Valenciano y el l¨ªmite de la comunicaci¨®n pol¨ªtica

Elena Valenciano tiene dos hijos. Y sus hijos no se dedican a la pol¨ªtica. Son ni?os. Y, como ni?os, deben vivir como tal. Las amenazas o persecuciones, que dice Valenciano que ellos sufren, rozan el l¨ªmite. Su exposici¨®n quiz¨¢s, en Twitter, supone un riesgo que ella, como madre y mujer, debe asumir y responder. As¨ª lo siente.

Pero¡­ ?ha hecho bien con cerrar su cuenta de Twitter? Es una decisi¨®n pol¨ªtica de madre, no lo olvidemos, que ella ha tomado frente a un problema que ata?e a su vida real. Su perfil en Twitter era activo, respond¨ªa, entraba al debate y al juego y, en muchas ocasiones, se ha arriesgado con temas espinosos. Ha sido atacada, ha recibido cr¨ªticas y acusaciones en los ¨²ltimos a?os en los que ha mantenido vivo su perfil. Y siempre ha intentado tener entereza frente a todo. A pesar de su aspecto cansado que muestra los ¨²ltimos meses, es una mujer que se siente segura tanto en la Red como en el mundo real. Y, seguramente, haya sido esa seguridad la que la ha llevado a decir: no, a mis hijos, no. Hablamos de un sentimiento, hablamos de una emoci¨®n y hablamos de amor.

Ha actuado como madre. No como pol¨ªtica. Ha actuado como mujer. No como pol¨ªtica. Y lo ha hecho porque, la comunicaci¨®n pol¨ªtica, dependiendo de d¨®nde se ejerza, tambi¨¦n entra?a un l¨ªmite. Sobre todo, para aquellos que aprovechan la debilidad materna para atacar.