Por el libre comercio transatl¨¢ntico
La cooperaci¨®n entre Estados Unidos y Europa es hoy m¨¢s crucial que nunca
De acuerdo con el informe Global Trends 2030 del Consejo Nacional de Inteligencia de EE UU, de continuar las actuales tendencias, Asia puede sobrepasar a Am¨¦rica del Norte y a Europa en poder global en no mucho tiempo. Tendr¨¢ m¨¢s Producto Interior Bruto, m¨¢s poblaci¨®n, m¨¢s gasto militar y m¨¢s inversi¨®n en tecnolog¨ªa. En este contexto geopol¨ªtico, Europa y Estados Unidos se necesitan mutuamente y la cooperaci¨®n entre ambos lados del Atl¨¢ntico es clave.
Esa parece ser la apuesta que lanz¨® Hillary Clinton en el oportuno discurso que ofreci¨® en la Brookings Institution sobre las relaciones de Estados Unidos con Europa. Consciente del trasvase de poder mundial y gracias a las nuevas perspectivas que ofrece la posible autosuficiencia energ¨¦tica, consecuencia de la explotaci¨®n de hidrocarburos no convencionales, EE UU trata de adaptar su pol¨ªtica exterior al nuevo orden multipolar y global. Aunque su prioridad estrat¨¦gica es ahora Asia, los europeos siguen siendo los socios con los que m¨¢s valores comparten los americanos en el mundo.
Clinton se?al¨® que la reorientaci¨®n estrat¨¦gica hacia el Pac¨ªfico no significa dejar a Europa atr¨¢s. Todo lo contrario, dijo: ¡°quiero ser clara, nuestra reorientaci¨®n hacia Asia no es una retirada de Europa¡±. Clinton espera que Europa siga a EE UU en su camino hacia Asia, de manera que no solo se vea como un mercado sino como un foco de acci¨®n estrat¨¦gica com¨²n.
Los europeos siguen siendo los socios con los que m¨¢s valores comparten los americanos
Para asegurar el papel mundial del Viejo y del Nuevo Continente, la cooperaci¨®n entre Estados Unidos y Europa es hoy m¨¢s crucial que nunca. Por eso, es el momento de lanzar un acuerdo de libre comercio entre Estados Unidos y la Uni¨®n Europea. Hillary Clinton ya dio alguna pista en este sentido. Mencion¨® que se est¨¢ contemplando la posibilidad de negociar un acuerdo completo que incremente el comercio y estimule el crecimiento a ambas orillas del Atl¨¢ntico. Incluso David Ignatius se atrevi¨® a darle nombre en un reciente art¨ªculo en The Washington Post: TAFTA (Trans-Atlantic Free Trade Agreement). Edward Luce, por su parte, apuesta por un Partenariado Transatlantico en el Financial Times.
Estados Unidos y la Uni¨®n Europea mantienen la mayor relaci¨®n comercial del mundo. La inversi¨®n de Estados Unidos en Europa es tres veces m¨¢s alta que la cifra que mantiene en Asia. La inversi¨®n europea en Estados Unidos es ocho veces la inversi¨®n europea en China e India juntas. La relaci¨®n comercial entre ambos lados del Atl¨¢ntico es clave para ambas econom¨ªas y para la creaci¨®n de puestos de trabajo. Se estima, de hecho, que un tercio de todo el comercio bilateral Estados Unidos-Uni¨®n Europea son transferencias internas de las propias compa?¨ªas con presencia a ambos lados. Todos estos datos dan buena cuenta de la enorme importancia que tiene la relaci¨®n comercial entre los dos gigantes. Dos gigantes que, recordemos, representan las dos mayores econom¨ªas del mundo (si tomamos a la UE en su conjunto) y suelen figurar, uno u otro, como los mayores socios comerciales de los grandes Estados del mundo.
Aunque los aranceles sobre bienes manufacturados comercializados ya son bajos (como media, se mantienen por debajo del 3%), un acuerdo de libre comercio ser¨ªa enormemente beneficioso como promotor del comercio, del crecimiento econ¨®mico y, por tanto, como generador de puestos de trabajo. Crear unas reglas comunes de juego podr¨ªa suponer millones de euros de ahorro. Dicho acuerdo podr¨ªa incluir el comercio de bienes, servicios, inversiones y agricultura; y exigir¨ªa aumentar la compatibilidad de las regulaciones y est¨¢ndares en las legislaciones europeas y americanas.
Este acuerdo, adem¨¢s, no solo afectar¨ªa a los dos gigantes econ¨®micos: tanto Estados Unidos como la Uni¨®n Europea tienen ya firmados varios tratados de libre comercio con diferentes pa¨ªses de Am¨¦rica Latina. Se crear¨ªa de esta manera una enorme extensi¨®n geogr¨¢fica de libre comercio que favorecer¨ªa la triangulaci¨®n y la capacidad de respuesta frente a la crisis econ¨®mica.
Los acuerdos regionales de libre comercio est¨¢n cobrando un nuevo impulso. Un ejemplo significativo es el TPP, el Partenariado Trans-Pac¨ªfico, un acuerdo de libre comercio liderado por Estados Unidos que se est¨¢ llamado a ser un aut¨¦ntico game-changer en esa regi¨®n. 2013 parece el a?o en el que se avanzar¨¢ decididamente hacia su firma, prevista para 2015. Los posibles firmantes ser¨ªan Estados Unidos, Australia, Malasia, Vietnam, Singapur, Nueva Zelanda, Chile, Per¨², Brunei, Canad¨¢, M¨¦xico y quiz¨¢ Jap¨®n y Corea del Sur. El resultado ser¨¢ la liberalizaci¨®n del comercio en un ¨¢rea que produce el 40% del PIB mundial. ?No es momento tambi¨¦n de plantear lo mismo para Europa?
El acuerdo generar¨ªa crecimiento econ¨®mico y empleo en ambos lados
El Viejo Continente, que ahora afronta una oleada de populismo y euroescepticismo, podr¨ªa apostar de esta manera por m¨¢s cooperaci¨®n y coordinaci¨®n a trav¨¦s de la Comisi¨®n Europea en un asunto tan concreto, tangible y beneficioso como es el comercio. Ha funcionado antes para cohesionar Europa y puede volverlo a hacer. El bien m¨¢s preciado hoy es la confianza, y el mero hecho de lanzar las negociaciones significa generar confianza interna y externa.
La salida de la crisis no debe entenderse como una vuelta al proteccionismo. Todo lo contrario. La perespectiva de este Tratado de Libre Comercio se sit¨²a en el marco de la apuesta decidida por el multilateralismo y la apertura comercial. En este sentido es importante recalcar la labor de la Organizaci¨®n Mundial de Comercio, el mejor foro multilateral que tenemos para resolver las disputas comerciales. La firma del Tratado que aqu¨ª se propone ser¨ªa la prueba fehaciente que podr¨ªa convencer a otros de los beneficios que conlleva la apertura comercial.
La ¨²nica manera de lograrlo es un compromiso claro de los l¨ªderes pol¨ªticos a ambos lados de Atl¨¢ntico. Requiere tambi¨¦n involucrar al sector privado, fundamental para sostener el crecimiento econ¨®mico que tanto necesitamos. No demoremos la decisi¨®n. Contra el anunciado declive relativo de Occidente, apostemos por m¨¢s uni¨®n, m¨¢s cooperaci¨®n y m¨¢s prosperidad. Y eso pasa hoy por un acuerdo transatl¨¢ntico de libre comercio.
Javier Solana, ex secretario general de la OTAN y alto representante de la Pol¨ªtica Exterior y de Seguridad Com¨²n, es colaborador superior distinguido en materia de pol¨ªtica exterior en la Brookings Institution y presidente del Centro ESADE de Econom¨ªa y Geopol¨ªtica.
? Project Syndicate, 2012.
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