Rania de Jordania da la (otra) cara
Cuando estall¨® la ¡®primavera ¨¢rabe¡¯ se hizo invisible. Regresa al primer plano con una calibrada imagen de mujer comprometida antes que derrochadora
Rania ha vuelto a primera fila, como una monarca renovada. Despu¨¦s de varios meses en los que se qued¨® en un discreto segundo plano, manteniendo un perfil bajo ante las protestas que han recorrido su pa¨ªs, la reina de Jordania se vuelve a prodigar en eventos sociales. Pero atr¨¢s quedan los elegantes trajes de c¨®ctel y las tiaras de diamantes, las portadas y las entrevistas con estrellas de la televisi¨®n norteamericana. Rania se deja ver ahora en conferencias internacionales sobre asuntos como la pobreza o el cambio clim¨¢tico, y en actos con voluntarios y ancianos desfavorecidos en su pa¨ªs.
En enero abri¨® una conferencia sobre sostenibilidad ecol¨®gica en Emiratos ?rabes Unidos. D¨ªas despu¨¦s, en el Foro Econ¨®mico Mundial en Davos, habl¨® de educaci¨®n y analfabetismo en una mesa redonda con el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon; el primer ministro brit¨¢nico, David Cameron, y el fil¨¢ntropo y fundador de Microsoft, Bill Gates. En Amm¨¢n acudi¨® junto a su marido, el rey, a la apertura de la nueva C¨¢mara baja del Parlamento, tras las elecciones legislativas. El pasado 5 de febrero visit¨® una residencia de mayores de la Sociedad Al Asirra Al Bayda¡¯a, y departi¨® con voluntarios que asisten a esas personas.
La reina de Jordania se vuelve a dejar ver en eventos y conferencias sobre temas sociales como la pobreza o la educaci¨®n
En noviembre, el nerviosismo se hab¨ªa instalado en palacio. Los vientos levantiscos de la primavera ¨¢rabe soplaban con una fuerza inusual en Jordania. Las manifestaciones contra la monarqu¨ªa, habituales los viernes, comenzaban a tomar un cariz algo violento. La ciudadan¨ªa mostraba su ira por un aumento del 14% en el precio de la gasolina, del 28% en el del queroseno y del 54% en el gas que se emplea para cocinar. Cosas tan mundanas ahogaban al pueblo, mientras los monarcas parec¨ªan vivir ajenos a esas preocupaciones en el complejo real de Maqar, en Amm¨¢n. Unos manifestantes llegaron a quemar un retrato del rey Abdal¨¢, algo que en el pasado se ha pagado con c¨¢rcel.
Desde 2011, la casa real ha visto con inquietud la ca¨ªda de los reg¨ªmenes de la zona. Muamar el Gaddafi de Libia est¨¢ muerto, sus excentricidades, ya olvidadas. En Siria, Bachar el Asad se aferra al poder, parapetado en Damasco junto a su mujer, Asma, la elegante primera dama a la que la revista Vogue calific¨® de ¡°rosa del desierto¡± en marzo de 2011. Hosni Mubarak se halla en una c¨¢rcel de Egipto. Seg¨²n un libro de reciente publicaci¨®n, elaborado por Abdel Latif el-Menawy, exjefe de la televisi¨®n Egipcia, en las ¨²ltimas horas de su Gobierno, los guardas de seguridad se encontraron a su mujer, Suzanne, postrada en el suelo, regando con sus l¨¢grimas los suelos de palacio.
Tuitera, otra vez
Rania se apag¨® tambi¨¦n en Twitter, donde tiene 2,5 millones de seguidores. Desde enero ha vuelto a tuitear sobre iniciativas institucionales, animando al voto o felicitando a los jordanos. Algunos de sus mensajes: ¡°800 millones de personas ni pueden leer, y dos tercios de ellos son mujeres. La alfabetizaci¨®n es inseparable de la prosperidad¡±, o ¡°una sonrisa que nunca olvidaremos... Rey Hussein, que Dios bendiga su alma¡±.
?Era posible que algo as¨ª sucediera en Jordania? Las protestas de la primavera ¨¢rabe llegaron pronto al pa¨ªs, aunque no lo han sacudido tanto como a otros vecinos. ?Estaba a punto de desmoronarse una monarqu¨ªa que hab¨ªa regido desde 1946 los designios de uno de los pa¨ªses m¨¢s estables de la zona, uno de los pocos que ha osado firmar la paz con Israel, estrecho aliado de Europa y Estados Unidos en Oriente Pr¨®ximo? Abdal¨¢ II de Jordania lleva dos a?os efectuando reformas constantes, renovando Ejecutivos, convocando elecciones. Ha dicho, incluso, que su objetivo es tener en pie a largo plazo una monarqu¨ªa parlamentaria. Algunos dicen que con cambios cosm¨¦ticos; otros, que son un programa reformista de largo alcance.
En los albores de la primavera ¨¢rabe en Jordania, Rania, nacida en Kuwait, de padres refugiados palestinos, se convirti¨® en la diana de las cr¨ªticas de algunos de los grupos opositores, especialmente de algunas tribus que rechazaron su papel en la monarqu¨ªa. En un comunicado conjunto, 36 de esas tribus, procedentes del margen oriental del r¨ªo Jord¨¢n, criticaron en 2011 a Rania por ¡°construir centros de poder en su inter¨¦s, que van en contra de aquello que los jordanos y los hachem¨ªs han pactado para gobernarse, y es un peligro para la naci¨®n, la estructura del Estado... y la instituci¨®n del trono¡±, dec¨ªa. ¡°Hacer caso omiso a este comunicado nos llevar¨¢ a lo que sucedi¨® en T¨²nez y Egipto¡±.
Permeaba aquel comunicado una divisi¨®n ancestral que motiva muchas de las tensiones internas de Jordania. La base de apoyo de la monarqu¨ªa han sido, durante mucho tiempo, las tribus transjornadas, que son el 40% de la poblaci¨®n y recelan de la creciente influencia de las familias de Palestina, como la de la reina, emigradas en las pasadas d¨¦cadas. Rania se cas¨® con Abdal¨¢ en 1993, seis a?os antes de que este ascendiera al trono, tras la muerte de su padre, Hussein.
En la mente de muchos opositores quedaba grabado el recuerdo de la fiesta del 40? cumplea?os de la reina, en agosto de 2010. La familia real hizo volar entonces a 600 hu¨¦spedes de todo el mundo al valle de Wadi Rum, decorado con velas de celebraci¨®n. Los invitados beb¨ªan agua potable tra¨ªda al desierto en camiones. Las cr¨ªticas provocaron que la reina optara por la extrema discreci¨®n. Desde entonces apareci¨® en p¨²blico con colores sobrios y atuendos muy contenidos. En las fotos posaba con sus cuatro hijos. Atr¨¢s quedan los grandes fastos de ocasiones pasadas.
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