Beckham SL traslada su sede a Par¨ªs
El matrimonio ha escogido la capital francesa como su centro mundial de operaciones Son m¨¢s que una pareja, forman una boyante sociedad controlada por el padre de ella
A los 38 a?os, los futbolistas ya han colgado sus botas. A esa edad se les considera amortizados para este deporte. David Beckham es una excepci¨®n. El que ha sido uno de los mejores jugadores del mundo no ha perdido del todo la magia. Hace tres semanas debut¨® en el Paris Saint Germain (PSG) con la ilusi¨®n de un juvenil, pero con la experiencia de quien lleva toda la vida en los terrenos de juego y casi el mismo tiempo siendo objeto de una descomunal atenci¨®n medi¨¢tica. En la tribuna para ver su estreno en la Liga francesa estaban su mujer, Victoria, y sus cuatro hijos. Forman un equipo en lo familiar, y tambi¨¦n en lo profesional. Ser un Beckham es una marca muy rentable.
Cuando en 2003 Beckham fich¨® por el Real Madrid, los cimientos del vestuario se movieron. Tal era la fama que le preced¨ªa que sus compa?eros le recibieron con desconfianza. Meses despu¨¦s uno de ellos reconoc¨ªa a este peri¨®dico su error: ¡°Porque s¨¦ qui¨¦n es. Si no, pensar¨ªa que solo es un chaval que se muere por jugar al f¨²tbol¡±. El despegue medi¨¢tico del brit¨¢nico se termin¨® de fraguar en el Bernab¨¦u y fue de tal magnitud que obten¨ªa m¨¢s beneficios por las camisetas que se vend¨ªan con su dorsal, de las que se llevaba un porcentaje, que con el escandaloso sueldo que recib¨ªa del club. Esa tendencia ha ido a m¨¢s. Beckham convierte en oro todo lo que toca, y si le acompa?a Victoria, los beneficios crecen de forma vertiginosa.
Seg¨²n datos de la revista Forbes, Beckham aument¨® su cuenta corriente el a?o pasado en 46 millones de d¨®lares. La inmensa mayor¨ªa de ese dinero proced¨ªa de sus patrocinadores. Su contrato con Los Angeles Galaxy ¡ªequipo en el que por entonces jugaba¡ª ¡°solo¡± le report¨® 9 millones de d¨®lares, mientras que un anuncio de 30 segundos en el descanso de la Super Bowl, en calzoncillos de H&M, le supuso 3,5 millones de d¨®lares. Por eso a nadie se le escapa que su fichaje por el PSG se debe no solo a las ganas de prolongar su carrera deportiva, sino a seguir potenciando su imagen de marca.
Todo comenz¨® a finales de los noventa, cuando David se fij¨® en Victoria. Dicen que al chaval del Manchester le gustaba la m¨²sica hortera que hac¨ªan las Spice Girls y el aire pijo de ella. Un d¨ªa se decidi¨® a llamarla por tel¨¦fono para ir al cine. En 1999 se casaban en un castillo y comenzaba su cuento de hadas.
Victoria lleg¨® al mundo de la fama de la mano de su padre, Anthony Adams, un ingeniero electr¨®nico ahora convertido en el cerebro de la marca Beckham. Cualquier contrato, cualquier inversi¨®n debe contar con su aprobaci¨®n. Adams es una figura que pasa inadvertida para los millones de fans de la pareja, pero que siempre est¨¢ cerca de ellos. En ¨¦poca de crisis, cuando la actriz y modelo Rebecca Loos se paseaba por las televisiones contando sus haza?as sexuales con el futbolista, quienes conoc¨ªan bien a David y a Victoria daban por hecho que no habr¨ªa divorcio. Por muchos esc¨¢ndalos que se pudieran contar, siempre estaba cerca Anthony Adams para reconducir la situaci¨®n. David y Victoria est¨¢n unidos no solo por sentimientos, sino tambi¨¦n por inter¨¦s. Juntos son m¨¢s rentables, y todav¨ªa m¨¢s gracias a sus hijos. Romeo, el segundo, es ya imagen de Burberry, y Harper, la peque?a, inspir¨® a su madre una l¨ªnea de ropa infantil.
La mirada de la pareja est¨¢ puesta en Catar, sede del mundial 2022 y con gran potencial para sus negocios
Apartada de la industria de la m¨²sica, Victoria trabaja cada vez m¨¢s cerca de su padre y planean el futuro. Si no fue casual el aterrizaje de la pareja en Los ?ngeles, donde han vivido los ¨²ltimos cuatro a?os, tampoco lo es su aventura en Par¨ªs.
La capital francesa era un destino marcado en la agenda de Victoria desde hace tiempo. Conquistada la pasarela de Londres, las alfombras rojas de Los ?ngeles y triunfando en la Semana de la Moda de Nueva York, a la dise?adora le falta por conquistar la capital europea de la moda. Admiradora de Coco Chanel, Victoria trabaja con la aguja mientras David se calza las botas de jugar al f¨²tbol.
Qatar Sports Investments, due?o del PSG, se fij¨® en el futbolista brit¨¢nico por su car¨¢cter medi¨¢tico y capacidad de liderazgo. Por eso tambi¨¦n Londres 2012 le nombr¨® embajador y fue uno de los grandes protagonistas de la ceremonia de inauguraci¨®n de los Juegos con ese paseo en lancha por el T¨¢mesis. David tiene habilidad para moverse por las esferas del poder. Esa capacidad es la que le interesa a Nasser al Khelaifi, el presidente catar¨ª del PSG y adem¨¢s director de deportes del canal Al Jazeera y estrecho colaborador del jeque Tamim bin Hamad Al Thani, jefe del fondo de inversiones catar¨ª. Por eso ha luchado durante un a?o por ficharle.
No se trat¨® de un problema de dinero. Catar nada en la abundancia. Beckham buscaba algo m¨¢s, y para demostrarlo ha decidido donar el dinero que recibir¨¢ por cinco meses de trabajo ¡ªcuyo montante no ha sido revelado¡ª a ¡°una asociaci¨®n caritativa que se ocupa de la infancia¡±.
La mirada de la marca Beckham est¨¢ puesta en Catar, pa¨ªs que organizar¨¢ en 2022 el Mundial de f¨²tbol. Entonces el futbolista habr¨¢ colgado definitivamente las botas, pero estar¨¢ de lleno volcado en el mundo de los negocios, guiado por las expertas manos de Victoria y de su suegro. En todo ello piensa ahora Beckham instalado en una lujosa suite de 350 metros cuadrados de un hotel de Par¨ªs en la que cada fin de semana le visita su familia. Juntos acuden al estadio. Victoria y los ni?os se dejan ver en la tribuna mientras ¨¦l salta de nuevo al terreno de juego. Es el estilo de la marca Beckham.
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