Sanidad: ?podr¨ªan salirnos las cuentas?
Con el dinero defraudado al fisco cada a?o se financiar¨ªa el sistema de salud
Para situarnos adecuadamente, comencemos por recordar algunos datos. Seg¨²n el documento elaborado por la nada sospechosa PricewaterhouseCoopers, SL (PwC), denominado Diez temas candentes de la sanidad espa?ola para 2012, y citando fuentes de la OCDE y del Banco Mundial, en Espa?a el gasto sanitario per c¨¢pita en 2009 era de 3.067 d¨®lares, frente a los 3.233 d¨®lares de media en la OCDE, es decir, un 5,1% inferior. Con ese nivel de gasto, y siempre respecto a esta misma media, nuestro pa¨ªs dispon¨ªa de un n¨²mero ligeramente superior de m¨¦dicos, casi la mitad de enfermeras, significativamente menos camas por cada mil habitantes, menos unidades de resonancia magn¨¦tica y menos unidades de tomograf¨ªa computarizada. En cambio, dispon¨ªamos de un mayor n¨²mero de consultas externas y donde se disparaba nuestro gasto era en el gasto farmac¨¦utico per capita (529 d¨®lares frente a los 487 de media de la OCDE).
Ese era, para bien y para mal, el paisaje que se dibujaba en nuestro sistema sanitario a la luz de los datos, un sistema que, con sus virtudes y carencias, situaba a nuestro pa¨ªs, seg¨²n los ¨²ltimos estudios publicados en este sentido por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, referidos a 2000, en el s¨¦ptimo puesto mundial, muy por delante de otros pa¨ªses como Alemania (en el puesto 25) o Estados Unidos (en el 37). Este estudio obtuvo tantas cr¨ªticas, de quienes no sal¨ªan especialmente favorecidos en la foto, que no ha vuelto a reeditarse, pero casi nada ha cambiado.
Es inadmisible que, aprovechando la crisis,
se desmantele un
sistema mod¨¦lico
Lo que admite poca discusi¨®n es que el grado de satisfacci¨®n con que cuenta el sistema sanitario p¨²blico en Espa?a es elevado. Un sistema que no solo es valorado desde un punto de vista t¨¦cnico y profesional, sino por lo que representa desde el punto de vista de la igualdad y de la justicia social y por lo que aporta en el ¨¢mbito m¨¢s b¨¢sico de nuestras necesidades humanas. Tanto es as¨ª, que ni siquiera el Plan de Medidas de Garant¨ªa de la Sostenibilidad del Sistema Sanitario P¨²blico de la Comunidad de Madrid, origen de las ¨²ltimas movilizaciones en el sector, se atreve a cuestionar su calidad. Por el contrario, para justificar su reforma privatizadora lo que argumenta es lo siguiente: ¡°Tenemos una sanidad p¨²blica excelente, de calidad, que llega a todos, pero en la actual situaci¨®n no tenemos ingresos suficientes para que todo siga funcionando exactamente igual. Podemos obtener los mismos resultados, o mejorarlos, pero tenemos que hacerlo de otra manera¡±.
?Y cu¨¢l es esa otra manera? Por supuesto privatizando. De momento seis hospitales construidos en 2008 y un 10% de los centros de salud. Es decir, que aunque nuestra sanidad p¨²blica sea excelente y de menor coste que la media de pa¨ªses de nuestro entorno, como nuestros ingresos son bajos, lo que hay que hacer es cambiar de modelo. ?Y no ser¨ªa m¨¢s l¨®gico cambiar nuestro modelo tributario y luchar de verdad contra las grandes bolsas de fraude fiscal para obtener m¨¢s ingresos? Aunque me repita, y seguir¨¦ haci¨¦ndolo hasta que alguien me rebata estos datos o todo el mundo los conozca, seg¨²n Eurostat los ingresos p¨²blicos en relaci¨®n con el PIB est¨¢n en Espa?a nueve puntos por debajo de la media de la zona euro. Estamos por tanto hablando, con un PIB de m¨¢s de un bill¨®n de euros, de una brecha que nos supone dejar de ingresar unos 100.000 millones al a?o, de los cuales, seg¨²n el estudio realizado por la consultora i2 Integrity, nada menos que 70.000 millones corresponder¨ªan al fraude fiscal. ?Y lo ¨²nico que se les ocurre a algunos es cambiar de modelo de gesti¨®n! Por cierto, como es conocido, la financiaci¨®n p¨²blica del Sistema Nacional de Salud asciende a 68.000 millones de euros. ?A que podr¨ªan salirnos las cuentas?
Considerando este ¨²ltimo dato, y mir¨¢ndolo desde otra perspectiva, la verdad es que se entiende perfectamente este af¨¢n por encauzar nuestra sanidad hacia lo que algunos denominan eufem¨ªsticamente ¡°colaboraci¨®n p¨²blico-privada¡±, porque donde se mueve una cantidad tan importante de dinero, lo que es indudable es que se presentan tambi¨¦n oportunidades de negocio. Olv¨ªdense de la rom¨¢ntica imagen en la que un grupo de profesionales de la medicina y de la enfermer¨ªa a¨²nan esfuerzos para hacerse cargo de la gesti¨®n de instituciones sanitarias, con los ¨²nicos fines de ejercer su trabajo en las mejores condiciones posibles y en beneficio ¨²ltimo de los pacientes. ?Saben ustedes qui¨¦nes est¨¢n detr¨¢s de los grupos empresariales que gestionan los hospitales cuya gesti¨®n est¨¢ actualmente privatizada en nuestro pa¨ªs? Seg¨²n el art¨ªculo que public¨® Luisa Lores el 8 de noviembre en nuevatribuna.es, y Guillermo Abril y Jaime Prats en EL PA?S, el 6 de enero, gente como CVC, un fondo de capital riesgo brit¨¢nico con sede en Luxemburgo, o el fondo de inversi¨®n, tambi¨¦n brit¨¢nico, Dogthy Hanson, o la sociedad Goodgrower, o el grupo BUPA International Health Insurance, la mayor compa?¨ªa privada de asistencia sanitaria de Reino Unido, por no hablar de instituciones financieras como Caixa Catalana, la CAM y Bancaja / Bankia. Si exceptuamos a estas ¨²ltimas, ninguno de ellos se caracteriza por meterse en negocios que pierden dinero. L¨®gicamente, como cualquier inversor, lo que buscan es obtener el mayor margen de beneficio posible, beneficio que para el Estado y los usuarios que lo pagan supondr¨¢ por supuesto un coste al que no tienen que hacer frente con el modelo p¨²blico.
Como cualquier inversor,
las empresas de gesti¨®n
hospitalaria buscan el
mayor margen de beneficio
Lo que argumenta el Plan de Medidas de la Comunidad de Madrid es que el coste total de asistencia sanitaria en los hospitales con el modelo propuesto ser¨ªa de 441 euros por habitante, frente al de los hospitales de gesti¨®n mixta, que es de 600 euros (700 euros en los de gesti¨®n directa). Pero ?es posible este ahorro de coste, dentro del cual se incluye el beneficio de la empresa, sin que ello sea a costa de deteriorar significativamente tanto las condiciones laborales de los trabajadores sanitarios como las prestaciones a los pacientes? Es m¨¢s, ?de verdad saldr¨¢n al final esas cuentas? ?O pasar¨¢ lo mismo que con los hospitales construidos mediante colaboraci¨®n p¨²blico-privada? Seg¨²n el informe de la C¨¢mara de Cuentas de la propia Comunidad de Madrid, del 24 de septiembre de 2012, el Gobierno regional ha tenido que aprobar la entrega de m¨¢s de seis millones de euros a las empresas concesionarias para evitar el riesgo de colapso financiero, y a¨²n existen numerosos recursos contencioso-administrativos interpuestos por las mismas, reclamando distintas cantidades y pendientes de resoluci¨®n judicial.
Todo lo anterior no significa que no haya que hacer nada para mantener nuestra sanidad al nivel que nos ofrece hoy. En este sentido, creo que lo m¨¢s acertado ser¨ªa profundizar en las l¨ªneas estrat¨¦gicas acordadas por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, del 18 de marzo de 2010: control del gasto farmac¨¦utico (modificaci¨®n del sistema de precios de referencia, rebaja de precios de medicamentos gen¨¦ricos y fijaci¨®n de precios m¨¢ximos para medicamentos de s¨ªntomas menores), establecimiento de un procedimiento de compras agregadas para el conjunto del sistema, desarrollo de estrategias educativas, informativas y organizativas que ayuden a moderar la presi¨®n asistencial.
Lo que no resulta admisible es que, aprovechando de forma oportunista la crisis que sufrimos, y que ha puesto al descubierto las insuficiencias de un sistema tributario irracional y agujereado por el fraude, comience a desmantelarse un sistema sanitario que a nivel mundial se toma a menudo como modelo. Mientras aqu¨ª hacemos esto, Obama fich¨® al anterior Consejero de Sanidad del Gobierno Vasco para que le asesore en sus pr¨®ximas reformas.
Juan Carlos Rodr¨ªguez Ibarra fue presidente de la Junta de Extremadura.
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