Ascenso y declive de las clases medias
El desclasamiento afecta sobre todo a los profesionales del aparato burocr¨¢tico
Hace poco particip¨¦ en unas jornadas de la Fundaci¨®n Areces donde soci¨®logos y economistas expusimos an¨¢lisis comparados de las clases medias europeas y americanas tanto del norte como del sur afectadas por el impacto de la gran recesi¨®n. Y de all¨ª saqu¨¦ la impresi¨®n de que en este campo nos encontramos ante un triple escenario de fuerte contraste entre dos polos opuestos y una tercera situaci¨®n intermedia. En la Europa del sur (Francia y los tristemente c¨¦lebres PIGS), las clases medias declinan con rapidez al comp¨¢s de la crisis, sometidas como est¨¢n a un intenso proceso de desclasamiento que afecta tanto a los profesionales privados, dada la profunda contracci¨®n del mercado, como a los que trabajan en el sector p¨²blico, al verse arrollados por los dr¨¢sticos recortes del Estado de bienestar.
Frente a este declive europeo meridional, las clases medias de Am¨¦rica Latina (Brasil, M¨¦xico, Chile, Colombia, Per¨²¡) protagonizan ahora mismo una clara fase de ascenso en virtud de la expansi¨®n de los mercados globales, al formar parte del mismo proceso de crecimiento acelerado que caracteriza a los pa¨ªses emergentes extraeuropeos con los BRICS en cabeza. Y entre un extremo y otro, las clases medias de Norteam¨¦rica y el norte de Europa se esfuerzan con ¨¦xito por mantener intactas sus posiciones relativas, en la medida en que parte de sus componentes descienden, especialmente los servidores p¨²blicos, mientras que otros contin¨²an progresando, dada la pujante elasticidad de los nuevos mercados de alto valor a?adido.
?De qu¨¦ dependen estos ciclos de ascenso y declive? ?C¨®mo explicar el creciente desclasamiento de Europa meridional? Soci¨®logos franceses como Maurin y Chauvel lo han relacionado con el crecimiento de la desigualdad y el empobrecimiento general de la sociedad, que han suspendido la tendencia hacia la movilidad ascendente que caracterizaba a las clases medias profesionales invirtiendo su sentido para transformarla en descendente. Y en esta l¨ªnea, Peugny distingue tres tipos de desclasamiento asociados entre s¨ª: el familiar o intergeneracional, que se produce cuando la generaci¨®n descendiente no logra superar o ni siquiera alcanzar el estatus de la generaci¨®n progenitora; el personal o biogr¨¢fico, que se manifiesta por las p¨¦rdidas individuales de estatus que se derivan del desempleo, el desarraigo o el divorcio; y el educacional o meritocr¨¢tico, consistente en la devaluaci¨®n del capital humano (t¨ªtulos acad¨¦micos) adquirido en las instituciones de ense?anza.
Este ¨²ltimo tipo de desclasamiento meritocr¨¢tico es quiz¨¢s el m¨¢s importante para explicar el declive de las clases medias (mientras que el desclasamiento biogr¨¢fico afecta m¨¢s a las clases populares), pues no hay que olvidar que las nuevas clases medias actuales de profesionales urbanos se definen precisamente por su posesi¨®n predominante de capital humano (a diferencias de las viejas clases medias de propietarios y comerciantes que se defin¨ªan por su capital patrimonial). Por eso, si hoy las clases medias se desclasan es porque se est¨¢ devaluando su capital humano. Una devaluaci¨®n que tiene componentes tecnol¨®gicos, por cuanto las antiguas titulaciones acad¨¦micas ya no son demandadas como antes en los mercados actuales de trabajo, pero que sobre todo se debe a la masificaci¨®n de la ense?anza superior.
En efecto, cuando los titulados universitarios eran un bien escaso por ser demogr¨¢ficamente minoritarios, sus servicios profesionales eran muy apreciados, lo que les aseguraba una fuerte demanda, elevadas rentabilidades y alta movilidad ascendente. Es lo que suced¨ªa en el sur de Europa en los a?os sesenta, la edad de oro de la clase media europea. Y es lo que ocurre hoy en los pa¨ªses emergentes de Asia y Am¨¦rica Latina.
Cuando los titulados universitarios eran un bien escaso, sus servicios profesionales eran muy apreciados
En cambio, cuando m¨¢s de la mitad de las cohortes alcanzan titulaci¨®n superior, como ya ocurre hoy en Espa?a, entonces su oferta de servicios profesionales es demasiado abultada, por lo que no encuentran demanda suficiente, lo que condena a los titulados al subempleo, la precariedad o la emigraci¨®n (v¨¦ase el art¨ªculo de Luis Garrido en estas p¨¢ginas del pasado 2 de abril): o sea, a la movilidad descendente.
Pero esta explicaci¨®n econ¨®mica del desclasamiento de la clase media debe ser completada con otra interpretaci¨®n adicional, que se deriva de su p¨¦rdida no solo de ingresos econ¨®micos sino adem¨¢s de prestigio cultural. En efecto, los profesionales urbanos no solo conforman una clase social (en el sentido de Marx) sino adem¨¢s un grupo de estatus (en el sentido de Weber), dotado de identidad propia y respetabilidad social. A este respecto, las clases medias no han destacado nunca por su acumulaci¨®n de capital econ¨®mico sino de capital cultural (en el sentido de Bourdieu): prestigio, bienes simb¨®licos, estilo de vida, capacidad de selecci¨®n, sentido del gusto, liderazgo social. Ahora bien, en esta dimensi¨®n del capital intangible hay que distinguir dentro de las clases medias dos grandes grupos de estatus opuestos entre s¨ª.
De un lado est¨¢n los profesionales p¨²blicos al servicio de las burocracias estatales (m¨¦dicos, docentes, magistrados, funcionarios, ingenieros y t¨¦cnicos del Estado) centrados en valores corporativos de defensa del inter¨¦s general, que conforman el sector predominante de la clase media en los pa¨ªses europeos de tradici¨®n absolutista, jacobina o autoritaria como Alemania, Francia e Italia. Y Espa?a, donde esta clase media burocr¨¢tica se expandi¨® mucho a partir de 1975 como consecuencia de la transici¨®n democr¨¢tica y la construcci¨®n del Estado auton¨®mico. Es la peque?a nobleza de Estado tal como la bautiz¨® Bourdieu, que hoy se est¨¢ viendo crecientemente desprestigiada como consecuencia de la privatizaci¨®n y desmantelamiento del Estado de bienestar. Y por otro lado, los profesionales privados al servicio del mercado libre, centrados en valores individualistas de innovaci¨®n y competitividad en defensa de sus intereses privados, que lideran las clases medias en los pa¨ªses n¨®rdicos y anglosajones para irradiar desde ah¨ª su influencia cultural al resto de Am¨¦rica y los dem¨¢s pa¨ªses emergentes.
Pues bien, cabe concluir reconociendo que el declive y el desclasamiento de la clase media est¨¢n afectando tan solo a su mitad burocr¨¢tico-estatal. Y en cambio, parece evidente que a la clase media de profesionales privados no les est¨¢ afectando demasiado. Antes al contrario, a juzgar por la fuerte demanda de sus servicios en los mercados globales americanos y asi¨¢ticos, cabe concluir que esa clase media liberal est¨¢ experimentando ahora una fase de auge y expansi¨®n. Lo que no se puede saber es cu¨¢nto durar¨¢ su ascenso ni cu¨¢ndo se producir¨¢ su inevitable declive futuro, una vez que se masifique y sature la oferta de titulados superiores tal como le ha ocurrido al conjunto de la clase media en Europa meridional, que ascendi¨® a la cumbre en los a?os sesenta y setenta y ahora padece un declive aparentemente ineluctable y quiz¨¢ fatal.
Enrique Gil Calvo es catedr¨¢tico de Sociolog¨ªa de la Universidad Complutense de Madrid.
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