Ocasi¨®n (casi) perdida
La reforma de la Administraci¨®n recela de la autonom¨ªa local y hace c¨¢lculos muy optimistas
Que los distintos niveles de la Administraci¨®n p¨²blica espa?ola necesitan una o varias reformas en profundidad es un secreto a voces. Que las duplicidades entre esos niveles, m¨¢s que su tama?o, son causa de su ineficacia, es cosa estudiada. Que Bruselas venga reclamando esas reformas desde hace tiempo y con insistencia convierte su virtud en necesidad urgente. Por eso, incluso aunque sea con retraso, resulta un alivio contar con un primer borrador sobre las Administraciones locales. El Gobierno aprob¨® ayer el informe del anteproyecto de ley de racionalizaci¨®n y sostenibilidad de la Administraci¨®n local para lograr ese objetivo.
Por desgracia, se trata de un informe descorazonador. Por lo que no contiene: un plan para la reducci¨®n progresiva del excesivo n¨²mero de municipios (8.117), en su inmensa mayor¨ªa aquejados de dram¨¢ticos problemas de viabilidad por su escaso tama?o, que dificulta las econom¨ªas de escala. Otros pa¨ªses, como Grecia o Italia, han abordado este problema; con gran pol¨¦mica, pero al menos han planteado abiertamente su discusi¨®n.
Tampoco resulta esperanzador el enfoque general del texto, extremadamente receloso del principio de la autonom¨ªa municipal. Al contrario, el texto apela m¨¢s bien al sistema provincial de la Restauraci¨®n, tan favorable a los controles del caciquismo territorial, al pivotar sobre las a?ejas diputaciones provinciales. Est¨¢ demostrado que la supresi¨®n de duplicidades y la creaci¨®n de consorcios de servicios locales son eficaces para ahorrar gasto. Tambi¨¦n que la asociaci¨®n voluntaria ¡ªsi conviene, incentivada¡ª puede obtener mejores resultados, de entrada, que la obligatoria. Algunas mancomunidades han sido ejemplares en esto, por ejemplo en transporte o en la recogida y tratamiento de residuos s¨®lidos.
El tercer fallo es el cap¨ªtulo econ¨®mico, algo parad¨®jico al proceder de Hacienda: o quiz¨¢ no, pues en casa del herrero, cuchillo de palo. El proyecto carece de un esquema de financiaci¨®n municipal, o de novedades sobre la misma, cuando la crisis ha estrechado las fuentes de recursos locales (sobre todo de origen inmobiliario), colocando a muchos municipios al borde del abismo.
No solo eso. La cuantificaci¨®n del plan de ahorro bianual ¡ªpor eliminaci¨®n de duplicidades y ¡°clarificaci¨®n de competencias¡±¡ª en 7.129 millones suscita dudas, sobre todo porque hace un a?o se estimaba que apenas iba a alcanzar la mitad de esa cuant¨ªa. Tampoco se explica c¨®mo se financiar¨¢n los servicios municipales que asuman las diputaciones y las autonom¨ªas. Y el ahorro en sueldos y cargos que tanto discurso ha consumido apenas llega a un exiguo 3% del total.
De modo que este borrador constituye una respuesta de escasa altura a un gran problema. Se convertir¨¢ enseguida en una ocasi¨®n perdida. A no ser que sirva no como final de etapa, sino como detonante de una discusi¨®n que replantee el texto casi por completo.
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