Conmemorar el urbanismo
T¨²nel Atocha-Chamart¨ªn de los enlaces ferroviarios, edificios de los Nuevos Ministerios y el gran eje del paseo de la Castellana. Ciertamente, ser¨ªa dif¨ªcil imaginar Madrid sin esos tres hitos vertebradores de la ciudad.
Abril de 1933, celebrando el segundo aniversario de la Segunda Rep¨²blica espa?ola, se inician las obras de esos imprescindibles kil¨®metros del ferrocarril espa?ol y de esos imponentes edificios de la Administraci¨®n, al mismo tiempo, se concluyen las que permiten la apertura del primer tramo de la prolongaci¨®n de la Castellana. En pocos meses, eso ha sido posible gracias al tenaz empe?o de un hombre, Indalecio Prieto, ministro de Obras P¨²blicas, de un Gobierno presidido por Manuel Aza?a, pol¨ªtico discutido, pero de imprescindible menci¨®n en la corta historia de la democracia espa?ola. Socialdem¨®crata, cuyo ambicioso proyecto trascend¨ªa m¨¢s all¨¢ de singulares infraestructuras, coadyuvantes a su gran empe?o de que los poderes p¨²blicos plantaran cara al problema del suelo y la vivienda, yugulando la especulaci¨®n. La obra de Prieto y su equipo fue combatida en su momento por los intereses que la derecha representa. A?os despu¨¦s, esa misma derecha no tendr¨¢ el menor pudor en capitalizarla ignorando su nombre y prostituyendo su generoso esp¨ªritu.
No es previsible la conmemoraci¨®n p¨²blica del 80? aniversario de una jornada clave para algo m¨¢s que la historia del malhadado urbanismo madrile?o y que tan bien representa el impulso renovador de la Espa?a de la Rep¨²blica. As¨ª que sirvan estas l¨ªneas como modesto ejercicio de memoria y gratitud democr¨¢ticas.¡ª Carlos Hern¨¢ndez Mart¨ªn.
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