Europa al rev¨¦s
No hay integraci¨®n europea que pueda hacerse a espaldas de los ciudadanos
No es Europa lo que nos falta. Tenemos Europa. Mucha. Nunca hab¨ªamos tenido tanta en nuestra historia. Pensamos como europeos, sobre todo fuera de Europa, y nuestras identidades regionales o nacionales no niegan la identidad europea, ni se niegan entre ellas, sino que se refuerzan. Europa es un ¨¦xito descomunal, ins¨®lito en nuestra historia violenta. La idea de que nunca m¨¢s habr¨¢ guerra entre nosotros est¨¢ anclada profundamente en nuestras sociedades. Tambi¨¦n es un ¨¦xito econ¨®mico, a pesar de las amarguras de esta crisis, sobre todo para los pa¨ªses mediterr¨¢neos. Pero es un ¨¦xito porque hay que fijar bien el punto comparativo de partida, que no es la burbuja de falsa prosperidad de finales de los noventa y principios del siglo XXI, sino el campo de ruinas y muerte de donde sali¨® el proyecto europeo.
Los valores compartidos por los europeos, la paz y la libertad, la democracia y el Estado de derecho, la igualdad y la solidaridad, los derechos humanos y la tolerancia, han creado el espacio para la rep¨²blica europea. Es un espacio donde se penaliza a los fan¨¢ticos y a los ide¨®logos que enfrentan a pueblos y pa¨ªses unos contra otros. No hay naci¨®n europea alguna, vieja o nueva, ninguno de los 27 Estados que puedan vivir y crecer sin el consentimiento de sus ciudadanos. Y no hay integraci¨®n europea que pueda hacerse a espaldas de los ciudadanos, es decir, sin su consentimiento.
No hay que echar a nadie de esa Europa en construcci¨®n. Necesitamos a los brit¨¢nicos. Su tradici¨®n parlamentaria, su pragmatismo, su coraje militar. M¨¢s Europa no es una Europa sin Reino Unido. M¨¢s Europa no es una Europa alemana o sometida al diktat de los alemanes. M¨¢s Europa es una Alemania plenamente europea en la que nadie provoque o humille a los otros socios.
As¨ª habl¨® hace muy escasos d¨ªas un pol¨ªtico alem¨¢n, el presidente de la Rep¨²blica, Joachim Gauck. Su discurso pronunciado en Berl¨ªn el 22 de febrero, a un a?o de su elecci¨®n, es la otra cara de la mala luna europea, la respuesta a los silencios y a la sequedad europe¨ªstas de la canciller Angela Merkel. El presidente casi no tiene poder, excepto el poder formidable de la palabra.
No todo lo que dijo Gauck, predicador de profesi¨®n, halag¨® los o¨ªdos de su audiencia. Tambi¨¦n habl¨® de la crisis de confianza, los desequilibrios entre quienes dan y quienes reciben o entre derechos y deberes, el hast¨ªo ante la burocracia y la regulaci¨®n o el sentimiento de que Europa se construye a espaldas de la gente y sin escuchar su voz. Y tuvo la osad¨ªa de decir, en alem¨¢n, que el ingl¨¦s deber¨¢ ser la lengua europea para el espacio p¨²blico compartido en un continente donde todos deberemos hablar al menos dos lenguas. Ideas discutibles y para la discusi¨®n europea, pero profundamente comprometidas con Europa. Si queremos m¨¢s y mejor Europa, necesitamos m¨¢s Gaucks.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.