Italia: m¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa

Italia, acostumbrada al m¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa, a?ade nuevas piezas al rompecabezas de su estrangulada situaci¨®n pol¨ªtica. M¨¢s de mes y medio despu¨¦s de unas elecciones que no han resuelto nada, la atenci¨®n se desplaza ya desde los fallidos esfuerzos para formar Gobierno a las votaciones de los partidos, a partir de esta semana, para designar nuevo presidente de la Rep¨²blica. Los mismos dirigentes incapaces de pactar la gobernabilidad de la cuarta econom¨ªa europea se disponen a elegir al sucesor de Giorgio Napolitano, cuyo mandato expira en mayo, durante los pr¨®ximos siete a?os.

La Constituci¨®n veda al jefe del Estado disolver el Parlamento en los ¨²ltimos seis meses de su cargo. De persistir la par¨¢lisis, ser¨¢ el heredero de Napolitano el que lidie con la formaci¨®n de Gobierno o la convocatoria de nuevas elecciones, a las que Italia parece abocada por la actitud de unos l¨ªderes partidistas m¨¢s atentos a sus propias expectativas de poder que a la dram¨¢tica situaci¨®n del pa¨ªs transalpino. Silvio Berlusconi y Pier Luigi Bersani intentan acordar una lista de candidatos a la jefatura del Estado, aunque como responsables de los dos mayores grupos parlamentarios no consigan ponerse de acuerdo para hacer la gran coalici¨®n que demanda el 40% de los italianos, seg¨²n los sondeos. Bersani, a quien el confuso movimiento de Beppe Grillo ha negado su apoyo, reiter¨® ayer su rechazo a formar Gobierno con el ex primer ministro conservador.

Italia, como acaba de recordar el anciano presidente Napolitano ¡ªvencido en sus aspiraciones de imponer un programa de regeneraci¨®n urgente para atajar los males que todos conocen¡ª no saldr¨¢ de su marasmo sin un compromiso cre¨ªble entre sus partidos m¨¢s representativos. Ese compromiso parece hoy imposible, pese a que la situaci¨®n comienza a pasar factura al ex comunista Bersani, desafiado abiertamente por Matteo Renzi, alcalde reformista de Florencia y estrella en ascenso del Partido Democr¨¢tico.

La anunciada decisi¨®n de Renzi, favorito de los italianos como eventual primer ministro, de competir por la jefatura del Gobierno puede romper un centroizquierda donde la figura del hier¨¢tico Bersani tiene cada vez m¨¢s detractores. Berlusconi, que ayer se mostr¨® dispuesto a salvar de nuevo a su pa¨ªs y en cabeza de las expectativas de voto pese a su abrumador historial, ser¨ªa presumiblemente el principal beneficiario de semejante escenario.