Los negocios y la guerra
Esta entrada ha sido escrita por Miquel Carrillo (@miquelCarr). Responsable Incid¨¨ncia Pol¨ªtica de ?gora Nord Sud.
El tema de los negocios y la guerra es extremadamente complejo y no valen las fotos fijas. En casi todos los conflictos b¨¦licos a lo largo del planeta hay negocios implicados, grandes y peque?os. El conflicto se alimenta con el negocio, e incluso a veces genera las oportunidades de negocios que sin ¨¦l no existir¨ªan, y es este el que determina de cabo a rabo las relaciones de poder y las cadenas de producci¨®n, distribuci¨®n y acumulaci¨®n que lo caracterizan.
El caso de los Grandes Lagos, con su impacto en vidas humanas y la repercusi¨®n medi¨¢tica que ha tenido, ha sido un punto de inflexi¨®n, a partir del cu¨¢l se est¨¢n moviendo algunas cosas en esa relaci¨®n entre negocios y guerra. La crisis econ¨®mica occidental, por otro lado, tambi¨¦n ha dado un empuj¨®n que muy lentamente se empieza a notar.
Por un lado, las disposiciones voluntarias de la OCDE y de la ONU, a trav¨¦s de las normativas de debida diligencia, han empezado a marcar est¨¢ndares para la trazabilidad de los minerales estrat¨¦gicos en sus pa¨ªses de origen. Aunque algunas empresas se hagan las remolonas argumentando que no pueden asegurar de d¨®nde vienen al 100% sus partidas de t¨¢ntalo u oro y ganen algo de tiempo, la tendencia ha pasado del ¡°imposible¡± al ¡°veamos c¨®mo hacerlo¡±. ¡°Tres o cuatro juicios al a?o a sendas empresas, animan bastante la cuesti¨®n¡±, argumentaba un experto, poniendo el dedo en la llaga: la voluntariedad est¨¢ bien, pero el cumplimiento de leyes como la Franck Dodd Act americana, con la que Obama se propuso airear Wall Street en 2010 a ra¨ªz del estallido de la burbuja inmobiliaria, son un acicate imprescindible. La cadena de producci¨®n que constituye el mercado estadounidense acaba imponiendo est¨¢ndares a nivel mundial.
Los estudios en terreno en la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo desvelan que se ha reducido la proporci¨®n de esta?o, tungsteno y t¨¢ntalo que financian el conflicto, ya que su producci¨®n se ha trasladado sensiblemente a otras ¨¢reas. Tambi¨¦n se ha reducido el control por parte de las fuerzas rebeldes de las minas y en general las empresas que quieren cumplir la ley Dodd Frank no comercian desde all¨ª. Incluso una polic¨ªa minera, menos agresiva con los derechos humanos que el ej¨¦rcito, empieza a tomar el control.
Pero el camino es tortuoso: el embargo preventivo de facto de las empresas a algunas regiones, est¨¢ socavando los ingresos de la gente, as¨ª como la capacidad recaudatoria del Estado. Y es este el que tiene que cumplir el papel de supervisor, no puede hacerlo siempre la sociedad civil, aunque sea imprescindible su rol para generar avances. ¡°?Y qui¨¦n nos dice que el Estado no es corrupto tambi¨¦n??No son leg¨ªtimas muchas fuerzas insurgentes? ?No habr¨ªa que hablar con todas las partes?¡±. Por no decir que todav¨ªa no hay un sistema para resarcir a las v¨ªctimas e ir m¨¢s all¨¢ de la transparencia de las empresas.
Adem¨¢s, claro, est¨¢ el dinero: ¡°Cualquier narcotraficante cuenta con que perder¨¢ un 30-40% de su producto. Sin embargo, s¨®lo el 1% de los beneficios llega a ser intervenido, y al final siempre se blanquean de una u otra forma y entran en nuestra econom¨ªa¡±. ?Se imaginan el problema que supone tener hasta el 8% del PIB mundial, contando la evasi¨®n fiscal producida, en manos del crimen organizado??La de armas que se pueden comprar para perpetuar el conflicto que posibilita el negocio o la de voluntades que se pueden acallar?
El proceso est¨¢ ah¨ª, se mueve y hay que pilotarlo con esmero. La semana pasada el Institut Catal¨¤ Internacional per la Pau, organiz¨® en Barcelona el segundo encuentro de una red mundial de investigadores orientada a estudiar esta cuesti¨®n. Ojal¨¢ encuentren la manera de consolidar esa red, merece la pena que se siga apoyando, como tantos campos de la investigaci¨®n al desarrollo. Como suger¨ªa un folleto en el dossier que entregaban, ?c¨®mo se puede hacer pol¨ªtica sin tener evidencias? Hay que empujar desde todas las partes involucradas para conseguir romper esa relaci¨®n perversa.
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