No se caer¨¢ el mundo por exigir responsabilidades
El PP bloquea cualquier salida razonable a la crisis y fuerza al PSOE a pedir la dimisi¨®n de Rajoy
¡°No es el momento para entrar en enredos¡±, dijo Rajoy a los parlamentarios del PP. Lo asombroso es que el propio presidente no para de alimentar esos enredos. El primero de todos, en relaci¨®n con la posici¨®n del se?or B¨¢rcenas en el PP, sobre la que no ha habido forma de que d¨¦ una informaci¨®n completa.
El comunicado emitido por el PP esta semana dice que en 2010 B¨¢rcenas solicit¨® su reincorporaci¨®n al PP, finalizada la excedencia que ten¨ªa concedida como senador por Cantabria, cargo al que hab¨ªa renunciado.
?Por qu¨¦ renunci¨® el se?or B¨¢rcenas? Lo hizo seis d¨ªas despu¨¦s de levantarse el secreto del sumario del caso G¨¹rtel y de conocerse que, seg¨²n las investigaciones judiciales, podr¨ªa haber recibido 1.350.000 euros por mediar en la adjudicaci¨®n de contratos a empresas de esa trama.
El segundo p¨¢rrafo del comunicado dice que ¡°el PP manifest¨® su deseo de no reintegrarle a su puesto de trabajo¡± y que, de acuerdo con el art¨ªculo 56 del Estatuto de los Trabajadores, procedi¨® a indemnizarle.
?Por qu¨¦ decidi¨® el PP romper esa relaci¨®n laboral? La ¨²nica explicaci¨®n aceptable, e inexcusable, es que consider¨® que el se?or B¨¢rcenas hab¨ªa abusado de la confianza de la empresa. Por eso no ten¨ªa que acudir al art¨ªculo 56 del Estatuto, sino al 54, que considera causa de despido procedente ¡°la transgresi¨®n de la buena fe contractual¡±, lo que incluye, entre otras cosas, acciones que causen da?o a la imagen de la empresa y enga?os a clientes. ?Qu¨¦ mayor da?o al PP que el causado por el se?or B¨¢rcenas? ?Qu¨¦ mayor enga?o a los ciudadanos de Cantabria?
El viernes qued¨® claro que no existe ni despido ni finiquito. ?Ser¨ªa posible que el Partido Popular y su presidente dejen de organizar enredos, de mezclar desordenadamente cosas muy distintas? A prop¨®sito, ?qu¨¦ tiene que ver en todo esto la declaraci¨®n de la renta de los pol¨ªticos de los dem¨¢s partidos?
La insistencia ofuscada en esta estrategia est¨¢ cegando al PP cualquier salida razonable a una situaci¨®n dif¨ªcil y compleja. Y est¨¢ dejando al PSOE sin otra opci¨®n que pedir la dimisi¨®n del presidente del Gobierno.
Si el PP no es capaz de analizar con inteligencia la situaci¨®n y si se empe?a en responder a mandoble limpio, el resultado de esta crisis, que lamentablemente todav¨ªa se puede agravar, va a ser intratable. Cerrar cualquier posibilidad de di¨¢logo con el PSOE en estos momentos es un extrav¨ªo peligroso.
A los ciudadanos solo les queda empe?arse en observar lo m¨¢s cuidadosamente que puedan la realidad que les rodea. Observemos d¨ªa a d¨ªa a la ministra de Sanidad, Ana Mato. ?Cu¨¢nto tiempo puede aguantar un ministro que est¨¢ imposibilitado para hablar p¨²blicamente de otra cosa que no sea de su propia dimisi¨®n? Hay que ofrecer resistencia a los enredos y a las nubes t¨®xicas que pretenden suprimirnos el juicio y, lo que es peor, convencernos de que somos impotentes.
La respuesta ciudadana debe plantear aspiraciones concretas. Exigir responsabilidades. Nadie necesita conocer la renta de todos los pol¨ªticos del PP en los ¨²ltimos 25 a?os. Lo que se tiene que explicar es el caso B¨¢rcenas, que ha sido tesorero del PP hasta hace muy poco. Ese caso. En concreto. Sin distracciones.
Y que quien haya tenido responsabilidades en actuaciones irregulares o delictivas, las asuma. Sea quien sea. En el caso B¨¢rcenas, por supuesto; en el de Urdangarin, tambi¨¦n; como en el esc¨¢ndalo de las escuchas a S¨¢nchez-Camacho; en todos cuantos sea necesario. Sin cansarse. Ordenadamente. Este es un problema de d¨®nde se pone el ¨¦nfasis. En ampulosas catarsis o en concretas reclamaciones y en el correcto funcionamiento de las instituciones.
No por obvio se puede dejar de insistir en lo mismo: en este pa¨ªs ha existido un mecanismo de generaci¨®n de dinero negro, relacionado con el mundo inmobiliario y financiero, que ha contaminado a los partidos pol¨ªticos y del que todos los responsables quieren ahora escapar. El mecanismo debe ser desactivado; las instituciones deben funcionar, y esas personas deben asumir, voluntariamente o a la fuerza, su propia responsabilidad. No se caer¨¢ el mundo por ello. Se tambalear¨¢ si miramos hacia otro lado.
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