Dimes y diretes
A Cospedal, dice, lo que le preocupa es sacar a Espa?a de la crisis
Tengo una gran debilidad por las expresiones o palabras que detesto. Por el puro hecho de detestarlas cada vez que las escucho se me viene una sonrisa a los labios. ¡°Dimes y diretes¡± es una de esas expresiones que me provocan alergia emocional. Si adem¨¢s la frasecilla es utilizada por Cospedal para espantar el asunto de la contabilidad B de su partido nos situamos a un nivel de un libreto zarzuelero.
A Cospedal, dice, lo que le preocupa es sacar a Espa?a de la crisis. No va a perder su tiempo con dimes y diretes, como as¨ª no van perderlo sus colegas de partido, que desde que el caso B¨¢rcenas se ha judicializado se han refugiado cada uno en su concha siguiendo la t¨¢ctica del molusco, patentada por Rajoy y que deber¨ªan estudiar polit¨®logos de todo el mundo.
Pero hay ya una impaciencia colectiva; una hartura clamorosa por el hecho de que nada sea sancionado o castigado con cierta celeridad; una necesidad de que las malas pr¨¢cticas provoquen expulsiones o dimisiones; un deseo imperioso de que alguien, de una pu?etera vez, vaya a la c¨¢rcel. Los juicios se alargan insoportablemente, los pol¨ªticos se acusan unos a otros para salvar su honorabilidad y existe la sensaci¨®n de que las responsabilidades personales se diluyen tras las siglas de los partidos. Nada parece tener un desenlace, ni el caso B¨¢rcenas, ni el ERE andaluz, ni el juicio de Urdangarin. Se han convertido en secciones diarias de la prensa que por su duraci¨®n acabar¨¢n apareciendo bajo el t¨ªtulo ¡°dimes y diretes¡±. Pero el cabreo sordo de la ciudadan¨ªa seguir¨¢ creciendo, algunos opinadores (entre los cuales no me encuentro) justificar¨¢n una violencia que me temo que acabar¨¢ por producirse si los pol¨ªticos no salen de esa concha en la que se refugian, aceleran el castigo a los culpables y muestran una solidaridad activa con los desahuciados.
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