El neoperonismo y la manipulaci¨®n de la justicia
Fern¨¢ndez ensaya una nueva modalidad en la invasi¨®n del estamento: los miembros del Colegio de la Magistratura ser¨¢n elegidos ¡°por el pueblo¡±
El subdesarrollo institucional observado en Am¨¦rica Latina siempre encuentra resquicios para la domesticaci¨®n de los jueces, frecuentemente c¨®mplices de la corrupci¨®n pol¨ªtica imperante y de las barbaridades cometidas por las dictaduras castrenses durante la segunda mitad de siglo XX. Como el poder judicial ha sido objeto del deseo de los gobiernos desde el descubrimiento del C¨®digo de Hammurabi, las democracias modernas establecieron contrapesos para proteger su independencia y evitar que la apetencia pol¨ªtica conduzca al asalto de los tribunales. Clamando contra la supuesta parcialidad y obstruccionismo de la judicatura nacional, la presidenta de Argentina, Cristina Fern¨¢ndez, ensaya una nueva modalidad en la invasi¨®n del estamento: los miembros del determinante Colegio de la Magistratura ser¨¢n elegidos ¡°por el pueblo¡±.
La 'sofisticada' irrupci¨®n del neoperonismo en la sala de m¨¢quina de la justicia, una variante de la implementada en Bolivia por Evo Morales, depura la t¨¦cnica utilizada por el expresidente Carlos Menem en los a?os noventa para controlar una Corte Suprema hostil: ampli¨® el n¨²mero de magistrados que la integraban de cinco a nueve y coloc¨® a cuatro amigos en la ampliaci¨®n. Otros ejecutivos latinoamericanos actuaron a la inversa: redujeron el n¨²mero, y expulsaron a los d¨ªscolos, o simplemente promulgaron leyes incompatibles con la administraci¨®n de justicia. Al anunciar el env¨ªo al Congreso de un paquete legislativo para ¡°democratizar¡± el poder judicial, la presidenta Fern¨¢ndez de Kirchner se explic¨®: ¡°quiero una justicia democr¨¢tica, no corporativa, no dependiente de los factores econ¨®micos". La ecuaci¨®n parece ser otra: quiere una justicia m¨¢s abierta pero convertida en corporaci¨®n oficialista. Evo Morales ya la tiene en Bolivia desde el a?o 2011.
¡°Ac¨¢ se han echado a gobernadores, encarcelado a presidentes, pero el poder judicial nunca fue tocado¡±, dijo la presidenta. No miente porque jueces y funcionarios argentinos disfrutan de escandalosas exenciones y prebendas tributarias, y entre sus filas abundan la endogamia, los sinverg¨¹enzas que se vendieron al capital nacional y extranjero y otros que cobardemente callaron el asesinato de 30.000 compatriotas en los cadalsos de la dictadura castrense (1976-1983). La historia reservar¨¢ al N¨¦stor Kirchner y a su esposa Cristina Fern¨¢ndez un papel sobresaliente en la lucha contra el olvido de aquella escabechina. Antes de que el fallecido presidente asumiera el cargo, en 2003, sus predecesores en el cargo Ra¨²l Alfons¨ªn, Carlos Menem, Fernando de la R¨²a y Eduardo Duhalde fracasaron en sus pol¨ªticas contra la impunidad de los represores de las Juntas Militares.
La fortaleza de ¨¢nimo por Cristina Fern¨¢ndez en la persecuci¨®n de los generales asesinos sintoniza con su desaforada ambici¨®n pol¨ªtica y el atrevimiento demostrado en la anunciada embestida contra el Colegio de la Magistratura, que controla la actividad de los jueces y, en ¨²ltima instancia, el perfil de la Corte Suprema, valladar de las pretensiones del oficialismo. Casi imposibles los dos tercios de los votos del Congreso necesarios para tumbar la corte, la jefa de gobierno pretende reglamentar las medidas cautelares, utilizadas por varios juzgados para detener alguna de sus iniciativas. Los 13 miembros del colegio son nombrados por el Congreso, el gobierno, el poder Judicial, los sindicatos de abogados y el ¨¢mbito acad¨¦mico. Todo indica que el detonante de las medidas que modificar¨ªan el Colegio de la Magistratura es el freno judicial a una reforma gubernamental que obligar¨ªa al adversario de cabecera del ejecutivo, el Grupo Clar¨ªn, a renunciar a varias licencias de propiedad de medios de comunicaci¨®n. ¡°Ni los jueces, ni los abogados tienen coronita para elegirse entre ellos¡±. Ser¨¢ el peronismo coronado, convocado a urnas, el encargado de hacerlo, sorteando las trabas parlamentarias. El populismo, y las mayor¨ªas electorales, la influencia pol¨ªtica en suma, ser¨ªan entonces el elemento fundamental de la distribuci¨®n de puestos, destinos, premios y castigos entre los profesionales del derecho. Hermes Binner, dirigente del opositor Frente Amplio Progresista, anticipa consecuencias muy graves si se apruban las reformas pues un 40% de los jueces argentinos ya responden a la l¨ªnea presidencial, ¡°y eso no es normal¡±.
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