Presupuesto menguante
Lo mejor de la cumbre, que hubo acuerdo; lo peor, que fue para un paquete restrictivo
Lo mejor que puede decirse del paquete presupuestario aprobado ayer para los pr¨®ximos siete a?os por los Veintisiete es que fue, efectivamente, aprobado. Esa luz verde implica un mensaje pol¨ªtico m¨¢s bien positivo; lo contrario, la prolongaci¨®n del debate entre los l¨ªderes, hubiera sido un claro s¨ªmbolo de par¨¢lisis. Forzando el optimismo podr¨ªan tambi¨¦n encontrarse trazas de una cierta rectificaci¨®n positiva en un sentido social y de futuro respecto del proyecto rechazado el pasado noviembre. De ah¨ª el aumento de dotaciones para investigaci¨®n y desarrollo en 4.000 millones, para el programa Erasmus en un 31% y para el desempleo juvenil en 6.000 millones, a los que aludi¨® la canciller Angela Merkel.
Pero se trata de aumentos muy limitados, pues deben repartirse entre siete ejercicios; porque previamente se lim¨® la aspiraci¨®n de la Comisi¨®n a rebajar el infecundo y excesivo gasto agrario, y porque esas nuevas o ampliadas partidas se nutrir¨¢n de recursos procedentes de otras.
Con eso se agotan los modestos parabienes al acuerdo del Consejo Europeo. Pues lo m¨¢s notable del paquete presupuestario 2014-2021, como br¨²jula de la pol¨ªtica econ¨®mica de la Uni¨®n, estriba en que por vez primera su cuant¨ªa es inferior a la de su antecesor (2007-2013) en 33.000 millones de euros. Frente al alza que propuso Bruselas, del 6,8%, los Estados miembros han encajado una reducci¨®n del 3%.
Por vez primera en d¨¦cadas el presupuesto com¨²n bajar¨¢ del 1% del PIB conjunto de los socios. Se reducir¨¢ a 960.000 millones de euros, un 0,96% de su producci¨®n econ¨®mica en el periodo. El juego malabar de diferenciar en su presentaci¨®n los cr¨¦ditos de compromiso (el tope) de los de pago (los abonos reales, que quedar¨¢n en 908.000 millones) sirve solo para disfrazar la realidad y permitir un pat¨¦tico ejercicio ¡ªpresentarse como ganadores¡ª tanto a los Gobiernos partidarios de la expansi¨®n fiscal como a los de la restricci¨®n presupuestaria. Ingenier¨ªa verbal que se ali?a con cierta flexibilidad para aumentar el gasto en circunstancias extraordinarias.
Lo peor de este presupuesto plurianual es que revela hasta qu¨¦ punto los l¨ªderes no digieren que la pol¨ªtica de austeridad un¨ªvoca, sin la compa?¨ªa de potentes est¨ªmulos al crecimiento, lleva a Europa a la ruina. Justo lo contrario de lo que entiende EE UU. M¨¢s a¨²n: si la austeridad es ineludible a escala nacional, sobre todo para los pa¨ªses m¨¢s endeudados, el nivel europeo resulta el mejor para completar sus insuficiencias. Y no para ¡°ajustarse a los esfuerzos de consolidaci¨®n¡± de los Estados, como destac¨® Merkel y por lo que pugn¨® David Cameron.
Posiblemente, entre el mayor gasto pedido por el Sur y el menor al que estaba dispuesto el Norte, la cifra del compromiso alcanzada era ¡°la m¨¢s alta posible¡±, como quiso ver Fran?ois Hollande. El Parlamento Europeo dispone ahora del poder de paralizar el proyecto. Puede usarlo, amenazando con repetir el gasto del septenio anterior que una pr¨®rroga autom¨¢tica por un a?o, en doceavas partes, permitir¨ªa. Es una mala soluci¨®n ¡ªpues distorsiona los programas plurianuales¡ª, pero quiz¨¢ una buena t¨¢ctica para imponer enmiendas que lo mejoren.
Para Espa?a, ciertos retoques, como un m¨ªnimo logro de 1.000 millones para el paro juvenil, el mantenimiento de la cohesi¨®n y el de su cualidad de pa¨ªs receptor neto, alivian, en lo particular, el perjuicio general de un paquete presupuestario mal orientado.
Algo m¨¢s puede quedar claro desde ayer. Si no es acertado que el presupuesto se quede como el patito feo frente a los avances de la uni¨®n econ¨®mica en otros ¨¢mbitos (fondos de rescate, uni¨®n bancaria, disciplina fiscal), habr¨¢ que lanzarse a inventar otro m¨¢s ambicioso, m¨¢s actual y m¨¢s flexible... para la eurozona.
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