Carambola

Al implantar su voluntad recortando servicios sanitarios en aquellos municipios de Castilla-La Mancha que le parecen poco poblados, la se?ora Cospedal ha mostrado una voluntad de piedra p¨®mez y una sagacidad sibilina, enfrent¨¢ndose a la chita callando con el ministro de Justicia.

Por ejemplo, en lo que se refiere al alumbramiento de concebidos. Supongamos que en una de las menospreciadas aldeas o en alguno de los desde?ados villorrios, do ya no moran las urgencias sanitarias nocturnas porque lo que quiere el PP es privatizarlo todo y que la Sanidad p¨²blica se convierta en un moritorio para ancianos... Pongamos, dec¨ªa, que una mujer muy embarazada, con un concebido dentro, e incluso con dos o tres, o cinco, se despierta en mitad de la noche entre calambres y dolores, rotura de aguas y ca¨ªda de puentes. La ayuda a la que ahora puede acogerse est¨¢ a 15 minutos, asegura do?a Mar¨ªa de nuestros Dolores, pero no especifica si ello es a pie, a caballo, en coche, en helic¨®ptero, en gr¨²a o con cadenas, por asunci¨®n o por transustanciaci¨®n, con lluvia, con nieve, con aludes, con sol, con picadores o con banderas, con cura o con curia.

?Qu¨¦ ocurrir¨¢ si, por culpa de las dolorosas decisiones, el o los concebidos se malogran? Aborto al canto, querido ministro.

Tambi¨¦n puede suceder que esa imprudente mujer ¡ªcometi¨® la insensatez de quedarse encinta en un villorrio con pocos votantes¡ª sufra. Esa mujer puede padecer un parto dif¨ªcil ¡ªpronto, pronto, ministro de Justicia: legisle algo que nos sirva tambi¨¦n a la hora del parto, algo sobre la conveniencia de que nos den puntos o no¡ª e, incluso, mortal, si el socorro m¨¦dico no le llega a tiempo.

Magistral jugada. Un aborto como una casa y una eutanasia redonda. De nuevo, somos el asombro de Europa: nos quejamos por vicio.