Evasi¨®n de CO2
La fiscal¨ªa alemana est¨¢ investigando al Deutsche Bank porque algunos de sus empleados parecen implicados en una trama de evasi¨®n fiscal
Dice el refr¨¢n popular: en todas partes cuecen habas. Informaciones difundidas por el S¨¹ddeutsche Zeitung, se?alan con el dedo al Deutsche Bank, orgullo del sistema financiero alem¨¢n, como protagonista activo de un esc¨¢ndalo irrespirable, aunque solo sea porque trata de CO2 (di¨®xido de carbono). La fiscal¨ªa alemana est¨¢ investigando al banco porque algunos de sus agentes parecen implicados en una trama de evasi¨®n fiscal.
El procedimiento del fraude era simple y sustancioso: los condenados (el proceso acab¨® en 2011) compraban certificados de emisi¨®n de CO2 fuera de Alemania y as¨ª se ahorraban el IVA; despu¨¦s vend¨ªan dentro los certificados, cobraban el impuesto, pero no pagaban lo cobrado a Hacienda. La justicia alemana ha deducido astutamente que esas operaciones no se pod¨ªan realizar sin el conocimiento del banco, sobre todo despu¨¦s de que el fisco brit¨¢nico advirtiera a la direcci¨®n londinense del Deutsche del fraude en curso. As¨ª que se disponen a examinar las responsabilidades de la entidad, dirigida por J¨¹rgen Fitschen y Anshu Jain.
M¨¢s refranes. Dicen en Alemania, a prop¨®sito del Deutsche, que ¡°el pescado apesta por la cabeza¡±. En Alemania y en Europa. Porque el pescado de la uni¨®n monetaria empieza a oler por la cabeza bancaria que es Alemania. El Deutsche se ha mojado en varios charcos, como el citado del di¨®xido de carbono o el conflicto con el consorcio de comunicaci¨®n de Leo Kirch. Ser¨ªa el momento ideal para realizar una prueba de resistencia al banco alem¨¢n. Pero los bancos locales y las cajas alemanas tampoco se libran de las sospechas. Y no son la cabeza, sino tambi¨¦n los pies de las finanzas alemanas. Su prestigio, ya que dif¨ªcil es precisar el estado de todos sus balances, se sostiene solo por el poder de Alemania en la eurozona.
Justicia po¨¦tica ser¨ªa que alguno de los acorazados financieros alemanes presentara v¨ªas de agua desconocidas para su clase pol¨ªtica y tuviese que recurrir a un rescate con fondos europeos. ?Se impondr¨ªan condiciones estrictas, tambi¨¦n macroecon¨®micas, para la salvaci¨®n del banco en cuesti¨®n? ?O bastar¨ªa con la palabrita del ni?o Jes¨²s del ministro Sch?uble? La respuesta es muy sencilla.
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