Los viajes oficiales de Gonzalo Moliner

La referencia de Gonzalo Moliner a hacer trayectos en clase preferente o turista de avi¨®n o tren ha causado, no pod¨ªa ser de otro modo, una gran pol¨¦mica. He escuchado la entrevista para formarme mi opini¨®n y ¨¦l no dijo exactamente que no deba viajar en turista, sino que planteaba que por qu¨¦ la persona que representa a la cuarta instituci¨®n del Estado debe hacerlo y las restantes no. Me permito a?adir que no solo eso: los ministros, que est¨¢n por debajo de ¨¦l en el escalaf¨®n, viajan en aviones de la Fuerza A¨¦rea o en clase preferente, o sea, con un estatus superior, y los presidentes auton¨®micos y sus consejeros siempre en preferente, tambi¨¦n por encima de ¨¦l en rango y coste.

Los espa?oles somos bastante dados a recortar lo que no aporta, a ver la paja en ojo ajeno ignorando nuestra viga, a dejarnos llevar por nuestra secular envidia, y a no reconocer los m¨¦ritos de los que queremos que nos representen (aludo aqu¨ª a mi personal envidia, que como espa?ol tambi¨¦n la tengo, que me produce contemplar el respeto que se tiene en EE UU por sus expresidentes al margen de la ideolog¨ªa). Pero est¨¢ bien, sigamos en la mediocridad que tanto nos complace, que nos den ejemplo, que se viaje en turista, y si es posible en l¨ªneas a¨¦reas de bajo coste, pero todos, los Reyes, los Pr¨ªncipes, el presidente del Gobierno, el de las Cortes, los ministros, los gabinetes aut¨®nomos, adem¨¢s del presidente del Tribunal Supremo y del CGPJ, y no uno solo s¨ª y el resto no.¡ª Dionisio Rodr¨ªguez Castro. Villaviciosa de Od¨®n, Madrid.

En este pa¨ªs somos muy dados a pasarnos de frenada. Creo sinceramente que es lo que est¨¢ pasando con las declaraciones del se?or Moliner sobre la imposibilidad de viajar en preferente en el AVE. O¨ª sus declaraciones en la SER, en directo, y me parecieron ajustadas y nada escandalosas, pues advirti¨® claramente que a ¨¦l, como persona, le daba igual, no as¨ª como presidente del Supremo. Y yo estoy de acuerdo; nos ha podido la imagen de su antecesor D¨ªvar, claramente pleno de excesos, y hemos sacado esta opini¨®n fuera de contexto. Desconozco el orden jer¨¢rquico entre las autoridades del Estado, pero quiz¨¢ el presidente del Supremo sea la tercera o la cuarta, y no le veo en turista, cuando ejecutivos de medio pelo de cualquier gran empresa van en business. Exijamos a nuestras autoridades judiciales lo que es menester (equidad en los nombramientos, rapidez en la ejecuci¨®n e impartici¨®n de justicia,...), pero no le hurtemos la dignidad del puesto, pues hacemos un flaco favor al Estado de derecho.¡ª Julio Maroto Ram¨®n. Ciempozuelos. Madrid.