Un sue?o americano
La canadiense Florence Nightingale cre¨® la firma Elizabeth Arden. Tras el centenario de la marca, repasamos la vida de su fundadora.
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Si dicen que Estados Unidos es el pa¨ªs de las oportunidades, el caso de Elizabeth Arden bien podr¨ªa ser el ep¨ªtome del clich¨¦. Florence Nightingale Graham naci¨® en Toronto (Canad¨¢) en alg¨²n momento entre 1878 y 1886 ¨Cella se encarg¨® de sembrar las dudas sobre el a?o concreto¨C y, tras estudiar un a?o enfermer¨ªa, se mud¨® a Nueva York. Ya saben, la ciudad de las oportunidades. ¡°Me di cuenta de que no me gustaba ver enfermos. Quiero lograr que la gente est¨¦ bien, joven y bella¡±, dir¨ªa tiempo despu¨¦s.
En el transcurso de dos a?os fue asistente de un dentista, llev¨® las cuentas de una empresa farmac¨¦utica y trabaj¨® con Eleonor Adair, de la que aprendi¨® el arte del masaje. En 1909 abri¨® un sal¨®n de belleza con Elizabeth Hubbard en el 509 de la Quinta Avenida. Hubbard sab¨ªa formular cremas, y Nightingale se encargaba de los tratamientos. Tan solo un a?o despu¨¦s rompieron relaciones y Florence se qued¨® con el local. Pidi¨® un pr¨¦stamo a su hermano, pint¨® la puerta de rojo ¨Cpara diferenciarla del resto de las de la calle¨C y cambi¨® su nombre por el de Elizabeth Arden (¡°los clientes conf¨ªan m¨¢s en las mujeres casadas¡±, dec¨ªa a pesar de estar soltera). Ah¨ª naci¨® la leyenda. Viv¨ªa para trabajar, y el dinero que ganaba lo reinvert¨ªa en nuevas formulaciones y tratamientos.
En 1914 su empresa ya era conocida en Estados Unidos, estaba a punto de abrir un centro en Washington DC y cambi¨® el Mrs. (de se?ora) por el Miss (de se?orita). El mismo d¨ªa del asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria en Sarajevo (que dio pie a la I Guerra Mundial), Miss Arden aterrizaba en Par¨ªs. Quer¨ªa conocer de primera mano los tratamientos y cremas europeos. A su llegada descubri¨® que las mujeres utilizaban un maquillaje muy sutil que las embellec¨ªa. Por aquella ¨¦poca, en Estados Unidos solo las mujeres del teatro se atrev¨ªan a ponerse labial y sombras (durante las funciones). Arden empez¨® a probar y mezclar texturas. Y result¨® que ten¨ªa buen ojo para dar con los tonos adecuados. Una vez de regreso a Nueva York, lanz¨® su primera l¨ªnea de maquillaje. Tambi¨¦n regal¨® a las sufragistas que se manifestaban uno de esos primeros productos, un labial rojo, en un sublime ejercicio de marketing que le granje¨® much¨ªsima publicidad gratuita.
La f¨®rmula infalible
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El b¨¢lsamo reparador Eight Hour Cream mantiene la f¨®rmula original con la que fue lanzado en 1930. Elizabeth Arden lo usaba sobre las patas de sus caballos despu¨¦s de las carreras, y lo recomendaba a sus clientas: ¡°Tiene que probarlo, yo lo uso en mis caballos¡±. Es el pionero de una de sus l¨ªneas cosm¨¦ticas.
Con la expansi¨®n internacional en marcha, el ?imperio de la puerta roja segu¨ªa su camino. Miss Arden se cas¨® en 1915 con Thomas Jenkins Lewis, al que conoci¨® en su viaje de vuelta de Par¨ªs y que llevar¨ªa durante muchos a?os la contabilidad de la empresa, hasta el divorcio en 1934 y la posterior huida del mismo a otra compa?¨ªa cosm¨¦tica: Helena Rubinstein. No fue casualidad. La francesa (a la que Arden llamaba despectivamente ¡°esa se?ora¡±) era la principal rival de Elizabeth, y aunque se dice que nunca se vieron en persona aunque acudiesen a los mismos eventos, no se perd¨ªan la pista.
En los a?os treinta, Miss Arden centraba su atenci¨®n en el mundo de los caballos. Por primera vez hab¨ªa encontrado un hobby que la entreten¨ªa, m¨¢s all¨¢ del desarrollo de su propia compa?¨ªa. Compr¨® una gran casa en Maine a la que llam¨® Maine Chance, donde los criaba. R¨¢pidamente la convirti¨® en el primer spa estadounidense al estilo europeo, un lugar de retiro y descanso para mujeres de ¨¦lite. En 1930, gracias a su hermana Gladys (encargada de sus negocios en Francia) y Fabian Swanson, dieron con la f¨®rmula de Eight Hour Cream, un b¨¢lsamo reparador. Cinco a?os despu¨¦s, Gladys le envi¨® desde Par¨ªs un perfume para probarlo. A Arden le encant¨® y lo comercializ¨® como Blue Grass, entrando as¨ª en la perfumer¨ªa.
No fue la ¨²nica diversificaci¨®n de negocio que hizo. De un sal¨®n de tratamientos pas¨® a ofrecer cremas, maquillajes, perfumes, servicios de peluquer¨ªa, y hasta lanz¨® su propia l¨ªnea de moda en 1943. Para ella trabajaron dise?adores como Charles James, Antonio Castillo, Ferdinando Sarmi y, finalmente, un jovenc¨ªsimo Oscar de La Renta, al que contrat¨® en 1962. ¡°Trabaj¨¦ con ella dos a?os y medio. Parecieron diez¡±, dir¨ªa posteriormente con respecto a la fama de dif¨ªcil y caprichosa que ten¨ªa Miss Arden. Le hizo un vestido que ella dijo que guardar¨ªa para una ocasi¨®n especial; De la Renta no lo volvi¨® a ver hasta octubre de 1966, en su funeral. Miss Arden muri¨® sin herederos directos. Unilever compr¨® la empresa en los a?os ochenta. Lanzaron las fragancias Red Door y Green Tea, y la l¨ªnea de tratamiento Ceramide. En 2001 la vendieron a French Fragrances Inc, que incorpor¨® los tratamientos Prevage. Las grandes corporaciones continuaron el legado americano de una canadiense. P
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