De charla con Jorge Lorenzo
M¨¢s tranquilo y reflexivo que cuando empez¨®, siendo adolescente, su carrera profesional, el piloto balear ha madurado y mejorado su imagen. Desde lo m¨¢s alto, ahora mira ambicioso al futuro.
No hay tiempo para casi nada en la vida de Jorge Lorenzo (Palma de Mallorca, 1987). Su existencia transcurre a toda prisa desde que debut¨® como profesional hace una d¨¦cada, cuando ten¨ªa 15 a?os. A 300 kil¨®metros por hora, a veces reales y a veces metaf¨®ricos, este chico cabalga como un peque?o jinete en un viaje que de momento no tiene fin, quemando rueda de pa¨ªs en pa¨ªs, de evento en evento, de carrera en carrera, sorteando una curva tras otra, volteando su cuerpo y su moto de izquierda a derecha, de derecha a izquierda, acelerando, frenando, apurando distancias y tiempos, tratando de hacer lo que sabe lo mejor posible y lo m¨¢s r¨¢pido, cruzando l¨ªneas de meta victorioso. El a?o pasado, el de su segundo cetro mundial en ?MotoGP, Lorenzo gan¨® 6 carreras y qued¨® segundo en 10, de un total de 18 circuitos en los que se disput¨® el campeonato. Esa regularidad le hizo imponerse a otro espa?ol, Dani Pedrosa, que si bien realiz¨® una segunda mitad de Mundial muy buena, no estuvo a la altura de Jorge en la primera y acab¨® pag¨¢ndolo.
Lorenzo es el primer espa?ol que consigue ser bicampe¨®n de la m¨¢xima categor¨ªa del motociclismo (adem¨¢s de en 2012, ya lo fue en 2010). En realidad, solo ?lex Crivill¨¦ hab¨ªa conseguido ganar un Mundial para nuestro pa¨ªs, en 1999. Eso en toda la historia, que en motociclismo comenz¨® en 1949. La cilindrada reina era, hasta ahora, territorio italiano, estadounidense, brit¨¢nico y australiano. Otro escal¨®n superado con nota para el deporte espa?ol.
?ltimo viernes de febrero en Madrid. Como si de una vuelta cronometrada se tratara, el piloto balear aparece con el tiempo milimetrado en un estudio cercano a la avenida de Am¨¦rica de la capital de Espa?a. Le esperan dos sesiones de retratos, una para la marca italiana de relojes Sector No Limits, que le patrocinar¨¢ este a?o, y otra con El Pa¨ªs Semanal. El lugar parece escogido a prop¨®sito para recibir a un grande de las motos, un antiguo taller mec¨¢nico reconvertido en moderno espacio fotogr¨¢fico. A los fot¨®grafos, ayudantes, estilistas, maquilladores, representantes de la marca de relojes y otras muchas personas m¨¢s que, sinceramente, no se sabe muy bien cu¨¢l es su papel dentro de la pel¨ªcula, se les une el s¨¦quito de Lorenzo, unos siete u ocho chicos que supervisar¨¢n cada detalle que suceda, mimando al piloto de oro.
Cuando este cruza la puerta, las miradas de una treintena de personas se clavan en ¨¦l. Saluda amable, sonriente, con un punto de timidez, o de distancia, qui¨¦n sabe. Aparentemente no parece alguien endiosado, sino una persona que ha aprendido que la prudencia es b¨¢sica. ?l mismo as¨ª lo reconocer¨¢ despu¨¦s, cuando trace una l¨ªnea muy clara entre qui¨¦n es ¨¦l dentro de una pista de motociclismo, agresivo y letal, y qui¨¦n es fuera, tranquilo y, sobre todo, reflexivo.
Ser¨¢ complicado no rozar con Valentino Rossi. Somos muy competitivos, aunque tambi¨¦n somos m¨¢s maduros¡±
De un tiempo a esta parte, Jorge Lorenzo se ha dado cuenta de que ha de pensarse dos veces lo que dice para no caer en errores del pasado que le hicieron da?o ¨Cdeclaraciones salidas de tono, aspavientos durante y despu¨¦s de las carreras, malas relaciones con otros pilotos¡¨C y que ahora trata de cuidar. Su nuevo representante, Albert Valera, amigo personal y desde el pasado junio su aliado, explica: ¡°Una de nuestras misiones es mejorar la imagen que ten¨ªa, lavar su cara. Creo que lo estamos consiguiendo¡±. Mientras, Jorge duda entre salir con una cazadora verde u otra negra en las fotograf¨ªas, y pide opini¨®n a sus compa?eros de viaje. Finalmente optar¨¢ por retratarse con las dos, con las mangas remangadas para que se vea, perfecto, el reloj.
Entre foto y foto, en los pocos minutos que le dejan para respirar, Lorenzo ir¨¢ malcomiendo un plato de pasta a toda prisa, al tiempo que analiza lo que se le viene encima a partir del 7 de abril en Catar, cuando empiece el nuevo campeonato: ¡°En 2013, sin duda Honda y Yamaha somos los favoritos otra vez. Son las marcas que continuar¨¢n dominando, porque Ducati sigue en dificultades, aunque en el futuro mejorar¨¢n con la entrada de Audi. Pero, como te digo, pienso que Valentino [Rossi] y yo en Yamaha, y Dani [Pedrosa] y Marc [M¨¢rquez] en Honda somos los aspirantes a este Mundial de MotoGP¡±. Curiosamente, Lorenzo pudo haberse cambiado de bando para esta temporada, de Yamaha a Honda, pero al final decidi¨® quedarse donde estaba: ¡°Eran ofertas muy parejas. Opt¨¦ por Yamaha por las relaciones personales. En su momento, Lin Jarvis (director del equipo) apost¨® muy fuerte por m¨ª. Me sent¨ªa en deuda con ¨¦l por todo lo que empuj¨® en su d¨ªa para que yo siguiera en Yamaha¡±.
La entrevista ser¨¢ breve, casi a trompicones por exigencias del guion, algo t¨ªpico en este tipo de montajes. Sin embargo, el encuentro ser¨¢ suficiente para saborear sus sensaciones de cara al futuro, para compartir un peque?o momento de su apresurado presente y para comprobar que el pasado, que pasado est¨¢, no fue siempre agradable, aunque su entorno insista en que est¨¢ superado.
Siempre atento en la pista, tambi¨¦n lo est¨¢ fuera: Lorenzo interrumpe brevemente la conversaci¨®n con El Pa¨ªs Semanal para llamar la atenci¨®n a un c¨¢mara que est¨¢ rodando el making off de la sesi¨®n de fotograf¨ªas, y que capta al piloto con una bebida isot¨®nica: ¡°No se puede grabar esto¡±, le indica. Y es que ¨¦l tiene un acuerdo con otra marca de la competencia. ¡°Intento estar concentrado en todo y cuidar a mis patrocinadores; si no, podr¨ªan romper los contratos¡±, indica serio. En este mundo y a este nivel hay mucho dinero en juego: ¡°A los que nos va muy bien en el circuito, nos va realmente muy bien. Es una suerte¡±.
En la temporada que est¨¢ cerca de comenzar tambi¨¦n deber¨¢ fijarse en lo que suceda en su equipo. Deber¨¢ estar pendiente de Valentino Rossi, nueve veces campe¨®n del mundo (siete en la m¨¢xima categor¨ªa), que vuelve a Yamaha tras dos a?os decepcionantes en Ducati. El espa?ol compartir¨¢ garaje con el que ya fuera su compa?ero de equipo en 2008 y 2009, a?os de turbulencias entre ambos. Tanto que incluso hab¨ªa un muro que part¨ªa f¨ªsicamente en dos el taller de Yamaha: ¡°Lo del muro es muy medi¨¢tico, pero para m¨ª no tuvo importancia. Si quieres espiar al otro piloto es muy f¨¢cil hacerlo¡±, rememora, al tiempo que aclara: ¡°Este a?o no existir¨¢ el muro. No s¨¦ por qu¨¦ se hizo en su momento ni qui¨¦n decidi¨® hacerlo. Hay quien dice que fueron Michelin y Bridgestone (las marcas de neum¨¢ticos), que ten¨ªan una gran competencia entre s¨ª. Otros dicen que fue Yamaha. Y otros, que fue Valentino¡ No lo s¨¦ y no me importa¡±.
A los que nos va muy bien en el circuito, nos va realmente bien econ¨®micamente. Es una suerte¡±
En muchos trabajos, juntar a dos personas que han chocado entre s¨ª considerablemente en el pasado no ser¨ªa la mejor de las ideas. Pero en el motociclismo todo es posible, y las segundas partes, por qu¨¦ no, pueden ser buenas: ¡°La vuelta de Valentino a Yamaha es l¨®gica para la marca. ?l tiene muchos fans y un nivel de pilotaje extraordinario. Lo ha demostrado en los ¨²ltimos entrenamientos en Sepang (Malasia), qued¨¢ndose a tan solo una d¨¦cima de mi tiempo, que no es nada. Rossi tiene algo especial, es un piloto con nueve t¨ªtulos y m¨¢s de cien victorias. Eso no se logra por casualidad. Es un rival dificil¨ªsimo, quiz¨¢ el m¨¢s dif¨ªcil para tener como compa?ero. Su llegada se puede interpretar de dos maneras. Si lo ves de forma negativa y crees que es una amenaza, te puedes poner nervioso. Sin embargo, yo soy positivo: el hecho de que llegue a Yamaha es la oportunidad de llevar la misma moto que uno de los m¨¢s grandes de la historia, de poder batirle con las mismas armas¡±, analiza.
De momento, predominan las sonrisas en las im¨¢genes que han trascendido de ambos en pretemporada. Sin embargo, Lorenzo matiza: ¡°Es bueno no tener fricciones y remar en la misma direcci¨®n, pero va a ser complicado porque somos dos pilotos muy competitivos y, sobre todo en pista, es imposible no tener roces. Pero tambi¨¦n somos m¨¢s maduros. Sobre todo yo. Cuando llegu¨¦ a MotoGP ten¨ªa 20 a?os, era pr¨¢cticamente un ni?o. Ahora vemos las cosas de diferente manera. Entendemos m¨¢s al rival¡±.
La historia personal de Jorge Lorenzo es la de un piloto brillante y precoz, subido en una moto desde los 3 a?os, profesional desde los 15, campe¨®n mundial por primera vez a los 19. Una trayectoria ascendente marcada por la ambici¨®n, el trabajo duro y tambi¨¦n, a veces, por la inseguridad. ¡°Creo que he hecho un viaje contrario al de otras estrellas. Pienso que me he vuelto m¨¢s humilde y tranquilo. Interiormente nunca me cre¨ª superior a nadie. Pero s¨ª creo que antes no sab¨ªa demostrarlo. Pienso que daba muestras de excesiva fortaleza que no se correspond¨ªan con la realidad. En verdad, mi actitud no hac¨ªa sino tapar la inseguridad que sent¨ªa como adolescente. Y eso es perjudicial como profesional¡±, asegura.
Su padre, Jos¨¦ Manuel Lorenzo, le meti¨® en vena su pasi¨®n por las motocicletas. ¡°?l siempre me inculc¨® la disciplina. Quer¨ªa que entrenase mucho. Ten¨ªa la visi¨®n de que yo pod¨ªa ser campe¨®n. Entrenaba much¨ªsimas horas. Evidentemente, cuando eres ni?o te apetece jugar, hacer otras cosas. Pero no me hartaba, casi siempre disfrutaba. Ten¨ªa la suerte de que mi padre invert¨ªa todo lo que ganaba en m¨ª. Ten¨ªa 10 o 12 motos diferentes. Durante 10 a?os, ¨¦l tuvo una pista de minimotos y de karts en un aquapark. All¨ª pas¨¦ mi infancia, en el circuito o tir¨¢ndome por los toboganes. Era divertido. Quiz¨¢ he jugado menos horas que un ni?o normal, pero ahora esos ni?os normales igual tienen trabajos m¨¢s corrientes que el que yo tengo la suerte de disfrutar¡±, resume Jorge.
¡°Cuando muri¨® Simoncelli, me cuestion¨¦ seguir en las motos. Pero al final¡ competir es lo que mejor s¨¦ hacer en la vida¡±
Con 15 a?os se convirti¨® en el piloto m¨¢s joven en debutar en un Mundial, el de 125cc. Durante varios cursos, a Jorge le segu¨ªa y aconsejaba su padre, adem¨¢s de su representante de entonces, Daniel Amatriain. Sin embargo, las malas relaciones entre ambos obligaron a aquel adolescente a decantarse por uno de los dos, optando por Amatriain y dejando de lado a su padre. A pesar de esa situaci¨®n familiar complicada, el piloto mantuvo la concentraci¨®n, y a los 19 a?os primero y a los 20 despu¨¦s se convirti¨® en doble campe¨®n del mundo de 250cc, antes de dar el salto, en 2008 y con Yamaha, a la categor¨ªa reina: MotoGP.
Como cuando se sube a su m¨¢quina, a Lorenzo le gusta mirar hacia delante. Por eso, cuando le preguntamos por su pasado, en concreto por sus representantes (Albert Valera es el tercero; antes tuvo a Amatriain primero y a Marcos Hirsch, el que fuera su preparador f¨ªsico, despu¨¦s), desde su s¨¦quito nos llaman la atenci¨®n al grito de ¡°?eso no toca!¡±. Pero ¨¦l tampoco se achanta. Sobre el m¨¢s ?reciente relevo: ¡°Cambi¨¦ a Marcos por Albert porque Marcos tiene 47 a?os y una familia formada, y quiz¨¢ le faltaba la ?motivaci¨®n por trabajar m¨¢s horas, por conseguir m¨¢s sponsors, algo para lo que Albert, con 29 a?os, quiz¨¢ tenga m¨¢s capacidad en este momento¡±. Entonces se pone m¨¢s serio para hablar, sin mencionarlo, de Amatriain, el hombre gracias al que, reconoce, gan¨® dos mundiales, logr¨® grandes equipos y buenos patrocinios, pero con el que termin¨® peleado e incluso amenazado. El que hab¨ªa sido ?su representante fue detenido por los ?Mossos de Esquadra acusado de amenazas no solo a Lorenzo, sino tambi¨¦n a otros dos pupilos suyos: los hermanos Pol y Aleix Espargar¨®. A los tres, seg¨²n se inform¨® en ese momento, les reclamaba compensaciones econ¨®micas: ¡°Si la relaci¨®n se deteriora un poco, esto influye mucho a la hora de separar los caminos. Si se desequilibra lo personal y lo profesional, hay que cambiar de aires. Pero creo que es mejor no hablar del pasado. Es adem¨¢s un tema privado. Solo ¨¦l sabe lo que le pas¨®¡¡±.
Desde que lleg¨® a la m¨¢xima ¨¦lite del motociclismo, Lorenzo ha vivido buenos y malos momentos. Los mejores han sido sus dos campeonatos del mundo: ¡°Lo que m¨¢s me gusta es ganar, estar en lo m¨¢s alto del podio. Pero tambi¨¦n disfruto del d¨ªa a d¨ªa, del camino hacia ese ¨¦xito, por ejemplo, de las horas de gimnasio para estar m¨¢s fuerte¡±. En el lado opuesto, los peores tragos fueron dos accidentes, separados entre s¨ª por tan solo una semana, en octubre de 2011. El primero, el d¨ªa 16, en Philip Island (Australia), donde una mala ca¨ªda le seccion¨® una falange del dedo anular de su mano izquierda. El otro, el 23, en Sepang (Malasia), donde Lorenzo no estaba presente, pero donde muri¨®, en un desafortunado accidente, el italiano Marco Simoncelli: ¡°Me cuestion¨¦ seguir compitiendo, porque la salud es lo m¨¢s importante. Cuando muri¨® Marco y cuando perd¨ª parte del dedo, me golpe¨® muy fuerte. Pero al final¡ competir es lo que mejor s¨¦ hacer en la vida. Cuando salgo a pista no pienso en el peligro, sino en ir lo m¨¢s r¨¢pido posible. Me concentro en mejorar, no pienso que pueda pasarme algo grave. Soy joven y quiero seguir adelante¡±. Pura ambici¨®n por seguir escribiendo en la historia del motociclismo.
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