Le¨®n de Arroyal, m¨¢s all¨¢ de la Ilustraci¨®n
Ensayista, fil¨¢ntropo y emprendendor, su esp¨ªritu cr¨ªtico choc¨® con la Espa?a oscura del XVIII
Hace doscientos a?os, el 5 de enero de 1813, fallec¨ªa en su casa de Vara de Rey (Cuenca) un ilustrado cuya biograf¨ªa y producci¨®n intelectual, apenas conocidas, le sit¨²an un paso m¨¢s all¨¢ de sus contempor¨¢neos. Su figura, y sobre todo su obra, merecen dedicarle mayor atenci¨®n.
Descendiente de varias generaciones de letrados, estudi¨® leyes en Salamanca y, junto a Mel¨¦ndez Vald¨¦s, frecuent¨® la tertulia en la que Cadalso, con su poder de seducci¨®n, les atrajo irremisiblemente hacia la poes¨ªa. Por ella abandon¨® los estudios, y gracias a las rentas de unas propiedades legadas por su madre, se instal¨® en el parnaso madrile?o asistiendo a las tertulias de Estala y de las hijas del doctor Piquer, m¨¦dico de la casa real, con una de las cuales se cas¨®. Su vida es el paradigma del ilustrado: elevada formaci¨®n, esp¨ªritu cr¨ªtico y reformista, fil¨¢ntropo y emprendedor. Promovi¨® escuelas infantiles, juntas de caridad para socorrer a los necesitados, se enfrent¨® al caciquismo rural fabricando pan de calidad y m¨¢s econ¨®mico y desec¨® terrenos pantanosos convirti¨¦ndolos en feraces regad¨ªos, pero cada uno de estos pasos le cost¨® pleitos y desavenencias insufribles. En 1800, la ceguera y otros trastornos forzaron su retiro.
Auspiciado por el Inquisidor general Felipe Bertr¨¢n, fue uno de los primeros seglares en publicar varias obras y traducciones de car¨¢cter religioso, lo que le acarrear¨ªa, a la muerte de aqu¨¦l, serios disgustos. Al mismo tiempo, public¨® tres libros de poes¨ªa: poemas espirituales, odas y epigramas, as¨ª como unos d¨ªsticos de tono pedag¨®gico, alentados por el ministro Roda, que publicar¨ªa mucho despu¨¦s. Tambi¨¦n bajo la inspiraci¨®n del estadista aragon¨¦s escribi¨® un acerbo libro de s¨¢tiras, muy cr¨ªtico con la sociedad de su tiempo, que, fallecido su valedor, al solicitar licencia de publicaci¨®n fue prohibido y mandado destruir por la censura eclesi¨¢stica.
Se propuso acabar con el abigarrado e injusto sistema fiscal imperante
Con los vientos en contra, regres¨® a sus tierras, no sin antes comprometerse con Lerena, reci¨¦n nombrado ministro de Hacienda, a elaborar un nuevo sistema de rentas, dando lugar entre 1786 y 1790 a sus conocidas Cartas econ¨®mico-pol¨ªticas. En ellas, y denotando la influencia, entre otros, de Beccaria y Adam Smith, se propuso acabar con el abigarrado e injusto sistema fiscal imperante, que mediante reiteradas cargas indirectas gravaba los productos elementales de consumo en perjuicio exclusivo del pueblo llano. En su lugar, elabor¨® un plan sustentado en el catastro, con presupuestos anuales de gastos e ingresos, que se basaba en una doble imposici¨®n, en proporci¨®n a la renta de cada uno y sobre la propiedad ¡ªeclesi¨¢stica y civil¡ª, incluida la familia real, que eliminaba los escandalosos privilegios existentes. Ni qu¨¦ decir tiene que el proyecto no prosper¨®, pero al menos procur¨® a su autor un modesto empleo de contador en la reci¨¦n creada subdelegaci¨®n de Hacienda del partido de San Clemente (Cuenca).
Desalentado por el rumbo que tomaban los acontecimientos en Espa?a: claro retroceso ante los sucesos revolucionarios de Francia, muerte de Lerena, ca¨ªda y persecuci¨®n de Floridablanca, al que hab¨ªa conocido y dedicado sus Odas, y vertiginoso e inexplicable ascenso de Godoy, entre otros, escribi¨® en tono mordaz un panfleto furibundo denunciando nuestro atraso. El libelo, al enfrentar los avances cient¨ªficos y pol¨ªticos de los pa¨ªses vecinos con el lamentable espect¨¢culo que propiciaban en la ¨¦poca nuestras corridas de toros, fue con rapidez rebautizado por el vulgo como Pan y toros. Remitido de forma an¨®nima, probablemente a un viejo compa?ero de estudios en Salamanca, el ya profesor Ram¨®n de Salas, alcanz¨® veloz difusi¨®n en copias manuscritas por toda nuestra geograf¨ªa, pese a la r¨¢pida reacci¨®n inquisitorial.
Seguidamente, entre 1792 y 1795, elabor¨® un completo proyecto de Constituci¨®n, que incluye tabla de derechos, soberan¨ªa nacional y divisi¨®n de poderes, adaptado a la realidad espa?ola y no exento de contradicciones, pero claramente modernizador e influido por la Declaraci¨®n de Derechos del Hombre (1789) y la Constituci¨®n francesa de 1791. Se trataba de moderar el poder absoluto del rey estableciendo un sistema equilibrado en el que la representaci¨®n popular y un poder judicial independiente, prosiguiendo la tradici¨®n del Justicia de Arag¨®n, permitieran el tr¨¢nsito pac¨ªfico a una monarqu¨ªa de car¨¢cter constitucional. Tambi¨¦n en esta ocasi¨®n emple¨® el sistema epistolar con su interlocutor, que en este caso fue Francisco de Saavedra, consejero de Guerra y poco m¨¢s tarde ministro de Hacienda.
Como complemento a sus dos tratados reformadores, redact¨® un completo an¨¢lisis cr¨ªtico de la antiqu¨ªsima legislaci¨®n sobre la que se sustentaba el Antiguo R¨¦gimen, sometiendo a un riguroso examen la pervivencia como derecho positivo de las Partidas, el Fuero Real, el Fuero Juzgo y las sucesivas recopilaciones, incapaces de poner orden y claridad en tan complicado y obsoleto entramado legal.
La publicaci¨®n de una amplia monograf¨ªa, apoyada en la localizaci¨®n de varias obras in¨¦ditas, permitir¨¢ un conocimiento m¨¢s completo y detallado de la biograf¨ªa y la obra de este intelectual espa?ol, que puede considerarse como uno de los exponentes m¨¢s avanzados del tr¨¢nsito entre la Ilustraci¨®n y la nueva etapa liberal que a¨²n tardar¨ªa varias d¨¦cadas en manifestarse.
Enrique Moral Sandoval es profesor titular de la Universidad Complutense de Madrid.
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