Programas infantiles

No pasa un d¨ªa sin que me sorprenda la televisi¨®n en nuestro pa¨ªs, y no me refiero a los interminables cortes publicitarios que ocupan gran parte de la cuota de pantalla, ni a la p¨¦sima calidad de la mayor¨ªa de nuestros programas, sino a la poca importancia que le damos a lo que ahora conocemos como programas infantiles.

Hace una d¨¦cada, los ni?os se maravillaban con Donald, los Picapiedra, Mickey, Pokemon y muchos m¨¢s que nos ense?aban valores como la camarader¨ªa o la confianza en uno mismo. Pero ya no es as¨ª, incluso sabiendo que los j¨®venes cada vez pasan m¨¢s tiempo delante del televisor, permitimos que vean programas ambientados en institutos en los cuales el mayor problema de sus protagonistas es ser los m¨¢s populares, los m¨¢s guapos y los mejor vestidos. ?Acaso esas deben ser las preocupaciones de un ni?o peque?o? Estamos creando una generaci¨®n atormentada por no ser ni tan agraciada ni tan aceptada como los personajes que tanto idolatran. Les estamos volviendo superficiales, d¨¦biles, en vez de reforzar las bases de sus mentes para que, en un futuro, tengan el coraje necesario para afrontar las dificultades que la vida les pondr¨¢ en su camino.¡ª Adri¨¢n P¨¦rez Gonz¨¢lez.