Somos maleducados
Los espa?oles somos maleducados. Tal vez por aqu¨ª no lo sepamos o no nos demos cuenta, pero en el extranjero lo tienen muy claro y para ellos es una de nuestras se?as de identidad, como la paella, la sangr¨ªa o los toros. La gente que viene de fuera flipa. No tanto los turistas que nos llegan, como los que vienen a trabajar o a estudiar y se quedan el tiempo suficiente como para calarnos un poco. Y al final acaban por aceptar como otra de nuestras particularidades que aqu¨ª no se diga gracias, ni por favor, ni disculpe.
He visto a una embarazada en el metro, no dir¨¦ de qu¨¦ ciudad, a la que nadie ced¨ªa el asiento, cre¨ªa que era un mito, algo imposible, pero puedo asegurar que lo vi con mis propios ojos. Uno, por gentileza, aguanta la puerta al que viene detr¨¢s, que pasa sin decir gracias, como si fuera su privilegio, luego escucha c¨®mo un chaval de 15 a?os dice ¡°campe¨®n, ?tienes fuego?¡± a un se?or de 60, y luego veo a un ejecutivo correr para coger su asiento en el tren antes que nadie. Y entonces uno entiende mucho de lo que nos pasa.¡ª Enrique Castro Rom¨¢n.
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