Inmigraci¨®n: es hora de pasar a la ofensiva
La congole?a Samba Martine muri¨® en el CIE de Aluche tras no recibir atenci¨®n m¨¦dica adecuada. La foto, realizada el d¨ªa de su entierro, es de Gorka Lej¨¢rcegi. Su reportaje completo est¨¢ disponible aqu¨ª.
Mientras escribo estas l¨ªneas, miles de personas se preparan ante el Congreso de los Estados Unidos para recibir la propuesta de reforma migratoria m¨¢s ambiciosa que el pa¨ªs haya conocido en d¨¦cadas. El documento de partida, elaborado por un grupo de ocho senadores republicanos y dem¨®cratas, viene precedido por un acuerdo alcanzado entre patronal y sindicatos para incrementar los permisos temporales de trabajo para extranjeros. Es una de las muchas se?ales esperanzadoras que hacen pensar que esta reforma va a hacer algo m¨¢s que regularizar a los 11 millones de inmigrantes indocumentados, por importante que esto sea: se trata de abordar nuevos modelos que adapten la legislaci¨®n migratoria a las necesidades de la econom¨ªa estadounidense y las expectativas y capacidades de millones de trabajadores del mundo en desarrollo.
El ambiente que se respira en EEUU ¨Coptimista y propositivo- contrasta con las noticias que van minando la moral de los europeos civilizados. Solo en esta ¨²ltima semana, las organizaciones Pueblos Unidos y M¨¦dicos del Mundo han presentado sendos informes en los que se pone de manifiesto el fracaso ¨¦tico y pr¨¢ctico de nuestro modelo. Los Centros de Internamiento de Extranjeros y la exclusi¨®n de los irregulares del acceso a la sanidad forman parte de la l¨®gica de un sistema que, sin declararlo, consolida ciudadan¨ªas de primera y tercera clase. No se ha abierto todav¨ªa la franquicia espa?ola de Aurora Dorada, pero los bullies raciales campan por sus respetos en los pasillos del poder de nuestro pa¨ªs.
Lo que m¨¢s deber¨ªa preocuparnos de esta situaci¨®n es que estamos atrapados en una agenda defensiva. Cuando sabemos que 56 ciudadanos decentes con hijos a su cargo fueron encerrados sin garant¨ªas en el CIE de Aluche durante 2012, las filigranas pol¨ªticas de largo plazo parecen un lujo que no nos podemos permitir. Pero en alg¨²n momento tendremos que pasar a la ofensiva y hacer el ejercicio que ahora est¨¢n intentando los estadounidenses: transformar en profundidad este modelo para optimizar sus oportunidades y minimizar sus riesgos.
Si yo pudiese elegir, escoger¨ªa dos prioridades. En primer lugar, necesitamos sistemas de visados infinitamente menos r¨ªgidos que permitan a los flujos migratorios adaptarse con m¨¢s naturalidad a las se?ales del mercado y a los acuerdos que alcancen los agentes sociales. El modelo de puerta estrecha que impera en este momento atrae la inmigraci¨®n irregular durante los a?os buenos y atrapa a los extranjeros en nuestro pa¨ªs durante los a?os de crisis. Los trabajadores quedan atados de forma insoportable a una regi¨®n, una empresa o un pa¨ªs, lo que multiplica los abusos del empleador e impide la transici¨®n laboral. Necesitamos m¨¢s movilidad, m¨¢s segura.
En segundo lugar, la UE necesita criterios comunes para un reto com¨²n. Las pol¨ªticas de inmigraci¨®n se han convertido en el ¨²ltimo reducto de la soberan¨ªa de los pa¨ªses europeos, que cada cierto tiempo ofrecen espect¨¢culos bochornosos como el ping-pong de refugiados en el que se enfrascaron Italia y Francia tras la crisis libia de 2011. La incapacidad para establecer una Pol¨ªtica Migratoria Europea impide a los gobiernos de la UE escapar de la radioactividad electoral que impregna este debate y tomar decisiones impopulares pero racionales y justas. Lo que ocurre es precisamente lo contrario, y a eso parece haber contribuido la lobotom¨ªa a la que se han sometido los liberales y socialdem¨®cratas de Europa.
Nada de todo esto ocurrir¨¢ si las decisiones pol¨ªticas no est¨¢n fundamentadas en una sociedad informada, exigente y dispuesta a asumir riesgos. Y los ¨²ltimos d¨ªas me han dado razones para ser optimista. En el Pa¨ªs Vasco y Navarra he tenido oportunidad de conocer el trabajo que hacen el Centro Ellacur¨ªa, Alboan y otras organizaciones de la Compa?¨ªa de Jes¨²s: desde la formaci¨®n ciudadana de los estudiantes al apoyo a las asociaciones de inmigrantes y a la diversidad religiosa (la mayor mezquita del centro de Bilbao est¨¢¡ en los sotanos del Centro Arrupe), ellos hacen el trabajo lento y dif¨ªcil que preparar¨¢ a nuestras sociedades. Toda una inspiraci¨®n.
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