Francia estancada

Francia tampoco crece. Como la totalidad de las econom¨ªas europeas, la francesa est¨¢ acusando las consecuencias de pol¨ªticas econ¨®micas inadecuadas en el conjunto de la eurozona. La adopci¨®n por la totalidad de los miembros de pol¨ªticas presupuestarias contractivas es la principal responsable de la recesi¨®n del conjunto del ¨¢rea monetaria. Y, tambi¨¦n como en la mayor¨ªa de los casos, se incumplen los objetivos de saneamiento de las finanzas p¨²blicas. Francia es hoy presa de la complicidad pasiva del anterior presidente, alineado con las obsesiones por la austeridad a ultranza de las autoridades alemanas.

Como antes hiciera el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Comisi¨®n Europea acaba de poner de manifiesto el deterioro en este a?o de las posibilidades de crecimiento de la econom¨ªa francesa. En su reciente informe de previsiones econ¨®micas revela que, tras tres de estancamiento de su PIB y niveles hist¨®ricamente reducidos de beneficios empresariales, las perspectivas de recuperaci¨®n se desvanecen. Es probable que durante el segundo semestre registre una contracci¨®n de la actividad. La confianza de las empresas y las familias se debilita, y con ella, sus planes de gasto. El consumo privado, que hab¨ªa actuado como resistencia a una mayor desaceleraci¨®n, acent¨²a su debilitamiento y el desempleo repunta. Sus balanzas comercial y por cuenta corriente seguir¨¢n aumentando su saldo negativo. Este a?o la econom¨ªa no crecer¨¢ m¨¢s del 0,2%, y esas mismas previsiones de la UE son generosas al anticipar un ligero repunte del PIB, hasta el 0,4%, en 2013, a pesar de que la tasa de desempleo se estima alcance el 10,7%, desde el 10,2% con que concluir¨¢ este a?o.

Esa paralizaci¨®n, y muy especialmente el declive de la industria francesa, reflejado en su erosionada capacidad competitiva en el exterior, han determinado que el Gobierno de Hollande haya elaborado un plan de competitividad, en cierta medida sugerido por el FMI. En el mismo se incorporan decisiones de pol¨ªtica econ¨®mica poco compatibles con las que incorporaba en el programa con el que gan¨® las elecciones recientes. Reducir¨¢ cargas sociales que pagan las empresas por 20.000 millones de euros, a trav¨¦s de diversas exenciones fiscales; se elevar¨¢ el IVA, del 19,6% al 20%, que durante la campa?a electoral el propio Hollande hab¨ªa calificado de injusto, y reducir¨¢ adicionalmente el gasto p¨²blico. Siendo necesarias algunas de ellas, no son decisiones que se traduzcan de forma inmediata en se?ales de recuperaci¨®n de la actividad econ¨®mica. Sobre todo si se abordan algunas otras igualmente sugeridas por el FMI, como una reforma en el mercado de trabajo y en el de servicios, con el fin de reducir costes, para fortalecer la capacidad competitiva de las empresas francesas. Se trata, en cierta medida, de mecanismos de compensaci¨®n a las elevaciones impositivas sobre las rentas altas incorporadas en el presupuesto de 2013.

El resultado a corto plazo no favorecer¨¢ el crecimiento en el conjunto de la eurozona. Las pol¨ªticas de est¨ªmulo del crecimiento econ¨®mico que distingu¨ªan al nuevo presidente franc¨¦s en la escena europea han quedado subordinadas. Una de las econom¨ªas que en mayor media puede acusar los efectos del debilitamiento de Francia es precisamente la espa?ola, con la que mantiene importantes v¨ªnculos comerciales y financieros.