Pobres pobres

Pobres pobres que todav¨ªa no saben que son pobres porque piensan que ellos no tienen una hipoteca que pagar o porque viven en una casa con calefacci¨®n y todav¨ªa pueden costearse el recibo de la luz; o porque tienen un coche y a¨²n puede echarle combustible y pagar el recibo del seguro e, incluso, cambiar los neum¨¢ticos cuando lo necesitan.

Pobres pobres que creen que a ellos no les afecta en demas¨ªa lo del euro por receta, porque, al fin y al cabo, ellos no necesitan (ahora) ir al m¨¦dico, o porque pueden pagar el colegio (privado o concertado) de sus hijos, o porque suponen que ellos no se van a quedar nunca sin empleo, o porque ni siquiera se les ocurre que un mal d¨ªa, en su empresa, les bajen un 20% el sueldo; nada de pensar que no est¨¢n a salvo de tener una enfermedad grave y quiz¨¢s no puedan costearse los gastos que ocasione, si es que la privatizaci¨®n sigue avanzando a pasos de gigante; o, aunque no avance m¨¢s, puede que, cuando sean jubilados, no puedan pagarse ese euro por receta, porque las recetas son muchas y sus pensiones ser¨¢n (sin ninguna duda) mas escasas que las de ahora.

Pobres pobres que no se les pasa por la mente que, dentro de unos a?os, quiz¨¢ no puedan pagar las matr¨ªculas de sus hijos en la Universidad o costearse un pleito por un abuso o una agresi¨®n que hayan sufrido, porque las tasas judiciales sean prohibitivas para ellos.

Pobres pobres que piensan que los amigos de los poderosos van a defender a los que viven de un sueldo, porque ¡°ellos son el partido de los trabajadores¡±; puede, incluso, que piensen que ellos son algo m¨¢s que trabajadores a secas, porque tienen un cargo o un mando o porque se creen imprescindibles para su empresa.

Pobres pobres que a¨²n no saben que son pobres.¡ª ?ngel Villegas Bravo.