven Spielberg, le convirti¨® en la primera potencia independiente de Hollywood. La guerra de las galaxias es lo que los castizos suelen llamar ¡°un chorro de oro¡± y una fuente inagotable (inmortal en el idioma de Lucas) de excitaci¨®n para las generaciones de enganchados a la fantas¨ªa heroica. Dice Lucas que a partir de ahora se dedicar¨¢ a la filantrop¨ªa y al cine experimental. Lo de la filantrop¨ªa es cre¨ªble; lo del cine experimental, dudoso.

Buena suerte para las guerras de las galaxias Disney. No es f¨¢cil fabricar otro villano de ficci¨®n del empaque de Darth Vader cuando en la vida real difunden pavor y estremecimiento Goldman Sachs, el Bundesbank, la troika, los recortes en sanidad y educaci¨®n o la sant¨ªsima trinidad de las cajas (Bankia, Novacaixagalicia y la CAM). Si quiere tener ¨¦xito, Bob Iger debe saber d¨®nde est¨¢n las fuentes del aut¨¦ntico miedo.