Juicio militar en Rabat
La severa condena de 24 saharauis por matar a once polic¨ªas se basa en pruebas muy endebles
El campamento de protesta de Gdim Izik, en las afueras de El Aai¨²n, fue la mayor demostraci¨®n saharaui desde que Espa?a entreg¨® a Marruecos su ¨²ltima colonia en 1975. A partir de mediados de octubre de 2010, unos 20.000 saharauis se concentraron all¨ª pac¨ªficamente para plantear reivindicaciones sociales. En la madrugada del 8 de noviembre, las fuerzas de seguridad marroqu¨ªes asaltaron el campamento. En la operaci¨®n y en los posteriores enfrentamientos en El Aai¨²n murieron 11 antidisturbios y dos civiles saharauis. Previamente, un joven muri¨® en un control por el disparo de un gendarme.
Veintisiete meses despu¨¦s de aquellos hechos, 24 activistas saharauis, entre ellos un intelectual como Naama Asfari, han sido juzgados por un tribunal militar en Rabat. Excepto en dos casos, las condenas por ¡°violencia sobre agentes del orden con resultado de muerte¡± han resultado severas: 8 a cadena perpetua, 4 a 30 a?os y 10 a penas de entre 20 y 25 a?os.
Las apariencias pueden ser enga?osas. Los abogados de la defensa y sus clientes pudieron explayarse ante el tribunal. Los activistas defendieron incluso con argumentos, y tambi¨¦n a gritos, el derecho a la autodeterminaci¨®n. Hab¨ªa observadores internacionales presentes en la sala.
Pero, m¨¢s all¨¢ de las formas, los activistas fueron juzgados por una jurisdicci¨®n de excepci¨®n respecto a la que, en la pr¨¢ctica, no cabe recurso. El tribunal se neg¨® a investigar las denuncias de tortura que formularon los acusados. Las condenas se fundamentan en las confesiones ante la polic¨ªa judicial, que los activistas dicen inventadas o arrancadas bajo tortura. En las armas con las que fueron abatidos los antidisturbios no aparecen las huellas dactilares de los acusados, ni tampoco se les reconoce en un v¨ªdeo del asalto proyectado en la sala de audiencia a instancias de la fiscal¨ªa.
El desarrollo del mayor juicio de saharauis desde que Rabat administra el territorio muestra que si en Marruecos los derechos humanos siguen siendo una asignatura pendiente, en el S¨¢hara lo son mucho m¨¢s.
El conflicto del S¨¢hara volver¨¢ en abril a la mesa del Consejo de Seguridad de la ONU. Es hora de que, para lograr un mayor respeto de los derechos humanos en ese territorio, el contingente de la ONU (Minurso) all¨ª desplegado se encargue de supervisar su aplicaci¨®n, como lo hacen otras muchas fuerzas de paz.
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