Sobre la publicaci¨®n de un libro en Per¨²
Ra¨²l Hern¨¢ndez Asensio, director de actividades y educaci¨®n del Instituto de Estudios Peruanos, ha remitido una carta sobre la informaci¨®n titulada Terrorista, militar, cura y profesor: una biograf¨ªa resume 30 a?os de Per¨². La noticia se refiere a la publicaci¨®n del libro Memorias de un soldado desconocido. Autobiograf¨ªa y antropolog¨ªa de la violencia de Lurgio Gavil¨¢n. El lector advierte en su mensaje que la noticia alberga afirmaciones que inducen a error y contribuyen a transmitir una imagen distorsionada del mundo editorial y acad¨¦mico peruano". Seg¨²n se se?ala, "La obra no se ha publicado a¨²n en Per¨² por la sensibilidad ante el conflicto". Esto es falso. El libro en cuesti¨®n es una coedici¨®n entre la Universidad Iberoamericana de M¨¦xico, donde el autor realiz¨® su doctorado, y nuestra instituci¨®n, el Instituto de Estudios Peruanos (IEP), de Lima. El texto, por lo tanto, ha sido publicado en simult¨¢neo en Per¨² y M¨¦xico, sin que haya habido ning¨²n tipo de presi¨®n, retraso o autocensura, como parece sugerir el texto, debido a "la sensibildiad ante el conflicto". Al final del primer p¨¢rrafo se se?ala que "uno de los antrop¨®logos peruanos m¨¢s prominentes (...) Carlos Iv¨¢n Degregori, ley¨® el borrador inicial de su libro y recomend¨® su publicaci¨®n. Cuando ¨¦ste falleci¨® en 2011, la edici¨®n peruana qued¨® en suspenso". Esto es igualmente falso, ya que para el momento del fallecimiento de nuestro colega y ex director (mayo 2011) el texto a¨²n no contaba con una versi¨®n definitiva y no hab¨ªa sido presentado a¨²n al Instituto de Estudios Peruanos para su publicaci¨®n. Una vez recibida la versi¨®n final del manuscrito, en octubre de 2011, el texto sigui¨® el procedimiento editorial normal y fue publicado apenas doce meses despu¨¦s. Este es un periodo de tiempo m¨¢s que razonable para la publicaci¨®n de un libro acad¨¦mico, en Per¨² y en cualquier parte del mundo. Entendemos que estos errores proceden del hecho de que la autora del art¨ªculo se ha limitado a consignar la informaci¨®n procedente del autor, a quien obviamente no se puede exigir el conocimiento detallado de todos los pormenores del proceso editorial. Contra lo que deber¨ªa ser una pr¨¢ctica habitual en peri¨®dicos como EL PA?S, esta informaci¨®n no ha sido verificada, lo que supone una dejadez y una falta de profesionalidad por parte de la periodista". "Habr¨ªa bastado con pasar por cualquier librer¨ªa de Lima (o por la feria del libro) para ver que el texto estaba en las estanter¨ªas, disponible para cualquier interesado. Es posible que con estos juicios la autora quisiera presentar una historia "m¨¢s emocionante" y una imagen m¨¢s "ex¨®tica" del Per¨², acorde con los estereotipos que, lamentablemente, aun se manejan en c¨ªrculos progresistas europeos. Sin embargo, supone tambi¨¦n una falta de respeto por las instituciones que, como el IEP y muchas otras, desde el Per¨² tratamos de mantener viva la memoria profesional y humana de Carlos Iv¨¢n Degregori, participando y alentando los debates en torno al periodo de violencia pol¨ªtica que sufri¨® nuestro pa¨ªs.
Remit¨ª la carta a la autora de la informaci¨®n. En el texto publicado no se menciona que se trata de una coedici¨®n de la Universidad Iberoamericana y del citado instituto peruano. Con respecto a otros aspectos, ¨¦sta es su respuesta:Me refer¨ªa a que la edici¨®n peruana qued¨® en suspenso cuando muri¨® Carlos Iv¨¢n Degregori y Lurgio Gavil¨¢n se fue a estudiar a M¨¦xico. Cuando entrevist¨¦ a Lurgio, me dijo que no sab¨ªa cuando el Instituto de Estudios Peruanos publicar¨ªa el libro en Lima y yo no indagu¨¦ m¨¢s, porque me interesaba destacar que el libro iba a presentarse el lunes 29 en M¨¦xico. En ese momento, el IEP no hab¨ªa hecho ning¨²n anuncio de la edici¨®n en Lima y yo no averig¨¹¨¦ con ellos porque pens¨¦ que el autor estar¨ªa bien informado sobre el ritmo de edici¨®n de su libro en Lima. Quiz¨¢ me confi¨¦ demasiado y deb¨ª preguntar a IEP, pero yo estaba enfocada en preparar un texto que sintetizara la historia de Lurgio y no estigmatizarlo en asuntos tan delicados como el haber pasado un par de a?os en Sendero Luminoso en su ni?ez. El 30 de octubre yo viajaba a dar dos charlas en un festival en Bogot¨¢ (sobre miedo y v¨ªctimas en conflictos armados y conflictos sociales) y no tuve tiempo de ir a la feria del libro inaugurada ese fin de semana donde pusieron a la venta el texto de Gavil¨¢n. No he podido confirmar si el libro estuvo disponible desde la inauguraci¨®n de la feria o a ra¨ªz de la publicaci¨®n de la nota en EL PA?S. El libro no estaba a¨²n en librer¨ªas, entonces no hubiera podido encontrarlo all¨ª, como sugiere el autor de la carta.Convers¨¦ antes de entrevistar a Gavil¨¢n, con dos personas que conoc¨ªan los manuscritos de 2006 de Lurgio y que comparti¨® con investigadores de la violencia en el Per¨². Desde esas fechas, comentaron las dificultades de dar a conocer esa biograf¨ªa, tal cual estaba, justamente por las disputas de la memoria (sobre la violencia en el Per¨²). Uno de los investigadores que sugiri¨® modificar algunas partes del texto, preservar nombres de personas y comunidades, fue justamente Carlos Iv¨¢n Degregori (y eso me lo coment¨® uno de los investigadores con quien convers¨¦ y el propio autor). Cuando aludo a las dificultades de abordar estos asuntos (de las disputas de la memoria del conflicto armado interno) me refiero a los debates p¨²blicos que hay en el Per¨² desde 2003, en los que un sector pol¨ªtico y econ¨®mico con poder real critica el informe final de la Comisi¨®n de la Verdad -y hasta ahora lo hace-, intentando atribuirle una posici¨®n a favor de Sendero Luminoso, lo cual no es cierto: de ese modo combate una manera de entender y relatar lo ocurrido entre 1980-2000. Otro espacio, distinto, acad¨¦mico, es la realidad del Instituto de Estudios Peruanos, que publica regularmente investigaciones acad¨¦micas sobre memoria y violencia. Me sorprende que el autor de la carta aluda a un intento por mi parte de generar m¨¢s emoci¨®n de modo sensacionalista, infelizmente no conoce mi trayectoria. Tambi¨¦n me agrede al acusarme de faltar al respeto a la memoria de Degregori o no considerar la seriedad del Instituto de Estudios Peruanos: nada m¨¢s lejano a ello, si conversara con algunos de sus colegas de su instituci¨®n o si revisara lo que he publicado en el pasado, antes de mis colaboraciones en EL PA?S, lo podr¨ªa f¨¢cilmente desmentir.
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