Se?ales

Cuando el Cielo te manda se?ales, lo hace a pares. El gran te¨®logo Benedicto y el gran inquisidor Gallard¨®n han tenido la providencial fortuna de poner negro sobre blanco, a la vez, sus ¨²ltimas pero no postreras ocurrencias.

El Papa ha publicado un libro en el que elimina el buey y la mula del Nacimiento ¡ªamigos de Mongolia, qu¨¦ competencia os hace la realidad¡ª, y el ministro de Justicia y Rigor Mortis ha visto estampado en el BOE el dictado que siega el derecho a la justicia gratuita para todos los ciudadanos.

Resulta estremecedora la claridad con que el Alt¨ªsimo se expresa a trav¨¦s de sus bocazas m¨¢s autorizadas. No me extra?a que los medios serios hayamos concedido pareja atenci¨®n a los dos anuncios, aunque hay que reconocer que lo del Papa ha tenido una m¨¢s llamativa cobertura, dada la abundante iconograf¨ªa con que puede ilustrarse la comunicaci¨®n urbi et orbi de que los animalicos no estaban. Dado que, en el dicho libro, el hombre vaticano ha insistido en que Mar¨ªa pari¨® siendo virgen y que continu¨® si¨¦ndolo despu¨¦s ¡ªah¨ª no hay cambios¡ª, no me extra?ar¨ªa que mula y buey se hubieran largado echando obleas, alarmados por los alaridos de dolor de la buena mujer.

Lo de Gallard¨®n no es menos eficaz para que huyan de este pa¨ªs hasta los burros. Gracias a ¨¦l, los ciudadanos de presupuesto ajustado e incluso menesterosos no podr¨¢n obtener justicia, y aqu¨ª es cuando tendr¨ªa que intervenir B-16 y ponerse a aggionar los Evangelios, en el sentido de que, me parece a m¨ª, antes veremos sentado a un se?orito retorcido en un Gobierno que a un pobre col¨¢ndose por un agujero en un juzgado.

Es probable que el pr¨®ximo paso lo den ambos prohombres al alim¨®n. Consistir¨¢ en lapidar a las ad¨²lteras. Y luego se comer¨¢n el camello.