Cruce de recursos

La tasa del euro por receta, ya en vigor en Catalu?a y Madrid, ha logrado una rara coincidencia: la presentaci¨®n de sendos recursos de inconstitucionalidad por parte del PP y del PSOE. Hasta ah¨ª llega la unidad de criterio, pues las razones que mueven a ambos partidos para tratar de tumbar el nuevo impuesto auton¨®mico son distintas. Para los populares se trata de evitar una injerencia auton¨®mica en una cuesti¨®n de competencia solo nacional ¡ªla pol¨ªtica farmac¨¦utica¡ª que, adem¨¢s, genera una evidente inequidad en el sistema nacional de salud por cuestiones territoriales. El PSOE, por su parte, argumenta sobre todo el principio de igualdad, puesto que una comunidad gobernada por su partido, Andaluc¨ªa, ha lanzado un sistema de subasta de medicamentos con el fin de abaratarlos que el Gobierno central tiene recurrido.

Razones pol¨ªticas han obligado a ambas formaciones a incurrir en ciertas contradicciones, como que el Gobierno de Rajoy rechace una medida que grava el consumo de medicinas, una vez, sin embargo, que ¨¦l mismo ha hecho lo propio elevando el copago y obligando a los pensionistas a aportar tambi¨¦n una parte de las mismas. El euro por receta se alinea con las pol¨ªticas del PP contra la crisis a este respecto. Una vez, sin embargo, recurrida la tasa establecida en Catalu?a por Artur Mas era una cuesti¨®n de coherencia hacer lo propio contra la misma medida de la Comunidad de Madrid, gobernada por uno de los suyos.

El rechazo de los socialistas a elevar el precio de los medicamentos es el que le impide ahora reclamar ante el Constitucional la equidad que exige el sistema, toda vez que la subasta andaluza ya la menoscababa y que Patxi L¨®pez en el Pa¨ªs Vasco se negara a aplicar el nuevo copago del Gobierno central.

Al margen de los rifirrafes pol¨ªticos, que dan la medida de los graves problemas que subsisten en este modelo de Estado, lo importante del euro por receta es que es un nuevo impuesto lineal y, por tanto, poco progresivo, que grava un poco m¨¢s a los enfermos, ya previamente castigados con el cambio del sistema de copago. El Gobierno madrile?o de Ignacio Gonz¨¢lez insiste en que no se trata de recaudar m¨¢s, sino de ¡°incentivar un uso m¨¢s eficiente de los medicamentos¡±, ya que el consumo en Espa?a es muy alto. Este Ejecutivo, el mismo que se dispone a lanzar la mayor privatizaci¨®n de la gesti¨®n de hospitales y centros de salud, vuelve a ofrecer serias dudas de su capacidad para gestionar adecuadamente un servicio p¨²blico tan esencial, puesto que en lo concerniente a este asunto no es el paciente el que prescribe los medicamentos y dosis necesarios, sino los m¨¦dicos del propio sistema que los ciudadanos han puesto a su cargo. El detalle de poner en marcha el euro por receta sin el dispositivo inform¨¢tico adecuado para respetar el l¨ªmite (72 euros por paciente y a?o) e impugnar su pago son una muestra m¨¢s de la improvisaci¨®n con la que se act¨²a.