El partido sin rostro
Un grupo pol¨ªtico que propone la transparencia se oculta bajo el anonimato
Los grupos clandestinos o las sociedades semisecretas casan mal con la democracia. Por eso resulta llamativa la voluntad de anonimato exhibida por los que respaldan una nueva marca pol¨ªtica, llamada Partido del Futuro-Partido X, en cuyo v¨ªdeo de presentaci¨®n se habla de la ¡°transparencia¡± como un valor capital, pero nada se cuenta de los promotores.
No son pocas las contradicciones en que incurren nada m¨¢s empezar. Las dos personas de carne y hueso que aparecen en ese v¨ªdeo son actores. Y una ¡°no portavoz¡± es la que ha contado a los periodistas de qu¨¦ va el asunto. Parece que esto se debe al sentimiento antipersonalista que dominaba el 15-M, el movimiento surgido hace m¨¢s de a?o y medio, aunque se consideran distintos de aquel. Incorporan aportaciones de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca o del Comit¨¦ Profesional Sanitario de Madrid, y aspiran a canalizar iniciativas y propuestas de la sociedad civil. Prometen una aplicaci¨®n inform¨¢tica que permitir¨¢ introducir y enmendar ideas o campa?as.
El plan consiste en observar qu¨¦ acogida tiene en Internet y, si hubiera base social suficiente, presentarse a las elecciones; no con la intenci¨®n de ara?ar un par de diputados, sino para provocar ¡°una operaci¨®n ciudadana de desalojo del hemiciclo¡±, sustituyendo a la clase pol¨ªtica por... qui¨¦n sabe qui¨¦n. O qu¨¦.
Lo m¨¢s interesante del Partido X es que el estreno en Internet colaps¨® su web en pocas horas. Tanto inter¨¦s por algo nuevo se debe a los crecientes sentimientos de descontento con la pol¨ªtica y los partidos cl¨¢sicos, puestos de relieve por el CIS en su ¨²ltimo Bar¨®metro.
Se ha criticado al 15-M por su negativa a organizarse y por la escasa incidencia pr¨¢ctica de las discusiones de plaza o de acampada. La aparici¨®n del Partido X es un paso m¨¢s concreto en el camino de actuar contra las deficiencias y resultados del sistema pol¨ªtico. Pero contraponer los 350 diputados del Congreso a las decenas de millones de votantes, o confiar en las virtudes taumat¨²rgicas de una democracia ¡°virtual¡± frente a la democracia representativa, son soluciones vac¨ªas si se quedan en eso.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.