Julie Owono y la revoluci¨®n digital africana
Julie Owono (Yaund¨¦, Camer¨²n, 1986) afirma que los africanos est¨¢n escribiendo su propia historia, apropi¨¢ndose de las herramientas que permiten su conservaci¨®n. "Internet ha acelerado la democratizaci¨®n de la escritura de la Historia. En Wikipedia, por ejemplo, los africanos editan ahora libremente contenido enciclop¨¦dico sobre su historia, entorno, etc. Muchos se expresan en los medios sociales o discuten en lugares no f¨ªsicos que son m¨¢s informales pero tambi¨¦n son accesibles. Hay formas de ayudar a llenar esa brecha en la representaci¨®n de ?frica y los africanos que existe en los medios occidentales", apunta por correo electr¨®nico desde Par¨ªs. "?frica perdi¨® sus v¨ªas de comunicaci¨®n y comercio desde el siglo XVI, con la tormenta pol¨ªtica y la desestabilizaci¨®n de los estados y reinos existentes", contin¨²a. "Los africanos acceden por primera vez en cinco siglos a las redes intangibles para comunicarse entre ellos. Con las nuevas tecnolog¨ªas, ?frica 'reconecta' con el resto del mundo, pero especialmente consigo misma".
Seg¨²n ella, si las nuevas tecnolog¨ªas inducen una revoluci¨®n en ?frica, "ser¨¢ ¨¦sta".
La activista camerunesa empieza por resaltar el hecho de que hay una aceleraci¨®n en la historia en ?frica en nuestros d¨ªas, por causas m¨²ltiples y complejas. Rese?a que el continente es el m¨¢s joven del planeta, con la mitad de sus habitantes por debajo de los 25 a?os y que esa energ¨ªa y esa vitalidad propias de la juventud tienen mucho que ver con la aceleraci¨®n del continente. "Indirectamente, ?frica se ha beneficiado de la subida de precios de las materias primas durante la ¨²ltima d¨¦cada" -precisa- "Otros muchos factores culturales, sociales o incluso "civilizatorios", que la Historia analizar¨¢ m¨¢s tarde, contribuyen ciertamente a este movimiento. Una cosa es segura: ?frica, abandonada por la econom¨ªa mundial a mediados de los 80, tuvo que inventarse su propio modelo de progreso. El problema es que es dif¨ªcil calibrar el panorama general de este nuevo modelo".
"Es dif¨ªcil pedir a un periodista no africano que hable con exactitud y objetividad de un fen¨®meno como esta aceleraci¨®n de la Historia" -reflexiona- "Especialmente cuando tienes en mente que los presupuestos para enviar corresponsables a largo plazo y observadores a ?frica han sido reducidos dr¨¢sticamente en la mayor¨ªa de los grandes medios occidentales. Pero tambi¨¦n es m¨¢s dif¨ªcil para los los mismos africanos, implicados en este movimiento de aceleraci¨®n de la Historia, el describir y definir de la forma m¨¢s precisa posible el fen¨®meno que est¨¢n viviendo".
Para Julie, hay canales para conocer mejor a los africanos y al continente africano y los periodistas occidentales deber¨ªan visitarlos m¨¢s a menudo y pasar m¨¢s tiempo en ellos. Eso redundar¨ªa en una mejor escritura de las historias africanas por parte de los periodistas que no son del continente. "De hecho, esos periodistas tienen la responsabilidad de informar a sus opiniones p¨²blicas y haci¨¦ndolo as¨ª, son actores del di¨¢logo entre civilizaciones. Podemos hablar de una responsabilidad de decir la verdad sobre ?frica y los africanos tal como son".
"La vitalidad de la econom¨ªa africana es una realidad" -prosigue- "Se basa en parte en el encarecimiento de los precios de las materias primas, que se convierten en efectivo en los presupuestos de los pa¨ªses africanos. Pero la cuesti¨®n de la realidad o el car¨¢cter exagerado de este renacimiento econ¨®mico debe, de hecho, se?alarse. De todas formas, para m¨ª, el crecimiento africano ha sido subestimado: los datos y la metodolog¨ªa utilizados para evaluar la realidad de ese crecimiento son endebles o, a veces, err¨®neos. Por ejemplo, ?c¨®mo puedes evaluar el recimiento real de un pa¨ªs en el que la mitad del presupuesto del estado viene de los ingresos del petr¨®leo, si los datos relativos a esos ingresos no son p¨²blicos ni exactos y si no hay suficiente transparencia sobre ellos. Tambi¨¦n la riqueza de un pa¨ªs viene de las personas, ?c¨®mo puedes evaular el valor producido por un grupo de individuos en un pa¨ªs espec¨ªfico cuando ni siquiera sabes cu¨¢nta gente vive ah¨ª?".
Julie aduce que las cr¨ªticas a la realidad del crecimiento no tienen que ver con la realidad objetiva de dicho crecimiento, si no con la redistribuci¨®n de la riqueza generada. De hecho, apunta a que la falta de implicaci¨®n de una parte significativa de la juventud africana, con estrategias de creaci¨®n de empleo masivo, redundar¨ªa en que este crecimiento tenga una vida corta, dada su fragilidad. Para la activista y en este contexto, el rol de la di¨¢spora pasa de ser pol¨ªtico, como suced¨ªa en el siglo pasado, a ser econ¨®mico, con una media de 40 millardos de dolares enviados a ?frica al a?o.
Julie Owono asegura que el ciberactivismos africano crece, aunque bajo el peligro de la vigilancia y las herramientas de espionaje que desafortunadamente son vendidas por empresas occidentales y de otras partes del mundo a los gobiernos africanos. "La participaci¨®n de actores nuevos o tradicionales de la llamada sociedad civil es necesaria" -afirma con rotundidad- "El aspecto positivo de esta participaci¨®n no se puede negar en sociedades que no pueden permitirse durante m¨¢s tiempo el status quo, mientras el mundo cambia velozmente alrededor de ellas. Por eso el ciberactivismo deber¨ªa ser estimulado, dentro de la legalidad. Pero esas leyes tienen que ser justas. Para que sean justas, los gobiernos tienen que cambiar sus supuestos en relaci¨®n a ?frica cuando hablamos del mundo ditigital: internet no es una guarida de ladrones y ped¨®filos, es una gran herramienta para acelerar la creatividad y el crecimiento econ¨®mico. Es beneficioso para todos y contribuye al desarrollo".
Sobre su pa¨ªs, afirma que la situaci¨®n pol¨ªtica es complicada, pero que precisamente la implicaci¨®n de la sociedad civil, que busca activamente el di¨¢logo ciudadano, ayuda a cambiar las cosas. Se?ala tambi¨¦n una evoluci¨®n econ¨®mica significativa en comparaci¨®n con los noventa y el principio del siglo XXI, cuando se forz¨® a los pa¨ªses africanos a implementar esos mismos planes de ajuste estructural que hoy rechaza Europa y que se probaron e impusieron a cientos de millones de africanos.
Sobre su condici¨®n de mujer africana, Julie afirma que "la mujer africana es la categor¨ªa de g¨¦nero y raza m¨¢s oprimida de la Tierra". Por eso mismo, proclama con orgullo que "no es sorprendente que las mujeres africanas que se las han arreglado para emanciparse a trav¨¦s de su trabajo o las oportunidades de su entorno sean ahora las cabezas de puente para la emancipaci¨®n general de las mujeres del continente y de las mujeres en general".
Para conocerla mejor:
Julie Owono en Internet sans Fronti¨¨res
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