Recortes en campa?a
Las urnas condicionan con demasiada frecuencia el trascendental debate sobre el Estado del bienestar
Los recortes a las ayudas sociales aprobados por el Gobierno brit¨¢nico han desatado en Reino Unido un agrio debate, por otro lado familiar en el resto de Europa. La notable rebaja forma parte del intento del primer ministro, el conservador David Cameron, de reducir el abultado d¨¦ficit p¨²blico en un momento en el que la econom¨ªa del pa¨ªs bordea la tercera recesi¨®n desde 2008. Los subsidios sociales se han duplicado en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas en Reino Unido, y hoy suponen, junto a las pensiones, el 13,3% del PIB. El plan de Cameron reducir¨¢ los subsidios un 10%.
Entre las medidas previstas est¨¢ la fijaci¨®n de un tope de 30.600 euros anuales a las prestaciones por hogar, la reducci¨®n de ayudas para viviendas sociales y la sustituci¨®n del subsidio por discapacidad por pagos individualizados. Lo que para sindicatos, laboristas y diversas iglesias equivale al desmantelamiento del Estado de bienestar es presentado por el Gobierno como el regreso a ¡°los principios originarios¡± de un sistema ¡°fuera de control¡± que ¡°penaliza a los ciudadanos que trabajan duro¡± y ¡°premia¡± a los que no lo hacen, en palabras del ministro de Econom¨ªa, George Osborne.
Algo tan trascendente como el recorte del gasto social exige un debate de fondo y medidas que, al racionalizar el sistema, no lleven a empeorar las condiciones de los m¨¢s vulnerables. Ese debate est¨¢ con demasiada frecuencia condicionado por las urnas, en Londres y otras capitales europeas.
Cameron pretende hacer sostenible el Estado de bienestar, pero, con un dif¨ªcil horizonte electoral en 2015, parece tambi¨¦n sensible a los sondeos que reflejan el malestar de parte de los brit¨¢nicos con un sistema al que culpan de haber generado una excesiva dependencia en algunos segmentos de la sociedad. Mezclar argumentos, demonizar a los beneficiarios de los abusos de ese sistema y dividir a la sociedad entre aprovechados y esforzados no deja de ser, en cualquier caso, una estrategia peligrosa.
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