Rescatar Mal¨ª
Urge el despliegue militar que impida la consolidaci¨®n yihadista en el pa¨ªs subsahariano
De la mano de las fuerzas yihadistas que extienden su control, el norte de Mal¨ª, un espacio sin gobierno mayor que Espa?a, viene convirti¨¦ndose en uno de los territorios m¨¢s explosivos de ?frica. Y, por proximidad, en peligrosa plataforma del terrorismo fundamentalista en Europa. El avance de los islamistas hacia el sur ¡ªhan ocupado la estrat¨¦gica ciudad de Konna, a 600 kilometros de Bamako, la capital¡ª ha llevado al Consejo de Seguridad a autorizar el r¨¢pido despliegue de una fuerza internacional africana de contenci¨®n. Francia, la antigua potencia colonial, cuya ayuda ha sido pedida por el presidente interino del pa¨ªs africano, se dijo ayer dispuesta a colaborar bajo mandato de la ONU si los rebeldes contin¨²an su ofensiva.
La vertiginosa descomposici¨®n de Mal¨ª arranca del golpe militar de marzo pasado, que depuso al presidente Amadou Toure y su Gobierno. El caos que sigui¨®, la corrupci¨®n y la ineficacia de las fuerzas armadas ¡ªque tras devolver te¨®ricamente el poder a los civiles acaban de echar al primer ministro provisional, Chaick Modibo Diarra¡ª permitieron que una alianza de milicias fundamentalistas vinculadas a Al Qaeda y grupos tuaregs separatistas extendiera su control sobre los n¨²cleos urbanos del des¨¦rtico norte y proclamara su independencia. Disuelta esa extra?a coalici¨®n, son ahora los islamistas los que ganan terreno sin oposici¨®n militar real, mientras imponen la versi¨®n m¨¢s fan¨¢tica de la sharia y eliminan cualquier vestigio religioso no grato, caso de Tombuct¨², seg¨²n un guion conocido en otras latitudes. En Bamako, mientras tanto, coexisten en el poder nominal una junta militar opuesta a la intervenci¨®n internacional directa y un presidente, Dioncounda Traore, que la ha solicitado.
El distante estupor con que la cercana Europa y Estados Unidos han venido contemplando los acontecimientos se ha transformado ahora en urgencia, tras el acuerdo del Consejo de Seguridad para agilizar la fuerza que rescate Mal¨ª, inicialmente alrededor de 3.000 hombres. En el espeso lenguaje de Naciones Unidas, sin embargo, rapidez quiere decir muchos meses de preparativos pol¨ªticos y log¨ªsticos antes de que las tropas se desplieguen y sean operativas, probablemente en oto?o. Demasiado tiempo, en un marco de clara inestabilidad regional, para una amenaza tan formidable como la consolidaci¨®n yihadista en Mal¨ª.
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