Abogados a farolazos
Muy subido tiene que estar el indicador de irritaci¨®n en Espa?a para que se impugnen con esc¨¢ndalo p¨²blico unas elecciones corporativas

Las elecciones del Colegio de Abogados de Madrid para renovar la Junta Directiva y nombrar al nuevo decano terminaron como el rosario de la aurora. Pocas veces mejor tra¨ªda la expresi¨®n. A las cinco y media de la madrugada del mi¨¦rcoles tuvo que intervenir la polic¨ªa para evitar que se perpetrara agresi¨®n sobre dos personas de la candidatura de Sonia Gumpert, que hab¨ªan acudido al Palacio de Congresos para llevarse dos ordenadores personales. Insultos, empujones y gritos racistas son impropios de personas de ley, pero eso es lo que hubo, adem¨¢s del l¨®gico acaloramiento. La ira cristaliz¨® despu¨¦s en una denuncia conjunta (?con lo dif¨ªcil que es poner de acuerdo a los abogados!) de varias candidaturas contra la ganadora Sonia Gumpert, por supuesta manipulaci¨®n de voto y fraude electoral. Despu¨¦s de los farolazos, la polic¨ªa se incaut¨® de los ordenadores, la denuncia sigue su curso y la Junta Electoral guarda celosamente en la caja fuerte del Colegio las actas y las votaciones. No se practicaron detenciones, como sol¨ªan decir las cr¨®nicas de alborotos en el siglo XIX.
Muy subido tiene que estar el indicador de irritaci¨®n en Espa?a para que se impugnen con esc¨¢ndalo p¨²blico unas elecciones corporativas, por m¨¢s que afecten a un prestigioso Colegio; p¨¦simas tienen que ser las relaciones entre candidatos, colegas al fin y al cabo, para que aflore tanto encono (hasta arrinconar a los dos enviados de la impugnada ganadora contra los ventanales del Palacio de Congresos, listos para una defenestraci¨®n) en una tarde-noche electoral; y mucho debe ser el poder que atesora un decano del Colegio de Abogados para que se dispute su elecci¨®n con tanto ¨ªmpetu y llegue a suponerse que hay compra de votos y manipulaciones varias con el censo.
Dec¨ªa el regeneracionista Luis Morote que todo espa?ol es un abogado, mientras no se demuestre lo contrario. Alud¨ªa Morote al puntillismo de leguleyo que adorna aqu¨ª a todo discutidor. Tener la raz¨®n con la ley en la mano, ese es el prop¨®sito de todo dial¨¦ctico hispano. Con la ley en la mano, el conflicto de los abogados madrile?os va para largo. Y si se hace de la bronca colegial met¨¢fora del pa¨ªs, r¨¢bula donde los haya, el precedente augura un mal 2013.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.