Lo real y L¡¯Or¨¦al
Observen el juego entre la parte izquierda y derecha del cuadro, as¨ª como la intenci¨®n con la que se ha fotografiado la madera que se podr¨ªa tomar por el bastidor de una tela.
Hay fotos que parecen pinturas, y pinturas que parecen fotos, al modo en que hay realidades falsas que parecen verdaderas, y verdaderas que parecen falsas. Es falso, por ejemplo, que la Tierra sea plana, aunque as¨ª es como la percibimos, y es verdad que la Tierra gira alrededor del Sol, aunque si te sientas a contemplar una puesta jurar¨ªas lo contrario. Dada la asociaci¨®n, sin duda err¨®nea, que hacemos, por un lado, entre fotograf¨ªa y realidad, y por otro, entre pintura y ficci¨®n, la imagen que hoy nos convoca no hace sino aumentar el desconcierto. De acuerdo, se trata de una foto. M¨¢s a¨²n: de una foto de dos alba?iles obtenida en una ciudad de Francia. Guarda relaci¨®n, pues, con la realidad, pero al mismo tiempo, de forma misteriosa, posee los atributos de una composici¨®n pict¨®rica que podr¨ªamos situar en el universo de Magritte. Observen, si no, el juego especular entre la parte izquierda y derecha del cuadro, as¨ª como la intenci¨®n con la se ha fotografiado la estructura de madera que encuadra la imagen y que se podr¨ªa tomar por el bastidor de una tela. Observen las ligeras asimetr¨ªas entre un lado y otro (los chorros de cemento, los cascos, las camisetas¡), como para simbolizar que no hay, ni siquiera frente al espejo, dos im¨¢genes iguales, como no hay dos sin¨®nimos que signifiquen lo mismo. Todo ello resulta tan estimulante que le dan a uno ganas de pinchar en Google el sintagma ¡°Lo real¡±, a fin de refrescar o actualizar sus conocimientos. Lo fant¨¢stico es que lo primero que sale es L¡¯Or¨¦al, una marca de cosm¨¦ticos. Lo real como una forma de maquillaje, Dios m¨ªo.
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