Mujeres que se hacen ver
¡°Muchas mujeres piden permiso a cada rato al esposo. Al menos yo nosoy as¨ª¡±. Karina Mu?oz tiene unos 30 a?os y es avicultora en Ecuador.Tiene muy claro que no quiere ser una mujer a la sombra de su marido ni de nadie. Y sus sue?os lo confirman: ¡°Yo quiero tener mi propionegocio, pero no cualquier negocio, quiero convertirme en la mayorproductora de pollo de mi ciudad¡±. Karina no es la ¨²nica. MaritzaFigueroa, de unos 40 a?os es pastelera tambi¨¦n en el pa¨ªs latinoamericano. Se considera una emprendedora: ¡°Yo soy una luchadora y quiero darle lomejor a mis hijos¡±. Como ellas, cada vez m¨¢s mujeres son conscientesdel contexto social y cultural que las empujan a permanecerescondidas. Y cada vez son m¨¢s las que luchan y consiguen dejar de serinvisibles.
Las vidas de Karina y Maritza representan el mensaje que la ONGAyuda en Acci¨®n intenta transmitir con la campa?a Mujeres Invisibles que lanza hoy.La organizaci¨®n quiere dar a conocer las historias de mujeres devarios pa¨ªses con las que ha trabajado durante casi 30 a?os y mostrarc¨®mo es posible salir de una existencia an¨®nima y ser independientesen todos los sentidos. El proyecto recaudar¨¢ fondos a trav¨¦s de sup¨¢gina web para la Fundaci¨®nMAPEL, una cooperativa de mujeres enEcuador y a la Fundaci¨®n Kirira, que lucha contra la mutilaci¨®ngenital en Kenia, con las que colabora. Aqu¨ª el v¨ªdeo de la campa?a:
Las historias de mujeres valientes tocan tambi¨¦n a las m¨¢s j¨®venes.Estrella Gim¨¦nez, de la Fundaci¨®n Kirira, cuenta el relato de una ni?a de unos 10 u 11 a?os que hab¨ªa sido violada por supadre y que iba a la escuela completamente atemorizada. ¡°La ni?a lleg¨®a nuestro refugio y nosotros la ayudamos. Ahora la ni?a ya est¨¢estudiando en secundaria¡±. Tambi¨¦n est¨¢n el caso de Zipporah Kamwaki, una profesora de ingl¨¦s cuyo padre llev¨® a que le practicaran una mutilaci¨®n genital cuando ten¨ªa apenas 12 a?os."Me dijeron que no no me iba a doler y que ser¨ªa r¨¢pido. Pero el dolor que experiment¨¦ fuetan prfundo que pens¨¦ que iba a morir", comenta. Junto a ella est¨¢ Sthella Kathini, una organizadora de eventos. "Ten¨ªa mucho dolor, me qued¨¦ en estado de shock. Mi madre me dijo que este era el camino para ser una verdadera mujer".
Y todo esto es una peque?a muestra. Para conocer m¨¢s historias de superaci¨®n lo mejor es conocer la campa?a.
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