Sin salida
La primera visita a Gaza del l¨ªder de Ham¨¢s marca un cambio del entorno para Israel
Nunca hab¨ªa logrado aunar el primer ministro israel¨ª Benjamin Netanyahu tantas cr¨ªticas externas como ahora. Su tajante oposici¨®n a que la Asamblea General de la ONU aceptara a Palestina como Estado observador solo logr¨® el apoyo claro de Estados Unidos, Canad¨¢ y la Rep¨²blica Checa entre los pa¨ªses occidentales. Ahora, su decisi¨®n de autorizar millares de nuevos asentamientos al este de Jerusal¨¦n, adoptada como represalia, le ha granjeado unas cr¨ªticas casi universales fuera de Israel. Para empezar, de la propia Casa Blanca y, para continuar, de unos europeos que por una vez han actuado unidos al respecto. Si estas colonias se construyeran, romper¨ªan la continuidad geogr¨¢fica en Cisjordania y, por tanto, dificultar¨ªan una soluci¨®n basada en la convivencia de dos Estados: Israel y Palestina.
La hist¨®rica primera visita a la franja de Gaza del m¨¢ximo l¨ªder de Ham¨¢s, Jaled Meshal, exiliado durante 45 a?os, marca un nuevo tiempo para los palestinos. Cinco lustros despu¨¦s de su creaci¨®n, en parte instigada por Israel para debilitar entonces a Arafat, Ham¨¢s sigue negando el derecho de Israel a existir, tal como reiter¨® ayer Meshal. El grupo islamista ¡ªy terrorista¡ª gan¨® las elecciones en Gaza en 2006 y se siente ahora crecido tras el triunfo pol¨ªtico, que no militar, en el reciente conflicto de los cohetes. Esto ha favorecido un t¨ªmido acercamiento a Al Fatah, cuyo l¨ªder Mahmud Abbas, presidente de la ANP, ha recobrado fuerza tras su exitosa iniciativa en la ONU.
La estancia en Gaza de Meshal, al que Israel ha intentado eliminar a lo largo de los a?os, ha sido posible gracias a la tregua que ha pactado Tel Aviv tras renunciar a los asesinatos selectivos de l¨ªderes en Gaza y pone de manifiesto que la situaci¨®n ha cambiado. Las alianzas regionales de Ham¨¢s est¨¢n cambiando con las transformaciones en el mundo ¨¢rabe. El abierto apoyo que recibe de Catar, Egipto y Turqu¨ªa le permite compensar el peso decreciente de Ir¨¢n, su mayor aliado.
Ham¨¢s y Netanyahu ¡ªque no es ni mucho menos el m¨¢s radical del Likud, su partido, en el que cada vez m¨¢s dirigentes se alejan del objetivo de dos Estados¡ª deber¨ªan reflexionar sobre las v¨ªas sin salida en las que se han metido. Se alejan as¨ª de toda posibilidad de paz aunque consigan r¨¦ditos en las urnas. Obama deber¨ªa influir privada y p¨²blicamente en esta reflexi¨®n. Pues el proceso de paz solo se reanudar¨¢ con un decidido empuj¨®n externo.
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