Donaciones a partidos pol¨ªticos
El l¨ªder del PSOE, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, acaba de presentar en Bilbao un paquete de cuatro medidas destinadas a atajar la corrupci¨®n pol¨ªtica. De entre ellas destaca su propuesta de prohibir las donaciones de empresas a partidos pol¨ªticos. En sus propias palabras, ¡°la supresi¨®n de estas donaciones eliminar¨ªa las sospechas de connivencia¡±. No comparto su optimismo; este es, como bien dice C¨¦sar Molinas, el pa¨ªs del ¡°capitalismo castizo¡± y, con toda seguridad, las donaciones opacas seguir¨ªan existiendo. Pretender extinguir la corrupci¨®n por decreto no representa un objetivo factible, como no lo es el de extirpar la prostituci¨®n, el tr¨¢fico de drogas, ni lo fue intentar acabar con el consumo de alcohol durante la ley seca: lo llevamos en nuestro ADN.
Que los partidos pol¨ªticos se financien a partir de empresas no me quita particularmente el sue?o. Que los Gobiernos devuelvan esta financiaci¨®n privada en forma de lucrativos favores (concesiones, adjudicaciones, regal¨ªas varias) con el dinero de nuestros impuestos s¨ª que me resulta sumamente preocupante. Y que las consecuencias de esta relaci¨®n incestuosa entre Gobiernos y empresas sean irreversibles (porque cuando se descubren por los jueces o por la prensa normalmente han transcurrido varios lustros) me parece sencillamente escandaloso.
Desde mi punto de vista, debemos concentrar los esfuerzos en los dos ¨²ltimos aspectos. En este sentido, el sistema norteamericano de financiaci¨®n de las campa?as electorales que permite cualquier tipo de donaci¨®n privada, pero proh¨ªbe el anonimato (por encima de los 2.500 d¨®lares) as¨ª como las donaciones bajo cuerda, me parece un esquema m¨¢s acertado puesto que ayuda a revelar posibles tratos de favor. Solo de esta forma los ciudadanos disponen de la informaci¨®n precisa para poder auditar, en tiempo real y con conocimiento de causa, la acci¨®n del Gobierno de turno.¡ª Diego Ferre?o Blanco.
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