Historia de dos plazas
FOTO: Jorge Allende
En Usurbil (Gipuzkoa), las nuevas oficinas para el departamento de cultura del Ayuntamiento quer¨ªan ser un punto de encuentro entre la gente de la cultura y terminaron fomentando el encuentro entre dos plazas vecinas, pero opuestas, que representan cada una un mundo y, juntas, la uni¨®n de esos mundos.
El edificio Potxoenea exist¨ªa, es el ¨²ltimo, el que cierra el casco antiguo del pueblo. Literalmente lo cierra: la calle Irazu, donde se encuentra, separa la plaza principal, Dema plaza, de la nueva plaza Askatasuna. La plaza Dema acapara la nobleza del pueblo y concentra los accesos a los edificios m¨¢s representativos. Tiene una fachada p¨¦trea, muros de carga y aberturas peque?as. Las fachadas de la plaza Askatasuna son m¨¢s abiertas, tambi¨¦n m¨¢s modestas: est¨¢n formadas por entramados de madera.
El edificio que fue rehabilitado como oficinas estaba separado del inmueble contiguo por un estrecho callej¨®n cortafuego -vallado y en desuso-, ten¨ªa una planta muy reducida (80 m2) y llevaba a?os vac¨ªo y descuidado. Para intervenir, los arquitectos deb¨ªan mantener la fachada que da a la plaza principal. Ese ser¨ªa el puente entre el pasado y su intervenci¨®n. Para el futuro se les ped¨ªa comodidad: ampliar e iluminar los espacios interiores. Y el estudio OS3 Arkitektura propuso ocupar -solo con la planta baja ya que hab¨ªa ventanas-, el callej¨®n y acercarse tambi¨¦n a la plaza Askatasuna, el nuevo espacio p¨²blico del pueblo. En esta plaza nueva entraron por el aire. Tendieron vuelos en la fachada de madera de manera que la cara del edificio explicase, de un simple vistazo, qu¨¦ era lo a?adido y qu¨¦ quedaba del volumen original. El principal acceso iba a estar en esa plaza. La plaza nueva ganaba as¨ª una batalla de futuro. Cuesti¨®n de espacio, de mejora en el acceso, de admitir tambi¨¦n el paso del tiempo. Y de cuidar lo nuevo tanto como lo antiguo.
La fachada del edificio Potxonea, que rompe la separaci¨®n entre pueblo viejo y pueblo nuevo, es de madera tintada de negro y envuelve ahora una de las fachadas del edificio por completo excepto por el umbral donde la madera mantiene su acabado natural. Mantener ese tono es una manera de anunciar un interior tambi¨¦n claro. La puerta, retrasada en esa fachada de madera, tambi¨¦n es una manera sutil de conseguir un voladizo, una cubierta, un respiro para quien llega en d¨ªa de lluvia. Sin embargo es adem¨¢s una manera rotunda e ingeniosa de destacar la entrada a las oficinas de cultura del pueblo, las que, respetando la plaza vieja, abren ahora su puerta a la plaza nueva.
Juan Pedro Otaduy Zubizarreta (Vitoria, 1976) da clases en la Escuela Polit¨¦cnica de San Sebasti¨¢n tambi¨¦n lo hacen Ainara y Maialen Sagarna Aramburu. Los tres combinan experiencia en la recuperaci¨®n de edificios y tambi¨¦n en el rescate de los espacios urbanos. Juntos forman OS3 Arkitektura, el equipo que ha firmado este proyecto que ilustra c¨®mo la remodelaci¨®n de un edificio puede utilizarse para reparar la ciudad.
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