Mamas que se rompen
Comienza el juicio contra Jean-Claude Mas por vender pr¨®tesis de silicona industrial implantadas a 300.000 mujeres
Juicio grande para un gran fraude. M¨¢s de 300 abogados y 5.250 demandantes se dieron cita el jueves en Marsella en la apertura del macrojuicio contra Jean-Claude Mas y otros cinco directivos acusados de vender los implantes mamarios PIP (Poly Implant Prothese). Fabricados con silicona no homologada, estos implantes se rompen con facilidad y, aparte de un gran fraude, suponen un riesgo para la salud pues provocan quistes, infecciones y fuertes dolores.
Cuando se descubri¨® el enga?o, hace dos a?os, la empresa exportaba sus mamas de silicona a todo el mundo. La que ha sido calificada como una de las mayores estafas sanitarias ha sido posible por la debilidad de los mecanismos de control sanitario, pero tambi¨¦n por la ambici¨®n de amasar una gran fortuna a costa de la frustraci¨®n de cientos de miles de mujeres insatisfechas con el volumen de sus pechos. Y ello gracias a una cultura cada vez m¨¢s extendida que pretende poder modular el cuerpo a voluntad a golpe de bistur¨ª. Los rostros deformados de Michael Jackson o Mickey Rourke son la pat¨¦tica muestra de los estragos que puede dejar el abuso de la cirug¨ªa cuando se pierde la capacidad de resistirse a los dictados de la moda est¨¦tica.
Una est¨¦tica, por otra parte, voluble y variable, que oscila de forma pendular cada poco tiempo. Primero fue la tiran¨ªa de la delgadez. Cuando a mediados de los a?os sesenta la muy l¨¢nguida Twiggy, con su aspecto fr¨¢gil de eterna adolescente, se convirti¨® en el modelo a seguir, las mujeres con curvas comenzaron a sufrir. Y cuando a finales de los ochenta Eva Herzigova, la se?orita Wonderbra, rehabilit¨® las curvas para promocionar una marca de sujetador, se angustiaron las que ten¨ªan poco pecho.
La cuesti¨®n es sufrir. Porque de ese sufrimiento nacen grandes oportunidades de negocio. Jean-Claude Mas lo ten¨ªa claro y no se conform¨® con que la nueva moda llevara al quir¨®fano, para ponerse uno de sus implantes, a miles de mujeres a las que ahora desprecia diciendo que le han demandado porque ¡°son fr¨¢giles¡± o ¡°buscan dinero¡±; quer¨ªa ganar mucho m¨¢s, y en lugar de utilizar silicona homologada, utiliz¨® un gel industrial, 10 veces m¨¢s barato. Y as¨ª es como 300.000 mujeres en todo el mundo pasaron a llevar unos pechos que se rompen.
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