El final de ETA, ?paz por presos?
Los presos etarras se hab¨ªan convertido en elemento aglutinante, las gestoras proamnist¨ªa y Salhaketa organizaban las visitas de los familiares a los centros penitenciarios, lo que permit¨ªa establecer un control f¨¦rreo por parte de la organizaci¨®n sobre los presos, y su entorno social m¨¢s inmediato.
A mediados de 1989 se procedi¨® a la dispersi¨®n de estos internos, que hasta entonces se concentraban en dos prisiones: Alcal¨¢ y Herrera. La decisi¨®n pol¨ªtica era arriesgada, pero inevitable, los dos partidos que se sucedieron en el Gobierno, pidieron comprensi¨®n. La sociedad espa?ola entendi¨® que esta era una pol¨ªtica propia de un Estado democr¨¢tico y de derecho, y soport¨® la respuesta violenta de la organizaci¨®n terrorista.
Tras la dispersi¨®n, lejos del grupo de militancia los internos ganaron en iniciativa individual y recuperaron espacios de autonom¨ªa personal que antes no ten¨ªan, por ejemplo pod¨ªan acceder a la redenci¨®n de penas por el trabajo y gozar del apoyo familiar propio y directo. Por estos procedimientos de normalizaci¨®n se ha ido produciendo la libertad y la integraci¨®n social de muchos presos etarras, sin mayor dificultad, ni esc¨¢ndalo, por la exacta aplicaci¨®n de las leyes vigentes. Pero no es menos cierto que tambi¨¦n han abundado desde entonces las medidas excepcionales, se generaron soluciones extraordinarias a problemas penitenciarios creados artificialmente por urgencias pol¨ªticas y partidarias poco claras.
El proceso est¨¢ llegando a su momento clave. Hay dos asuntos sobre la mesa: primero, el acercamiento de presos vascos a Euskadi, a voluntad pol¨ªtica del Gobierno; y secundariamente la superaci¨®n de la ¡°doctrina Parot¡± que desde la sentencia del Tribunal Supremo, en 2006, obliga a aplicar la redenci¨®n de penas por el trabajo sucesivamente a cada condena y no al triple de la mayor, lo que mantiene en la c¨¢rcel (hasta 40 a?os) precisamente a aquellos que llevan m¨¢s tiempo encarcelados.
En estas condiciones resulta muy dif¨ªcil individualizar el tratamiento penitenciario, conseguir el arrepentimiento y que los internos asuman el pago de indemnizaciones.
La ¡°doctrina Parot¡±, parcialmente avalada en 2012 por el Tribunal Constitucional, se ha convertido en el gran obst¨¢culo que afortunadamente ha empezado a resolver el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.¡ª Luis Fernando Crespo Zorita.
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